EL LENTO DESPEGUE DE LAS ESTRUCTURAS DE SERVICIOS FINANCIEROS ÉTICOS Y SOLIDARIOS
“El crédito solidario debe ser una herramienta al servicio de los movimientos sociales”

Coop57 es la única cooperativa de crédito solidario actualmente existente en el Estado español. Paco Hernández , uno de sus fundadores, habla de
su trayectoria, desde 1995 en Barcelona hasta la creación de la Sección Aragón -en agosto de 2005- y la recién formada Sección Madrid. En 2006,
concedió 2,5 millones de euros, destinados a proyectos de economía social que fomenten el cooperativismo, el asociacionismo y la solidaridad.

15/02/07 · 0:00
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PACO HERNÁNDEZ

DIAGONAL: Coop57 nace tras un
largo conflicto laboral. ¿Por qué a
los y las despedidas de una gran empresa
se les ocurre montar una entidad
de crédito solidario?

PACO HERNÁNDEZ: En 1986, ante
la amenaza patronal de reducir la
plantilla de 800 a 200 empleados en
la Editorial Bruguera, empieza una
fuerte lucha autónoma y por tanto
sin comités de empresa y con poder
asambleario. Cuando acabó la lucha,
tras varios meses y mientras se
hacían recursos jurídicos, nos dimos
cuenta de que, con nuestra fama, difícilmente
íbamos a encontrar trabajo
en el sector. Además, eran años
en los que el paro superaba el 20%.

Por otra parte, unas 12 personas
creímos que era importante construir
en pequeñito y en la práctica
modelos autogestionarios como los
que defendíamos ideológicamente y
que lo mejor era ir a la raíz de la lucha
de clases que no es otra que el
modelo económico y social.
Un handicap para proyectos como
el nuestro era el que alguien te dejara
dinero, salvo con avales. Por ello,
cuando la justicia nos otorgó la razón
decidimos en asamblea ceder
una parte del dinero que ingresamos
para devolver toda la solidaridad recibida.
Y así, repartimos unos 100
millones de pesetas entre una lucha
internacional, que fue la revolución
sandinista, y una lucha nacional, que
fue el SOC. También invertimos para
en el futuro crear una bolsa que
fuera el inicio de lo que llamábamos
un fondo para generar empleo con
modelos autogestionarios.

Este fondo inicial se fue ampliando
con ahorros de cooperativas y de
otras entidades que promueven la
autogestión y la economía social, y
con aportaciones individuales.
Quizás otro momento importante
fue cuando empezamos a trabajar
con proyectos que no eran cooperativas:
asociaciones, etc. Aunque desde
el primer momento el único requisito
de nuestros estatutos para
entrar en Coop57 era que fueran entidades
que desarrollaran aspectos
de economía -así algunas asociaciones
o sindicatos alternativos están
desde el principio-, sí es cierto
que el grueso de entidades iniciales
lo formamos cooperativas que
proveníamos de la Federació Autónoma
de Cooperatives de Catalunya.
Gracias a ese principio de
los estatutos ha sido posible la diversidad
de entidades actuales.

D.: ¿Qué aporte transformador pone
sobre la mesa el crédito solidario?

P.H.: Éste es el gran reto y la respuesta
vendrá en cómo seamos capaces
de desarrollar el proyecto. Para muchos
de los que estamos en el tajo, la
cuestión es que no debe ser una herramienta
sólo para un tipo de economía
social, ni para un tipo de gestores,
sino que por el contrario debe
ser una herramienta de articulación
al servicio de los movimientos sociales
y, por tanto, ellos deben ser los
que vayan construyendo el modelo
que puede ser cambiante en cuanto
así se decida en mayoría. Un modelo
autogestionario que no se base en
principios de autonomía y de respeto
a las decisiones mayoritarias con los
mecanismos de participación claros
y transparentes significaría volver a
repetir los modelos tradicionales en
donde, si analizamos el porqué de su
fracaso, llegaremos a la conclusión
de que en un 80% el motivo son las
relaciones humanas y sus luchas internas.
Para mí la diferencia está en
el modelo de cooperativa con innovaciones
en sus formas de participación
y control colectivo.

D.: ¿Cómo funcionáis?

P.H.: Para poder pedir un crédito se
tiene que ser socio. Para ser socio,
antes tiene que haber un informe
previo favorable de la comisión social.
Una vez solicitado el crédito tiene
que pasar por una comisión técnica.
Finalmente, corresponde al
consejo rector la decisión última. En
este sentido hay ejemplos: sobre la
petición de un crédito la comisión
técnica da un informe negativo y
uno muy favorable la comisión social.
A partir de aquí y buscando por
parte del consejo rector fórmulas como
puede ser avalar desde las entidades
y las personas ese crédito, y
otras similares, han dado hasta ahora
resultados satisfactorios.
Todos los órganos son elegidos
por las asambleas, que suelen ser
numerosas y representativas.
En cuanto a impagos o morosos,
en principio se renegocian en función de la problemática de cada entidad;
el diálogo y la amistad, al conocernos
todos, es la base de la
confianza, al tener conocimiento
de que si no pagas no estás jodiendo
a un accionista multimillonario,
si no a compañeras y compañeros
de viaje de una cooperativa, de un
ateneo, de una asociación.
A diferencia de un banco tradicional,
que ante un crédito son subsidiarios
de la totalidad de la deuda
todos sus componentes, en
Coop57, por poner un ejemplo, si
una entidad pide 50.000 euros y firman
la solicitud 20 miembros de la
entidad y es una mayoría cualificada,
cada uno de los firmantes se
compromete con su parte, en este
ejemplo con 2.500 euros.

D.: ¿Cómo se inscribe Coop57 en
el panorama de los movimientos
sociales en Cataluña?

P.H.: La totalidad de personas de
los órganos de decisión son
representativas de los movimientos
sociales, y ésa es la base de
un modelo autogestionario y
participativo.
Gracias a Coop57 existe un conocimiento
y una cohesión en proyectos
concretos que hace unos años
eran impensables entre entidades
de sectores sociales bien diferenciadas,
así como que pudieran estar
construyendo proyectos conjuntos
como ocurre en la actualidad.
En cuanto a la economía social,
entendida desde la óptica de la carta
de principios del Foro Social
Mundial, estamos dando los primeros
pasos y, desde luego, la que es
su abanderada en cuanto a lo social
aquí en Cataluña es la Xarxa de
Economia Solidaria, que cuenta
con unas 40 entidades y compartimos
proyectos e ideas con las redes
de economía social a nivel estatal e
internacional. En cuanto al peso de
las cooperativas, en las charlas hablan
de que el 7% del PIB de Cataluña
lo generan las cooperativas.

D.: ¿Por qué el paso a Coop57
Aragón y Madrid?

P.H.: Por el principio de un modelo
basado en un funcionamiento
horizontal y participativo, con lo
cual es básico aprovechar la estructura
de funcionamiento administrativo
para ahorrar recursos.
Pero los funcionamientos de las comisiones
tienen que estar nombradas
en cada sede para que continúen
las bases de confianza y participación.
Un ejemplo, ¿cómo desde
Barcelona íbamos a evaluar un
proyecto de Madrid o viceversa?
En este sentido, hasta en asambleas
hemos optado siempre por
un modelo de crecimiento en horizontal.

Por ejemplo, si en Cataluña
existiera una realidad comarcal
fuerte para desarrollar su propio
modelo de Coop57 sería posible y
necesario hacerlo. Lo único que
debe regular la asamblea general
serían los acuerdos de solidaridad
económica entre unas y otras y el
respeto a los acuerdos de tipo general
aprobados en asamblea.

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