Entre el experimento libertario y la cultura vecinal. El documental 'Hay un agujero en el centro de Madrid' nos explica lo que ha sido este espacio durante los últimos cinco años.

Con Pedro Herrero me tiré viajando por España más de diez años, actuando primero como cantautores (de los que hablaban de política, no músicos que hacen Pop) y luego como humoristas con El Club de la Comedia. Cantad, Cantad Malditos y luego Desakordes, buena época. Mientras, nos pelábamos el trasero en huelgas, paros y manifestaciones, apoyando a las maravillosas Madres de Mayo o en las acampadas de Sintel.
Pusimos canciones a No vas a tener casa en tu puta vida, sufrimos con el 15M, ganamos la batalla al Minivaticano, junto a los vecinos del barrio, o nos sentimos impotentes viendo como muchas oenegés manchaban de ponzoña a la labor de otras pequeñas que sí hacían un trabajo fantástico (casi siempre las menos conocidas). Incluso intentamos reconstruir un colectivo de músicos y humoristas que ya había soñado nuestro padre artístico Quintín Cabrera que, por supuesto, no funcionó ante la imposibilidad de encontrar un número mínimo de artistas de izquierdas. La mayoría tiene un compromiso, sí, pero con ellos mismos y con su creación. Aunque hubo años de vacas gordas la mayoría fueron guerrilleros, de economía precaria y lucha por nuestra manera de vivir. Luego la vida nos separó y cada uno se dedicó a lo suyo.
Lo que siempre ha mantenido Pedro es la integridad, es de esas personas que viven de los sueños, pero con los pies en la tierra, manchándose las rodillas y las manos. De aquellos luchadores que no se rinden ante los escépticos, de los que encuentran restos de arena de playa debajo de cualquier adoquín de Madrid. Él nunca ha dejado de luchar por el uso libertario de la ciudad, por los vecinos, por la cultura, por la libertad en general… a veces Pedro tiene tanta energía que te hace sentir que todo es posible. Roberto Rojas, fue aquel alumno aventajado de teatro que nos acompañaba en las giras de técnico y que ahora se ha convertido en un excelente director de teatro y cine, con un lenguaje propio y personal, y que nunca ha dejado (y que no lo haga) su faceta de productor de rap.
Juntos estrenan un documental sobre sus últimos años luchando por el espacio del Campo de la Cebada, un verdadero centro de cultura libre de barrio que nos recuerda a la Christiania danesa o las viejas experiencias okupas como los Labos de los noventa. 'Hay un agujero en el centro de Madrid' es el resultado de su trabajo en el Campo de la Cebada en forma de documental. Se estrena hoy jueves 19 de mayo a las 21h.
¿Qué es la plaza de La Cebada ahora y qué fue durante el 15-M?
A día de hoy, el Campo de Cebada es un compendio de voluntarismo, cuya gestión es asimilada por una asamblea bastante heterogénea en la que siete u ocho vecinos activistas, asumen las tareas del día a día en cuanto a su conservación para el disfrute de miles de usuarios. La asamblea sólo es un órgano de gestión, ya que sus decisiones no son necesariamente asumidas por sus usuarios, ajenos a la asamblea, y que se rigen a menudo por sus propias formas de gestión.
En el 15M el Campo estaba comenzando a despertar de su letargo de cemento, ajeno a lo que sucedía en las calles. Meses más tarde, las asambleas de barrio integraron su experiencia en ciertos niveles, frente a otros modelos de entender la calle, no siempre coincidentes en formas y objetivos. El Campo siempre se ha regido entre un equilibrio de voluntad y azar, que le confiere un carácter propio, explosivo y genuino.
¿Qué expectativas se han cumplido? ¿Cuáles se han roto? ¿Cuáles se han mejorado?
La base puramente experimental y la falta de autoridad, favorecida por el propio espíritu del Campo, ha hecho que las expectativas se redujeran a la mera convivencia de vecinos y vecinas, sin intencionalidades previas. Se trataba, principalmente, de abrir una puerta a un agujero de cemento de 2.500 metros cuadrados y ver qué pasaba. De modo que se han cumplido todas y ninguna, asumiendo los errores como victorias ajenas que, en cualquier caso, enriquecían el espacio.
¿Qué queréis contar con este documental? ¿A quién? ¿Por qué?
En realidad queremos contar una experiencia de vida. Algo que está ocurriendo en un lugar concreto desprovisto del concepto de “ley y fuerzas del orden” que impera tras sus puertas. Qué ocurre cuando pones a convivir a gentes muy diferentes en un espacio virgen al que poner su propia banda sonora.
Va dirigido en parte a quien nunca se ha planteado salirse de la fila, desde una óptica vivencial e intelectual en el sentido más terrenal de la palabra.
Porque pensamos que un lugar de esta naturaleza te coloca al borde de ti mismo, en cuanto al libre albedrío, y tus propias posibilidades como ciudadano respecto a ti mismo y a tu prójimo, y eso es muy poderoso a la hora de generar pensamiento libre. Y merece la pena contar la experiencia.
¿Qué tiene que ver Podemos a día de hoy con la calle y el movimiento libertario, si es que algún día lo tuvo?
A nuestro juicio, Podemos es víctima de una paradoja cuando menos curiosa, ya que bebe de las fuentes del 15M hasta que se topa con la necesidad de adoptar las herramientas del propio sistema, para alcanzar las cotas de poder necesarias para cambiarlo. Esto en sí mismo desdibuja la posibilidad de albergar posiciones libertarias, aunque por otro lado se está convirtiendo en una de las fuerzas que sugieren un cambio de rumbo “real” en las políticas devastadoras que se están llevando a cabo hasta ahora. En ese perverso equilibrio, alea jacta est.
La calle es mucho más diversa, amplia, heterogénea, viva y extraña que cualquier partido político, a pesar de su vocación de movimiento ciudadano. Proceder de la calle no te hace entenderla si no sigues en ella todos los días como elección personal.
¿Es La Cebada un ejercicio político, una gimnasia revolucionaria, o una okupación sin más?
Es un ejercicio político, ya que no lo hemos ocupado. Pedimos permiso, y el ayuntamiento del PP en su momento nos lo concedió. Paradojas del destino. Y desde ese espacio fue desde el que la propia Carmena comenzó la reconquista del Ayuntamiento. Curioso ¿No?
¿Cuál es el futuro de la plaza?
El futuro es volver a ser lo que desde el principio reivindicamos que fuera: un polideportivo con piscina que diera servicio a todo un barrio. Y lo hemos conseguido. El actual ayuntamiento se ha comprometido, con la participación activa de los vecinos, a volver a construir lo que se le arrebató al barrio. Otra victoria de la vecindad. Suma y sigue. ¿Lo ves cómo se puede?
¿De dónde habéis sacado el dinero para financiar el documental?
Hemos hecho una campaña de crowdfunding. 1.500 euros en total. La intención es ser autónomos en la financiación y que sean los vecinos y vecinas quienes sufraguen los gastos con aportaciones voluntarias.
Perspectivas de distribución…
En principio ninguna. Esto es para la gente. A partir de su aceptación empezaremos a plantearnos su distribución. Tenemos algunos contactos fuera de España, desde donde miran al Campo de Cebada con cierta admiración, y quizá sea ese el camino.
Algo más que decir.
El Campo de Cebada en realidad no existe. No puede existir, en el sentido de ser una especie extraña, una excepción. Lo que existe es la gente. Debemos acostumbrarnos a normalizar la experimentación ciudadana como base del crecimiento intelectual y político de las personas. No queremos ser los frikis de La Latina. Los galos irreductibles de Madrid. Queremos poder replicar esta experiencia en cualquier otro lugar de España, a través de la autogestión de su ciudadanía. ¿Tan raro suena en pleno siglo XXI que queramos ser dueños de nuestro propio aprendizaje?
No, no debería sonar raro… ¿Nos vemos esta tarde en La Cebada?
Ahí estaremos.
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