Esta entusiasta
sindicalista, secretaria de
acción social de la CGT,
incide en la necesidad de
tejer redes que impulsen
nuevas protestas para
hacer frente a la crisis.
- Foto: David Fernández.
DIAGONAL: ¿Por qué una escuela
para los movimientos sociales?
PALOMA MONLEÓN: Por una
parte hay carencias fuertes de formación
en los colectivos, en las
asociaciones, etc., carencias que
son imposibles de solucionar a lo
largo del año por la enorme carga
de trabajo que se genera y te imposibilita
completamente pararte
a pensar qué es lo que requieres y
necesitas. Por otra, veíamos importante
dotar a los movimientos
sociales de ciertas herramientas
que facilitaran el crecimiento y la
construcción de espacios horizontales,
tanto internos como externos,
en un marco de confluencia y
de creación de redes. Hay muchas
complicidades que no se explicitan
a lo largo del año pero que están
ahí, y tiene que haber un espacio
físico donde se escenifiquen.
D.: ¿Qué diferencia al Tinto de
otros encuentros como los foros
sociales?
P.M.: Las cosas se toman con otro
ritmo. Además del espacio de encuentro
y del formativo hay un espacio
distendido, para conocer
gente de otras partes del Estado,
realizar otro tipo de actividades
como deporte, ir a bañarnos, ir de
fiesta por la noche,... los tiempos
se alargan, son más relajados, se
carece del estrés que tienen encuentros
como los foros sociales o
las contracumbres,... te deshaces
de la presión que impone un horario
muy marcado. En el Tinto hicimos
una asamblea inicial en la
que, entre todos y todas, determinamos
cuál iba a ser el horario para
los siguientes cuatro días y a
qué los íbamos a dedicar.
Nuestra idea no es crear una
especie de espacio marciano sino
anclar cada reflexión que hacemos
con la vida cotidiana en nuestros
curros, empresas, fábricas,
escuelas, etc.
D.: ¿Los movimientos sociales generan
muchos espacios marcianos?
P.M.: En ocasiones sí. Esta es una
carencia. Es fundamental saber
anclar la reflexión en situaciones
de lucha cotidiana, locales, barriales,
y no quedarnos en reflexiones
huecas y alejadas de la realidad.
Nos creamos nuestras burbujas,
nuestros mundos, que no se sabe
si son posibles o no porque nunca
nos atrevemos a llevarlos a cabo.
Espero y confío que las reflexiones
que se han hecho en el Tinto
se trasladen a los colectivos de los
que cada uno proviene.
D.: ¿Qué carencias son más acuciantes
en el activismo social?
P.M.: Aunque parezca mentira,
hay carencias muy básicas como
aprender a participar en espacios
horizontales en régimen de igualdad
con los demás. Uno de los invitados
del Tinto, Antonio Moreno,
del Colectivo Educación para la
Participación, nos dio claves en la
primera sesión para aprender a
participar en los colectivos y fuera
de ellos, a realizar asambleas al
mismo tiempo eficaces sin que
pierdan contenido. Los tiempos de
un tipo de asamblea que viene de
una tradición libertaria son más
largos que los de otras procedencias
políticas, pero eso en ningún
caso debe estar reñido con la eficacia.
Trabajar adecuadamente con
otros colectivos, con objetivos comunes,
aprender a crear redes, es
otra carencia. Eso nos falta. De
ninguna manera podemos trabajar
con cualquiera, pero precisamente
en estos momentos es absolutamente
necesario que desde alternativas
anticapitalistas seamos capaces
de trabajar juntos y juntas.
D.: ¿Falta formación política?
¿Hay menos formación que antes?
P.M.: Sí, tanto de bases políticas
históricas como de los temas que
estamos trabajando actualmente.
Por lo que a mí me toca, en CGT,
congreso tras congreso vamos
avanzando y llegando a acuerdos
bastante interesantes en aspectos
como el decrecimiento, la agroecología,
los derechos de los migrantes,
etc. Queda ahora seguir
trasladando esos retos a la afiliación,
lo que en ocasiones supone
una dificultad.
En los últimos años, en los ‘90 y
2000 se notan carencias en formación
política de base, una formación
que te aporta una mirada global
sobre los problemas que, sin
ella, apenas es posible distanciarse
de ellos. Desde las organizaciones
sindicales y los movimientos
sociales es importantísimo recuperar
esa formación. En CGT
siempre tratamos de tener muy
presente lo que llamamos nuestras
señas de identidad: la memoria
histórica, incidiendo sobre todo
en la memoria del movimiento
libertario; el antimilitarismo, el naturismo,
etc.
Tratamos de introducir
siempre estos temas para que
no desaparezcan en el olvido y no
nos quedemos sólo en las luchas
cotidianas de la empresa, que
siempre son parciales. En todo caso,
desde CGT tenemos claro que
no tiene sentido desarrollar una
acción sindical que defienda los
derechos laborales de la clase trabajadora
sino que además se aspira
a una acción social transformadora.
«Es prioritario trabajar
la huelga general»
D.: ¿Por qué se ha dedicado
el Tinto este año a la
autogestión?
P.M.: La autogestión es la
única manera de responder
al sistema capitalista,
cualquier otro modo no
sería más que un parche.
La ruptura tiene que ser
radical y la única alternativa
que nos parece viable
es a través de formas autogestionarias
de organización
en torno a las necesidades
reales, que apuesten
por la revalorización de
lo humano y su dignificación,
por considerar los cuidados
como una responsabilidad
colectiva, por la
sostenibilidad de la vida…
Este es un momento sumamente
importante para
empezar a organizarnos de
manera real y efectiva
entre todos los movimientos
y organizaciones anticapitalistas.
Ya llevamos tres
años de anuncio de la crisis,
las respuestas parece
que no se dejan ver y es el
momento de darlas un
empujón. En este sentido
es fundamental trabajar la
huelga general, entendida
como pistoletazo de salida
de un nuevo ciclo de protesta
diferente, como el
que vivimos en los primeros
movimientos antiglobalización,
un nuevo aldabonazo
a partir del cual se
expandan nuevas formas
de desafiar el capitalismo.
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En este número:
- [Reflexiones colectivas lejos del mundanal ruido->11700]
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