El Ateneu la Flor de Maig ha salido a la calle en Barcelona para reivindicar la rehabilitación inmediata de su edificio, ahora precintado. La acción ha incluido la okupación del solar contiguo.
Miembros del Ateneu la Flor de Maig, en el Poblenou (Barcelona), junto a multitud de vecinos y vecinas del barrio, han celebrado hoy una jornada reivindicativa que ha acabado con la okupación de un solar contiguo al edificio. El objetivo de la acción ha sido demostrar que, pese al precinto del Ateneu, el proyecto social, cultural y político de la Flor de Maig continúa vivo.
El Ateneu, situado en las instalaciones de una antigua cooperativa de consumo, pasó hace dos años a manos del Ayuntamiento de la ciudad tras una larga okupación por parte de movimientos sociales del barrio que lo reivindicaron como equipamiento vecinal de carácter autogestionado.
La historia del edificio se remonta a finales del siglo XIX cuando nace como sede de la Sociedad Cooperativa de Ahorro y Consumo la Flor de Mayo. El Poblenou acogía entonces la mayor concentración industrial de la Europa continental, motivo por el cual era conocido como el Manchester catalán.
Con sus más y sus menos, la cooperativa llegó en pleno funcionamiento a la Guerra Civil y formó parte fundamental de la red de distribución y organización del consumo popular durante la contienda. Caído el Gobierno de la República y de la Generalitat de Catalunya, la Flor de Maig, conjuntamente con el extenso patrimonio sindical, político y cooperativo catalán, entró a formar parte de la nueva institucional de la Dictadura.
Para finales de los años 40, la cooperativa dejó de existir como tal y sus inmuebles vendidos a distintas familias de la Barcelona de aquel entonces. Habría que esperar a las postrimerías del franquismo e inicios de la Transición para que el edificio recuperara parte de su espíritu fundacional pasando a funcionar como Ateneu Popular en el año 1978.
Desde entonces, y hasta el año 2012, la Flor de Maig fue el vivero donde nacieron muchas de las que constituyen el tejido social y cultural del barrio, como el Arxiu Històric, la Colla de Dracs, etc. Sin embargo, tras la llegada al Gobierno de la ciudad de Convergència i Unió (CiU), el Distrito Sant Martí, en un marco general de recortes presupuestarios, decidió dejar de pagar el alquiler a sus propietarios, con lo que el cierre y desalojo del Ateneu fueron inevitables.
Pocos meses después, en octubre de ese mismo año, es okupado por la Plataforma Recuperem la Flor de Maig. Durante los dos años del proceso, la Flor de Maig recuperó parte de su espíritu fundacional con un discurso que mezclaba y reivindicaba su pasado obrero y cooperativista y el movimiento vecinal clásico, además de realizar una crítica radical al modelo de ciudad.
Tanto trabajo tuvo sus frutos y el Ayuntamiento acabó por comprar el edificio a sus propietarios y cederlo a los okupantes para que continuaran con sus actividades. Sin embargo, algo más de un año después de este triunfo vecinal, una inspección técnica rutinaria sobre el estado del inmueble mostraría debilidades estructurales de tal calibre que aconsejaban el desalojo inmediato del Ateneu.
De esta manera, y mediante la simbólica acción de este domingo, los socios y socias del Ateneu han reclamado al Ayuntamiento la rehabilitación inmediata del edificio –algo a lo que el equipo municipal se había comprometido, conjuntamente con el arreglo de su fachada–, así como que se exijan las responsabilidades pertinentes a la antigua propiedad, la cual pudo haber vendido el edificio conociendo su mal estado.
Bajo el lema #PrimaveraPoblenou, los vecinos y vecinas han dado comienzo a la jornada recorriendo calles y plazas con una pancarta que reclamaba la continuidad de la vinculación del edificio con el barrio.
Un vermut y una comida popular han servido como eje a un día de celebración familiar y vecinal que ha acabado con la okupación del solar contiguo al edificio de la Flor de Maig. La actuación de una Coral, cantautores locales y un debate en torno al movimiento okupa en la ciudad han completado el programa.
El Ateneu reivindica así un espacio abierto para llevar a cabo algunas de las actividades que se llevaban a cabo antes de su precinto, además la puesta en marcha de otros proyectos e iniciativas como un huerto urbano. La okupación representa, para sus protagonistas, una "nueva muestra de la fuerza vecinal de la Flor de Maig, que camina hacía una ciudad cooperativa y autogestionada en el marco de la construcción de un verdadero poder popular".
comentarios
2