EUSKADI // LA SOCIEDAD CIVIL Y EL PROCESO DE PAZ
Es hora de “aprovechar el momento”

Aunque más tímidas que en 2006, diversas iniciativas, sobretodo en Catalunya, tratan de movilizar a la ciudadanía por un proceso de paz dialogado en Euskadi.

- “Hay que explicar a la opinión pública lo que representa un proceso de paz”

29/11/10 · 8:10
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El último y frustrado proceso de paz
en el País Vasco estuvo acompañado
por diferentes iniciativas sociales
que, desde otras latitudes y particularmente
desde Catalunya, aunaron
esfuerzos y propuestas para afianzar
el intento de un final dialogado al
conflicto vasco
. No fue posible entonces,
en 2006, pero hoy, los mismos
sectores sociales sopesan impulsar
nuevas iniciativas en el mismo sentido.

La más reciente, en forma de
manifiesto, ha sido la denuncia de
la prohibición de la manifestación
de Adierazi EH el pasado mes de
septiembre, y la solicitud de excarcelación
de Arnaldo Otegi, que ha
cosechado centenares de adhesiones
en todo el Estado
, aglutinando a
centenares de personas y colectivos
de todos los sectores de la izquierda.
Junto a estas iniciativas solidarias,
en lugares como Aragón y Madrid se
acaban de poner en marcha sendas
plataformas que persiguen movilizar
a la ciudadanía “a favor del diálogo y
la negociación”.

Y es que, ante los nuevos escenarios
sociopolíticos que se abren en el
País Vasco, como consecuencia de la
nueva apuesta estratégica –“unilateral
e irreversible”- de la izquierda
abertzale, cabe recordar y rescatar
las experiencias sociales del último
proceso. Entre ellas, la Iniciativa
Jurídica, un manifiesto impulsado en
diciembre de 2006 desde el ámbito
jurídico catalán que fue suscrito por
más de 150 juristas
de todo el Estado.
En ella se abogaba por un cambio de
rasante en materia judicial, penal y
penitenciaria; por la derogación de
la Ley de Partidos y por la petición a
la Audiencia Nacional de no entorpecer
el incipiente proceso.

En las mismas fechas, una amplia
coalición social impulsada desde el
movimiento antibelicista Aturem la
Guerra forjó en Barcelona la iniciativa
plural ‘Si al procés de pau’, que
reunió a más de 109 organizaciones
y que tomó como referente la experiencia
feminista de Ahotsak. Con
objeto de estimular el proceso de
paz, Ahotsak agrupó a parlamentarias
y cargos políticos y sindicales de
todos los partidos vascos, a excepción
del PP y UPN
. Con el final truncado
del proceso, estas propuestas
se diluyeron pero dejaron el poso del
papel que puede llegar a desarrollar
la sociedad civil en los nuevos intentos
de resolución.

En los cuatro años que median entre
el frustrado proceso anterior y el
actual escenario, sin embargo, la solidaridad
no ha dejado de existir, particularmente
en la denuncia contra
la regresión en materia de derechos
y libertades fundamentales. Así, el
apoyo a las personas procesadas en
el macrosumario 18/98
, la solidaridad
con Egunkaria o el recientemente
finalizado proceso a Udalbiltza se
tradujeron en Catalunya en iniciativas
solidarias ad hoc. Si el apoyo al
diario Egunkaria se concretó en mociones
parlamentarias y en el apoyo
explícito de la mayoría de la sociedad
catalana, el pasado octubre,
durante la última sesión del juicio
contra Udalbiltza, se hizo público un
manifiesto de apoyo a los procesados
suscrito por el movimiento Decidim.
cat, que agrupa a 1.500 concejales
y alcaldes de todas las tendencias
políticas, excepto del PP.

Sectores pacifistas, políticos y sociales
siguen hoy con atención la
evolución del proceso y evalúan las
iniciativas que pudieran contribuir a
reforzarlo y blindarlo, un apoyo que
también se ha reflejado en recientes
mediaciones políticas, como la ejercida
por ERC a través de Joan Ridao,
que han trasladado a Zapatero la
adopción de medidas a la altura de
las circunstancias, entre ellas el fin
del apartheid electoral decretado
contra la izquierda abertzale
.

Además, organismos de derechos
humanos preparan para el próximo
diciembre un manifiesto para exigir
medidas en política penitenciaria,
una iniciativa que recogerá lo ya reivindicado
en Catalunya en 2004.
Entonces, 75 organizaciones suscribieron
el Manifiesto de la Virreina,
después de que la asociación de familiares
de presos Etxerat protagonizara
una huelga de hambre
de tres
días en Barcelona. Abogaban por el
fin de la dispersión penitenciaria y
por el respeto escrupuloso de los derechos
que asisten a las personas
presas. Sintomáticamente, seis años
después, aquellas demandas siguen
estando vigentes encima de la mesa
del proceso de paz.

¡8719600510 libertad!

Ó. Ch.

El 5 de noviembre, un heterogéneo grupo de representantes de la cultura, la política, el sindicalismo y los movimientos sociales vascos hicieron público un manifiesto por la libertad de una de las figuras clave en la resolución del conflicto: Arnaldo Otegi, el preso número 8719600510. En pocas semanas, los
promotores de esta campaña, de alcance internacional, han recogido centenares de firmas, entre las que se encuentran dirigentes de CC OO, BNG,
ERC o las Madres de la Plaza de Mayo. El caso de Otegi, que defiende abiertamente una salida al contencioso a través de vías exclusivamente políticas, se suma a otros como Udalbiltza, Askapena y Egunkaria, que han
despertado un amplio movimiento de solidaridad en la sociedad civil.

En Madrid también reclaman dar paso a la palabra

Ó.Ch. / J. Gas

Al igual que ha sucedido en Aragón, donde varios colectivos han puesto en marcha la Coordinadora por el Diálogo y la Negociación, en Madrid comienza a dar sus primeros pasos la llamada Plataforma por una Solución Dialogada y Democrática del Conflicto Vasco. Impulsada por grupos como Corriente Roja, CAES o Izquierda Castellana, busca, en palabras de una de sus portavoces,
Ángeles Maestro, «contribuir a que el proceso democrático, de paz y diálogo, se dé y tenga el apoyo que se merece por mucha más gente de la que hoy
no lo apoya porque no lo conoce».

Maestro, en una presentación de la Plataforma que tuvo lugar el 17 de noviembre, además de reclamar una «democracia plena», ya que en Euskadi
«hay cientos de miles de personas que no tienen expresión política», defendió que los vascos puedan «realizar un referéndum para ejercitar el derecho universal de autodeterminación». Esta iniciativa sigue la estela de otras
precedentes como las plataformas de apoyo a Egunkaria o a la asamblea de electos Udalbiltza que, compuestas por una variedad más amplia de grupos, han denunciado desde Madrid la conculcación de derechos políticos en Euskadi y reclamado una solución dialogada del conflicto.

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