BARCELONA : UN CRECIENTE MOVIMIENTO CIUDADANO SE OPONE A QUE EL AVE ATRAVIESE EL CENTRO DE LA CIUDAD
¿Conseguirá el AVE horadar Barcelona?

El 12 de febrero,
Magdalena Álvarez
inauguraba, sin cámaras, la
llegada del AVE a
Barcelona. ¿Conseguirá
ahora rematar el proyecto
con un túnel por el centro
de la ciudad? Muchos
ciudadanos se oponen.

06/03/08 · 0:00
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OPOSICIÓN CIUDADANA. Después de soportar meses de molestias por las obras, muchos vecinos no están dispuestos a permitir que el AVE atraviese el centro de la ciudad / Edu Bayer

Tras años de fechas incumplidas –incluida
la última del 21 de diciembre–,
el caos del Cercanías y eternos debates
sobre su recorrido, la ministra de
Fomento, Magdalena Álvarez pudo
llegar a Barcelona en AVE el 12 de
febrero. Pero la que tenía que ser la
principal promesa cumplida de Zapatero
en uno de sus mayores graneros
de votos se quedó sin foto-finish.
Los directivos de ADIF optaron por
impedir el acceso de los reporteros
gráficos a los andenes al comprobar
que muchos pasajeros empezaban a
silbar al ver a la ministra. Como respuesta,
éstos realizaron un plante de
cámaras y se negaron a filmar la salida
de Álvarez de la estación. La imagen
final de este día de gloria quedó
en una rueda de prensa en el Palau
de la Generalitat, donde la polémica
ministra pedía perdón por los retrasos
y molestias.

Pero ¿una vez llegado el AVE se
acabaron los problemas? Esto aún
está por ver y cada vez da más la impresión
de que la polémica acaba de
empezar. Con la llegada del primer
tren comercial –que coincidió con el
inicio de la campaña electoral– se
convocaron dos protestas. Por la mañana
se movilizaron los trabajadores
ferroviarios a iniciativa de la CGT y
por la tarde lo hicieron vecinos y movimientos
sociales del barrio de
Sants, que están hartos de las molestias
que han provocado las obras y la
operación especulativa que las está
acompañando.

Protestas

El AVE, como muchas otras grandes
infraestructuras, tiene la capacidad
de ahogar las protestas con su
inauguración, una vez que los opositores
han sido derrotados y se generaliza
la acomodación a la nueva
situación. El problema, sin embargo,
es que el AVE no está, ni mucho
menos, terminado. Aún queda la
construcción de un túnel que tiene
que cruzar todo el centro de la ciudad,
una de las obras que más rechazo
conllevan. Una plataforma vecinal,
bajo el explícito nombre de
AVE pel litoral, lleva años oponiéndose
al actual trazado que pretende
cruzar toda Barcelona por el centro
y actualmente cuenta con fuertes
apoyos políticos y sociales, el más
importante el del Patronato de la
Sagrada Familia.

Este colectivo nació como un clásico
movimiento nimby (“no en mi
patio de atrás”, en sus siglas en inglés)
poco después del desastre del
Carmel, cuando se hundieron varios
edificios a causa de las obras
del metro. Entonces comenzaron a
movilizarse pidiendo que el AVE
cruzara Barcelona siguiendo la línea
del mar, aunque sin oponerse
nunca a su construcción. A medida
que las grietas se extendían a su paso
por el Baix Llobregat y el sur de
Barcelona el peso político y capacidad
movilizadora del colectivo ha
ido en aumento. Con el tiempo, además,
han ido radicalizando sus posiciones
contra el proyecto por sus
contactos con diferentes movimientos
sociales.

También han recibido el apoyo
más o menos explícito de diferentes
partidos, desde ERC hasta el PP –un
dirigente de CIU llegó incluso a encadenarse
simbólicamente– que han
forzado, por ejemplo, que el Pleno
municipal de Barcelona votase por el
cambio de trazado. Esta coyuntura
–en un momento en que el túnel no
está ni siquiera empezado– permite
pensar a mucha gente que el trazado
es modificable y es probable que las
movilizaciones se intensifiquen.

Sants y Gornal

Por donde sí ha pasado el AVE sin
demasiadas protestas es por el sur
del Área Metropolitana de Barcelona.
El consenso político y mediático
con que cuenta el proyecto ha sido
determinante a la hora de que los habitantes
aguantasen estoicamente
meses de ruidos, calles cortadas y
averías del servicio de Cercanías.
Pero ha habido más. Tanto en los barrios
del Gornal (L’Hospitalet de Llobregat)
como en Sants (Barcelona)
las obras se vincularon al soterramiento
de las vías que parten ambos
barrios. Pero ahora que el AVE ya
está hecho parece que no hay tanta
prisa para acabar el resto de las
obras. En Gornal han llegado a sacar
la maquinaria pesada sin ni siquiera
empezar el parque prometido.
En Sants la situación aún es más
dramática. En lugar de soterrar las
vías se está construyendo un “cajón”
de hasta 14 metros de altura
que, en vez de las vías, lo que va a
dejar en el subsuelo son varías calles,
escuelas y a los vecinos de hasta
el segundo y tercer piso, sin resolver
los problemas de movilidad
en el barrio. No sería de extrañar
que ante esta situación la gente decidiera
volver a salir a la calle.

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