CONTRA EL DESALOJO. Manifestación en Granada en apoyo al CSO La Fábrica de Sueños / http://lafabricadesomnis.blogspot.com/

En enero de 2008 se okupaba un nuevo
edificio en Granada. Era la continuación
del proyecto de centro social
La Fábrica de Sueños, que se había
iniciado en el mes de diciembre del
año anterior y que había decidido
trasladarse tras la notificación del
desalojo. La okupación, realizada de
forma pública y tras un pasacalles en
el que participaron unas 50 personas,
se produjo en el popular barrio del
Realejo. Desde entonces, los trabajos
de acondicionamiento del espacio
fueron constantes, y el proyecto fue
consolidándose con el apoyo de personas
y colectivos de la ciudad. Sin
embargo, en Granada otros grupos
presionaron para acabar con esta iniciativa
autogestionada.

La prensa de la ciudad, los partidos
políticos (incluida Izquierda
Unida) y la Asociación de Vecinos
del barrio se han mostrado contrarios
al proyecto. El 12 de mayo llegaba
una notificación de desalojo cautelar,
que daba tres días para abandonar
el edificio. Una medida que
sorprendentemente se producía el
26 de mayo, mucho antes de la citación
de una persona miembro del
centro social para declarar en el juzgado.
Desde el momento en que se
recibió la orden de desalojo cautelar,
las actividades de apoyo al centro
social han sido constantes, saliendo
a las calles de la ciudad para
denunciar el posible desalojo y reivindicar
el espacio político y cultural
que supone La Fábrica de Sueños.

Talleres, manifestaciones, comedor
popular, charla y presencia en la
Universidad, etcétera. Una de las iniciativas
ha sido informar al vecindario
“puerta por puerta” de las iniciativas
e intervenciones que se hacen
en el centro social, una forma de responder
al rechazo manifestado por
la presidenta de la asociación de vecinos,
Carmen Nestares, que se niega
a hablar con los okupantes porque
“no son del barrio”, aunque la
asamblea del centro ha tenido mucho
cuidado en no realizar actividades
de “ocio nocturno” que pudieran
causar molestias, y el espacio ha estado
abierto a la participación de
quien quisiera colaborar.

A falta de saber cuál será el futuro
del edificio, un posible desalojo no
detendrá la voluntad de seguir adelante
con el proyecto de centro social.
En un comunicado han manifestado
que “la Fábrica no son paredes
ni espacios, la Fábrica es gente, es
energía, es alegría, es rebeldía, es decisión
y, sobre todo, la Fábrica son
sueños que se tocan”.