MADRID : EL PROYECTO AVALADO POR INDUSTRIA GENERA UNA OPOSICIÓN SIN PRECEDENTES EN EL MUNICIPIO
Morata de Tajuña se vuelca para detener la construcción de una central térmica

El 24 de febrero, 5.000 personas tomaban la plaza de
Morata para protestar contra el proyecto de central
térmica y en apoyo de sus 13 concejales, que estaban
encerrados en el Ayuntamiento por el mismo motivo.

06/03/08 · 0:00
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“Si no recogemos el compromiso
del Gobierno de retirar el plan de la
central iremos a Madrid. No pensamos
tirar la toalla fácilmente, seguiremos
luchando como en Fuenteovejuna”,
afirmó a DIAGONAL
Lorenzo Mora, presidente de la
Asociación de Vecinos de Morata,
después de asistir el pasado 24 de
febrero a una de las concentraciones
más numerosas que se conocen
en la historia de esta localidad
del sureste de Madrid. Ese día,
unas 5.000 personas se dieron cita
en la plaza del pueblo para exigir al
Gobierno de Zapatero que paralice
el proyecto de construcción de una
central térmica de ciclo combinado
en la localidad y apoyar a sus 13
concejales, que permanecían encerrados
en el Ayuntamiento en señal
de protesta. Junto a la gran mayoría
de vecinas y vecinos de Morata
de Tajuña, que cuenta con
unos 6.000 habitantes, acudieron al
acto representantes de Ecologistas
en Acción, Greenpeace, la Federación
Regional de Asociaciones de
Vecinos de Madrid, la Plataforma
Sureste Aire Limpio (que agrupa a
más de 60 colectivos y ayuntamientos),
sindicatos y todos los partidos
políticos con representación municipal.

Y es que a diferencia de lo
que ocurre en Estremera y Villamanrique
del Tajo, pueblos madrileños
del sureste amenazados
igualmente por sendos proyectos
de centrales térmicas, donde sus
ayuntamientos –del PP– se han
mostrado a favor, en Morata la oposición
a la planta es total. Ni siquiera
el PSOE local apoya una iniciativa
que a estas alturas sólo parece
defender el Gobierno central y, por
supuesto, la empresa promotora, la
multinacional belga Electrabel.
En un hecho sin precedentes,
en la noche del inicio de la campaña
electoral, todos los partidos
de la localidad cedieron sus espacios
de propaganda para pegar
carteles con la leyenda “No a la
térmica”. Tras realizar esta peculiar
pegada de carteles, los 13 concejales
de la corporación (seis del
PP, tres del PSOE, tres de Unidos
por Morata y uno de IU), que han
amenazado con dimitir si la central
se llega a poner en marcha,
iniciaron un encierro en el Ayuntamiento
que duró hasta el 1 de
marzo. Con objeto de apoyarles,
el fin de semana posterior a la
concentración del día 24, los morateños
montaron una acampada
en la misma plaza de la localidad.

Desde que en 2001 saliera a la luz
la noticia de que una empresa estaba
interesada en levantar una central
de 300.000 m2 y 1.200 megavatios
de potencia en Morata, la asociación
vecinal y Ecologistas en
Acción no han cesado de movilizarse
para tratar de frenar el proyecto.
Pero es en los últimos ocho meses,
desde que el Consejo de Ministros
declarara el proyecto de utilidad pública,
cuando la protesta ha adquirido
un carácter masivo. Hace unas
semanas, el Gobierno inició los trámites
para expropiar los terrenos
donde se prevé levantar la central,
pero ante la fuerte oposición ciudadana
y el recurso presentado por
Maresa, una empresa de áridos que
también tiene intereses en la zona,
el proceso se ha paralizado.

“Es lamentable que la ministra
de Medioambiente, Cristina Narbona,
que hace unos cinco años
afirmó estar en contra de la central,
ahora la defiende con el argumento
de que el proyecto se realizará
con maquinaria de tercera generación,
poco contaminante, algo
que ni siquiera es cierto”, sostiene
Lorenzo Mora, antes de continuar:
“En el estudio de impacto ambiental
del Ministerio, favorable a la
central, no se tiene en cuenta que a
tres kilómetros en línea recta se encuentra
la cementera más grande
de España y a nueve kilómetros la
incineradora de Valdemingómez”.
Los morateños llevan años conviviendo
con una planta de Portland
SA, la segunda cementera más
grande de Europa, que es responsable
del 67% de la contaminación
industrial de la región. “Estamos
hartos de que pretendan convertir
el Sureste, que concentra el 75%
de las instalaciones más contaminantes,
en el vertedero de la Comunidad
de Madrid”, concluye la
asociación vecinal.

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