MADRID // LOS ORGANIZADORES VEN EXITOSA LAS SEMANA DE ACCIONES
“Hemos roto la lógica que oculta el conflicto social”

Del 25 de junio al 1 de julio ‘Rompamos’ tomó
la forma de una sucesión de acciones según
ejes de trabajo -genero, urbanismo, menores
represión y control social, memoria histórica
y antifascismo, cultura libre, antimilitarismo,
educación y anticlericalismo, globalización,
migraciones y okupación- y con una media
de cuatro acciones de denuncia por día.

22/07/06 · 20:40
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“LA CALLE Y LA NOCHE TAMBIÉN SON NUESTRAS”. El eje de antipatriarcado intervenía con esta acción en la madrugada del
30 al 1 de julio. Un centenar de activistas visibilizaban los espacios donde las mujeres se pueden sentir amenazadas. // Rompamos el Silencio

Por quinta vez Madrid ha sido el escenario
de estas jornadas de acciones
directas no violentas que pretenden
ser un espacio de difusión
de las actividades y luchas parciales
de los colectivos de base. A falta de
una valoración común de todos los
grupos participantes, para Josua,
uno de los organizadores, “se ha logrado
cortocircuitar la lógica que
intenta ocultar el conflicto social,
interrumpir en parte la rutina de la
ciudad, la imagen de calma social”.

La visibilización de este Rompamos
el Silencio en la prensa no
ha tenido precedentes en las otras
ediciones que se han celebrado. Por
primera vez prácticamente la totalidad
de las denuncias públicas realizadas
han tenido cobertura. “Hemos
obligado a los medios de comunicación
convencionales a romper
el mutismo al que nos someten”,
comenta de nuevo Josua. La
atención mediática se ha centrado
en la okupación de un antiguo cine
a escasos 50 metros del Congreso
de los Diputados, en la que participaron
en torno a 150 personas. Es
por esto que Josua destaca “la contundencia
y fuerza de las acciones,
y su buena planificación”.

Un movimiento juvenil

Estas jornadas están compuestas
por jóvenes activistas de prácticas
autogestionarias y críticos con la
globalización capitalista. Sin embargo,
ya desde la rueda de prensa
del 22 de junio, que abría oficialmente
la semana, se invitaba a
personas del movimiento vecinal
con más experiencia. Es el caso
de Pedro Casas, de la asociación
de vecinos de Carabanchel Alto,
presente en las movilizaciones antiparquímetros,
que plantea ciertas
críticas: “para que buena parte
de los vecinos asuma estas temáticas,
no seamos ingenuos, hay un
problema cultural. Los movimientos
tienen que ser multiculturales,
integradores de diversas mentalidades,
generaciones, etc. Hoy por
hoy, Rompamos está muy marcado
por un espacio cultural-político
determinado. Además, geográficamente
se sitúa en el centro,
cuando los barrios populares están
en el extrarradio. Queda mucho
camino por recorrer”.

Sin embargo, para Sara Nieto, de
Madres contra la Droga, grupo que
ha participado en anteriores ocasiones
en la organización de ‘Rompamos’,
“es importante el que mucha
gente joven esté descubriéndolo.
Lo han preparado todo solitos.
Nosotras, las mayores, sólo hemos
acudido a las acciones”. Desde dentro,
el propio Josua resalta una ambivalencia:
“ha habido una regeneración
con nuevas incorporaciones.
Pero determinados grupos con gente
con más experiencia en los movimientos
sociales se ha desligado de
los preparativos. Hay un relevo generacional
muy rápido y eso genera
repetir los errores estérilmente.
A veces ha faltado ese análisis crítico
que dan los años, que nos hubiera
permitido aumentar la carga
transformadora. Y falla la capacidad
de atraer a sectores o espacios
que lo desconocían”.

Optimismo y autocrítica

Pero, para Josua, lo más importante
ha sido que ‘Rompamos’ se ha
convertido en actor social, dándose
un salto cualitativo. “Hay un avance
muy claro en la consolidación de
un sujeto o identidad política capaz
de intervenir desde la base y sin
mediaciones institucionales. Esto
se traduce en que somos, aunque
sea por una semana, capaces de jugar
un papel de cierta relevancia
frente al poder político institucional”.
Este optimismo lo comparte
Sara del Centro de Medios: “al discutirse
los temas en asambleas
abiertas, mucha gente se ha sentido
incluida. Es bueno superar la lógica
clandestina. Resaltaría los extraordinarios
esfuerzos para llegar
a los grandes consensos, vista la diversidad,
gracias a la decidida labor
de ciertas personas y grupos
que han hecho de bisagras”.

No obstante, el optimismo no evita
el reconocer fallos. Para Sara,
“persisten los problemas de coordinación,
y la mala gestión de los momentos
de crisis. Es obvia la dificultad
para afrontar los imprevistos,
los momentos de desborde. Pero,
en general, se ha funcionado con
mucha inteligencia”.

De hecho, la represión policial
ha sido uno de los mayores obstáculos.
Tras un clima de relativa
permisividad, tras negociar la okupación
del cine por una semana, la
denuncia por “dejación de funciones”
contra la Delegación de Gobierno
por parte del propietario de
este inmueble okupado supuso un
aumento de la presión policial.
Debido a esta, muchas de la acciones
programadas, como algunas
de las del eje de migraciones y el
de antripatriacardo, no pudieron
realizarse en su totalidad.

Ante los próximos pasos, Josua
plantea que las 300 identificaciones
policiales pueden acabar en
multas millonarias: “Es un escenario
muy probable, lo que implicará
la necesidad de una continuidad
y cohesión, para dar respuestas.
Deberemos de dotarnos de
cierta estabilidad y no ser tan difusos.
Eso es el reto ahora”.

El centro de medios

Con este nombre se
señala un local donde
se han concentrado
los medios de comunicación
críticos que
han participado en la
Semana. Grupos de
fotógrafos, periódicos,
radios y medios telemáticos
se han coordinado
para dar una
cobertura informativa
«fluida y, a nivel técnico,
con una gran
diversidad de soportes»,
en palabras de
Sara, una de las integrantes
de este centro.
«Se ha logrado ser
una fuente informativa
solvente y fiable para
los grandes media, lo
que nunca había
pasado anteriormente»
continúa.
Este esfuerzo colectivo
ha dado sus frutos: la
web [Ir a rompamoselsilencio->http://www.rompamoselsilencio.
net] ha tenido
unas 32.000 visitas a
lo largo del mes de
junio y una media de
3.920 diarias durante
la semana.

UN CENTRO SOCIAL PARA UNA SEMANA

Durante la tarde del domingo 25 se
okupaba en la calle Cedaceros el
cine-teatro Bogart, cuya propiedad
pertenece a una de las 20 personas
más ricas del Estado. La okupación
coincidía con una sesión en
el cercano Congreso en la que un
grupo de eurodiputados evaluaban
si las obras de la M-30 se ajustaban
a la normativa internacional.
Josua resalta «la carga simbólica
que eso supone: es un claro
desafío a la forma de intervenir en
la política desde arriba, desde la
institución. Mostrándoles en su propia
casa que tenemos otras formas
de hacer política, y que además las
llevamos a cabo». El espacio sirvió
como punto de encuentro de las
actividades de 'Rompamos'.

ESCRACHE PARA REPSOL

Un escrache no es otra cosa que
una denuncia social y pública de
aquellas personas responsables
de delitos que no son juzgadas,
tanto por ocupar un puesto de
poder como por una situación de
impunidad. El pasado 28 de junio
150 personas condenaban a Paulina
Beato Blanco, consejera delegada
del área económica del
grupo Repsol al grito de «¡Manos
fuera de Bolivia!». En su casa de
la calle Pintor Juan Gris se dejó
como regalo una garrafa de petróleo
con el siguiente mensaje: «De
parte de las comunidades indígenas
de América Latina, de todas
las personas que sufrimos el cambio
climático y padecemos los
efectos de las multinacionales».

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