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Guerra sucia contra comunidades zapatistas

Hace unos meses se presentaba
en varios puntos de México y del
Estado español el disco Los ritmos
del espejo II (Malandros).
Producido por la Confederación
General del Trabajo (CGT), recopila
temas de Fermín Muguruza,
Ojos de Brujo y otros músicos
comprometidos de un lado y otro
del océano, con el motivo de recaudar
fondos para la puesta en
marcha de un centro de salud que
está en la última fase de construcción
en el ejido La Culebra, en el
municipio autónomo Ricardo Flores

21/02/08 · 0:00
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Hace unos meses se presentaba
en varios puntos de México y del
Estado español el disco Los ritmos
del espejo II (Malandros).
Producido por la Confederación
General del Trabajo (CGT), recopila
temas de Fermín Muguruza,
Ojos de Brujo y otros músicos
comprometidos de un lado y otro
del océano, con el motivo de recaudar
fondos para la puesta en
marcha de un centro de salud que
está en la última fase de construcción
en el ejido La Culebra, en el
municipio autónomo Ricardo Flores
Magón, Chiapas, con el que
está hermanada.

Este municipio, con la Junta de
Buen Gobierno El Camino del Futuro,
del caracol La Garrucha (zona
de selva), y la CGT denunciaron
días atrás que, el pasado 29 de enero,
trabajadores de la Comisión
Federal de Electricidad procedentes
de Benémerito de las Américas,
en la frontera con Guatemala, al
norte de la selva Lacandona, condujeron
a más de 70 personas al
ejido La Culebra contra las bases
de apoyo zapatistas para cortarles
el servicio de energía y sustraerles
material eléctrico. “Este nuevo ataque
busca, sin duda, además de
perjudicar a la población, detener
y destruir la construcción de la autonomía
zapatista y paralizar el
Centro de Salud y el Centro de
Capacitación Compañero Manuel,
ubicados en este ejido”.

Esta denuncia se suma a otras
muchas sobre agresiones paramilitares
y desalojos ‘oficiales’ del ejército
o la policía contra simpatizantes
zapatistas o comunidades autónomas
de la selva Lacandona y sus
inmediaciones.

Una selva codiciada

La Lacandona es la segunda selva
tropical más importante de Latinoamérica
después de la Amazonía,
uno de los ecosistemas más complejos
y diversos que se conocen.
Las autoridades estatales y federales
insisten en que deben desalojar
la selva protegida, pero es una excusa
para atacar a la política antisistémica
y autónoma del zapatismo
y abrir el camino al expolio de
las multinacionales, como denuncian
organismos de derechos humanos
mexicanos. “Para acabar
con el pez, quieren sacar su agua”,
expresan como metáfora de la
guerra sucia emprendida hace varios
años en Chiapas. Y aportan
datos importantes para comprender
los intereses económicos que
hay detrás: la cuenca Usumacinta-
Grijalva, en esa zona, contiene un
tercio de los recursos de agua dulce
de todo México y el sistema
Grijalva genera más del 30% de la
energía eléctrica del país. Además,
cuenta con amplias reservas de petróleo
y gas, yacimientos de uranio,
hierro, aluminio y cobre. Varias
de estas riquezas están en la
mira de algunas empresas porque
son indispensables en los campos
de la biogenética, la microelectrónica
y la nueva tecnología de materiales.
Y, por supuesto, sus reservas
de petróleo siguen siendo
muy codiciadas.

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