OVIEDO: III FORO INTERNACIONAL TERRITORIO Y VIDA
Foro contra la impunidad en Latinoamérica

Del 22 al 24 de junio se celebró en Oviedo el III Foro Internacional Territorio y Vida, un encuentro contra la violencia del Estado y los ‘agronegocios’
en Latinoamérica.
Texto de Beatriz Tostado.

19/07/07 · 0:00
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COLOMBIA. Comunidad de Paz de San José de Apartadó en lucha contra la impunidad. /cdpsanjose.org

“Mañana regreso a Bogotá (Colombia)
y en el aeropuerto me pueden
joder”. Palabras tan duras que recuerdan
el día a día se escucharon
en el III Foro Internacional Territorio
y Vida. “En Guatemala asesinan
mujeres y niñas, los mismos
que mataron y masacraron en el pasado.

El Ejército guatemalteco es de
los más sanguinarios de América
Latina”. François Houtart, del Centro
Tricontinental de Bélgica, lo narraba
así de explícito. “El sistema
está herido, y un animal herido es
aún más peligroso”, dice Houtart.
Este Foro, convocado por la Red
de Alternativas a la Impunidad y a la
Globalización del Mercado y organizado
por la Comisión Intereclesial
de Justicia y Paz (Colombia), la RED
Capicúa y Sodepaz Pachakuti, se celebró
bajo el lema ‘Agrocombustibles,
explotación minera, mercantilización
territorial y memoria colectiva’;
y continuaba la labor comenzada
en años anteriores en Alcobendas
y Chicago. Algunos de los casos más
evidentes de injusticia en el continente
se producen en Colombia y
Guatemala. “La doctrina de la Seguridad
Nacional son las violaciones de
los derechos humanos” a indígenas,
campesinos, defensores de los derechos
humanos, miembros de organizaciones
sociales... y la “desterritorialización”
(desplazamientos), unido
esto a “leyes de perdón y olvido,
que se disfrazan como leyes de justicia”.

¿Consecuencia? “Crimen de
Estado legalizado”. Lo dice un miembro
del Comité Intereclesial de
Justicia y Paz de Colombia y del
Movimiento Nacional de Víctimas
de Crímenes de Estado. Se vive una
“institucionalización de lo paramilitar”
y “una situación en la que el
Estado hace uso de la tortura, la desaparición
forzada y el asesinato”, de
“una violencia planificada y genocida”,
y en la que “se han fortalecido
los mecanismos de impunidad”.
Los desplazamientos se resumen
en “la entrada de los paramilitares
que todo lo arrasan y quitan
la tierra a los campesinos” (y terratenientes
y empresas, por ejemplo,
de agronegocios, que toman posesión
y explotan los terrenos), según
relata un miembro de una comunidad
de desplazados.

En Guatemala, “tras la firma de la
paz hace 10 años no se han erradicado
las estructuras represoras.
Supuestamente no hay conflicto armado,
pero continuamente se asesinan
mujeres y niñas”. Lo denuncian
dos guatemaltecas miembros de
Sobrevivientes, organización formada
por víctimas, que pretenden
“contribuir a erradicar la violencia,
combatir la impunidad y exigir justicia”.

A una de ellas le asesinaron a
su hermana, y ambas, junto con sus
familias, han tenido que refugiarse
en el Estado español, ya que están
amenazadas de muerte. “Se ha generado
el terror y da miedo, porque
te dice que el pasado [la sangrienta
represión de los ‘80] puede regresar.
Los mismos que mataron y masacraron
entonces lo hacen ahora”.
El horror tiene cifras. De 2000 a
2006, 3.200 mujeres fueron asesinadas,
y en lo que va de 2007 ya van
340; la mayoría, indígenas. “La consigna
es ésta. Hay que matar a mujeres
indígenas porque dan guerrilleras.
Entonces las abrían y les sacaban
el feto. Ahora las asesinan”.

Lo revela un miembro del Grupo
de Apoyo Mutuo (GAM). Esta entidad
lleva más de 23 años buscando
a desaparecidos y tratando de que
acabe la impunidad, y denuncia
que “los cuerpos y aparatos del
Estado que reprimen no han sido
desarticulados”. Algunos datos:
“Más de 5.000 niños desaparecidos,
23 muertes violentas diarias y
15.084 en lo que llevamos de 2007”.
¿Objetivos? “Búsqueda de desaparecidos,
llevar a cabo procesos de
exhumación, y apoyo psicológico y
dignificación de las víctimas”.
Quieren crear la Comisión Nacional
de Víctimas, que “busque también
a los responsables”.

Agronegocios

Desde Vía Campesina y Ecologistas
en Acción se denuncia el desarrollo
de los agrocombustibles,
“una manera de controlar materias
primas que responde a la crisis
energética del Norte, no al
cambio climático”. Los agrocombustibles
(aceite de palma, celulosa)
suponen, además, “generar
más hambre (le dedican las mejores
tierras) y la imposición de un
modelo de producción ligado a los
transgénicos y excluyente de campesinos
e indígenas (se les expulsa
de sus tierras para sembrar en
el lugar palma o eucalipto)”, llegándose
a dar un “genocidio” por
“compra de recursos naturales y
expulsión de la población”. Grandes
extensiones de tierra en Asia
y en América Latina serán compradas.
México, Colombia y Brasil
ya están en peligro.

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