Asamblea de Escraches de Madrid
Un grupo de dinamización de los señalamientos públicos
"Un escrache no significa más que la puesta en práctica de la organización civil"

Después de varias acciones de señalamiento, la campaña de escraches ha sido una herramienta más en el trabajo de visibilización de las propuestas en materia de vivienda recogidas en la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) hipotecaria.

, Madrid
09/04/13 · 16:57

Con motivo del comienzo de una sonada campaña de escraches que lleva ya rondando alguna semana y que tiene visos de ir a más, entrevistamos a la Comisión de Escraches de Madrid, una comisión abierta de coordinación de la acción que surge de la Asamblea de Vivienda de Madrid, el espacio de coordinación de los grupos de vivienda de las diferentes Asambleas de barrio y pueblo, junto con la PAH, la Oficina de Vivienda de Madrid y otras organizaciones.

¿Cual es la composición actual de vuestro grupo por ahora? ¿Es un grupo de afectados?

Desde la Asamblea de Vivienda de Madrid tratamos de romper con la división "afectado-solidario". Entendemos que la vivienda es un problema que nos afecta a todas, si no por la hipoteca directamente, sí por algunos de sus efectos: el dinero invertido en el rescate a los bancos, la creación del Banco Malo, la desprotección del inquilino para desprestigiar la fórmula del alquiler frente a la hipotecaria... el sistema hipotecario perjudica al derecho a la vivienda en todas sus formas. Pero sí, dentro de nuestro grupo hay gente que ha vivido procesos hipotecarios y gente que no.

¿Qué es eso del escrache?

Una herramienta que consiste en señalar publicamente a los responsables de ciertos conflictos. Se pueden realizar de múltiples maneras, desde sensibilizar a los vecinos sobre el conflicto a través de charlas, carteles... hasta interferir en su vida cotidiana y hacerles conscientes de las consecuencias sociales de su responsabilidad.

¿Cómo surgió la idea de hacer uso de los escraches?

El término escrache sale de Argentina, de la asociación H.I.J.O.S., como herramienta para señalar a los responsables del genocidio de la última dictadura militar. Pero la herramienta ha sido utilizada en diversos momentos y en distintas coyunturas. De todos ellos extraemos las particularidades que se adecúan a nuestra situación y objetivos.

¿Qué finalidad tiene esta campaña de escraches aplicada a la ILP?

Informar a los diputados que han declarado que no iban a apoyar íntegramente la propuesta de mínimos que es la ILP –presentada por la PAH y secundada por casi un millón y medio de personas– de la alarma social que se ha generado.

¿A quiénes van dirigidos?

Concretamente a los diputados de esos partidos, que son actualmente los del PP, UPyD, UPN y PNV.

¿Teméis que funcione la estrategia de criminalización de la campaña?

Un escrache no significa más que la puesta en práctica de la organización civil, ni siquiera nos atreveríamos a llamarle desobediencia. Resulta notorio que cumplimos pulcramente las reglas del juego demócratico, tan notorio como las malas prácticas de los gobernantes. La estrategia de criminalización por parte de ciertos sectores es un indicativo de que estamos en el camino correcto. Intentando criminalizarnos hacen visible su falta de interés para ofrecer soluciones. Hemos hecho uso de todos los recursos que teníamos a nuestra disposición: hemos votado, hemos denunciado la ley hipotecaria, nos hemos manifestado, hemos tratado de paralizar desahucios, hemos creado una red de apoyo... El escrache no es más que otra herramienta.

Imaginemos que alguno de esos escrachables os coge miedo porque teme que en cualquier momento la cosa se vaya de las manos (el miedo es así de raro), ¿pararíais los escraches?

Los escrachables son personas que con sus omisiones y decisiones ponen en auténtico peligro muchísimas vidas cada día. El miedo es así de raro, a veces cambia de bando y cuando ataca a gente muy rígida, que se creía muy segura, esta puede perder la cabeza... El escrache es lo mínimo que podemos hacer, y deberían de estarnos incluso agradecidos --y no temernos-- puesto que estamos canalizando pacíficamente toda la rabia y la sensación de injusticia de muchas personas.

¿Cómo han sido las primeras experiencias de escrache?

Todavía creemos que tienen que extenderse a muchos barrios y a mucha gente que, aunque apoya la campaña, no se ha terminado de animar a participar en ella. Nos hemos sorprendido del apoyo espontáneo que las vecinas han dado durante la realización de los escraches, nos llegan constantemente nuevas direcciones y lugares de posibles escraches y cada vez más gente nos pregunta cómo implicarse... Esto va en aumento.

¿Las convocatorias a los escraches son públicas? ¿cómo enterarse? ¿cómo comunicar el que se conoce, por ejemplo, el bar donde desayuna otro escrachable?

Toda la información que nos llega sobre lugares en donde realizar los escraches se pasa a las Asambleas de los barrios para que ellos organicen la acción. La idea es que la Comisión de Escraches sea un mero órgano de gestión que facilite el trabajo importante, que es el de los barrios. La Comisión de Escraches es abierta y se reúne los lunes las 19h en el Patio Maravillas. Toda la información que se considere de utilidad para los escraches, o bien puede decirse de viva voz en esta asamblea o bien se puede enviar un correo a escrachemadrid[arroba]gmail.com.

La represión os acompaña a cada acción, la mayoría de veces en forma de presencia policial e identificaciones. ¿Se teme que lleguen sanciones? ¿habéis previsto formas de hacer frente a esas posibles multas? ¿tenéis cobertura legal?

Efectivamente creemos que alguna multa llegará, pero como movimiento organizado entendemos que las multas individuales que puedan llegar tienen que ser asumidas colectivamente, y así será. Dentro de la redes que se han creado tras el 15M, se cuenta con gran cantidad de abogados colegiados y estructuras antirrepresivas que forman parte ya del movimiento.

¿Y una vez votada la ILP?

Entendemos la ILP como una propuesta de mínimos, y por lo tanto, como tal, pasaría a ser una de las muchas pequeñas victorias que, día en día y con el trabajo común, conquistamos. La ILP no es un fin, es un escalón más dentro del proceso de empoderamiento y consolidación de una lucha que todavía tiene mucho camino que recorrer.

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