Análisis: democracia directa y procesos participativos
Cultura de la participación e inteligencia colectiva

Se celebran en Madrid las jornadas Herramientas para la Democracia: Abriendo la Participación, una invitación a pensar en las reglas del juego de los procesos participativos.

14/12/15 · 15:40
Taller en Medialab Prado. / Diso Press

Participar es algo natural en la especie humana y es, al tiempo, una de las artes sociales que mejora exponencialmente con el aprendizaje y la aplicación de metodologías.

Cómo seres sociales, somos lo que practicamos. Una sociedad que escucha, es la combinación agregada de una masa crítica de personas que escucha. Lo mismo que una sociedad que grita. No necesitamos que el 100% de los integrantes de un grupo manifiesten un comportamiento para que este comience a predominar. En esa “aritmética social” se mueve la inteligencia colectiva como pez en el agua. Y en la voluntad de que predomine el clima de entendimiento sobre el de crispación surgen preguntas esenciales. ¿En qué situaciones se requiere la democracia directa indelegable, en cuales no solo no es necesaria sino que resulta improductiva y en cuales se puede delegar en liderazgos (estables o rotatorios) basados en capacidades u otros criterios? ¿Quién decide las reglas del juego? ¿Quién es el sujeto que se hace las preguntas y quién debe responderlas? ¿Qué es más eficiente para el conjunto de la sociedad? ¿Qué queremos decir con eficiencia? ¿Es la eficiencia de recursos un criterio consensuado o una manera de sesgar los procesos participativos? ¿Puede ser las dos cosas a la vez? ¿Cuándo? ¿En qué porcentajes?

Estas nueve preguntas podrían ser cien o mil. En cualquier caso ejemplifican, que participar no es solo una cuestión de estar de cuerpo presente o tener acceso a la expresión de un voto o una opinión. Hay muchas consideraciones previas que deben ser aclaradas. Incluso la propia formulación de qué es importante y prioritario aclarar para participar y que no, condiciona la experiencia de la participación. Conviene pues que no esperemos procesos participativos perfectos en los primeros intentos, sino que nos prestemos al consabido “a participar se aprende participando”.

Participar no es solo una cuestión de estar de cuerpo presente o tener acceso a la expresión de un voto o una opinión

 

Si no hay experiencias, la inteligencia colectiva no puede desplegarse, entrenarse, esponjarse, aprender de sus propios errores, semiéxitos y superéxitos. Y de otras áreas de la transformación social, –como las radios comunitarias, los procesos vecinales, la construcción de procomún, el movimiento de software libre, los movimientos de lucha campesina, etc.–, hemos aprendido que para poder estar enfocados en la tarea (en este caso la participación) hay mucho trabajo previo que hacer (planificación, investigación, diseño) y mucho trabajo colectivo que hacer (evaluación, construcción de consenso, de relaciones de confianza).

Es por eso, que toda iniciativa de participación digital o presencial, toda demostración de inteligencia colectiva, todo proceso deliberativo exitoso, han de ser vistos como un faro que ilumina el camino hacia una tierra prometida: una Cultura de la Participación donde el Mínimo Común Divisor (ese número que viene estructuralmente definido) esté dispuesto a transformarse en el Mínimo Común Múltiplo, ese número que se expande “lo justo” para incluir a todas y todos los implicados.

Herramientas para la democracia

Durante los próximos 15, 16 y 17 de Diciembre, se van a dar cita en Medialab-Prado un grupo de personas para reflexionar sobre cómo se puede participar más y mejor en lo público, en lo común, en lo que afecta a todos y todas.

Bajo el título “Herramientas para la Democracia: Abriendo la Participación” se reúnen actividades de aprendizaje de otros países (Bélgica e Islandia), de otros ámbitos académicos (Massachusetts Institute of Technology), y de intercambio de experiencias desde otras ciudades (Barcelona, Zaragoza, Bilbao, Jerez, A Coruña) y desde varios ámbitos de la práctica y el saber (análisis de datos, gestión de herramientas de participación digital, filosofía, sociología, antropología urbana, participación democrática, inteligencia colectiva animal y humana, desarrollo informático y comunicación social).

Las sesiones son gratuitas, unas requieren inscripción y otras son entrada libre hasta completar aforo. Los resultados de las reflexiones y aprendizajes forman parte del futuro emergente. Una cosa es segura: la inteligencia colectiva, bien practicada, no termina cuando finaliza el encuentro, nos llevamos una parte de los otros, y las otras se llevan una parte nuestra, como una World Wide Web de la conciencia colectiva y el procomún.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Tienda El Salto