Crisis, contrapoderes, desbordes...

Aunque tengamos buenos resultados electorales, el bipartidismo se reorganizará tras las elecciones, y la banca y gobierno europeo harán todo lo posible para que fracase cualquier intento de desbordarlos.

07/07/15 · 14:53

Estos años se nos presentan llenos de crisis e incertidumbres. Buen momento para renovar las ideas previas y aprender de los procesos vivos. Además de las crisis ecológicas, de las financiero-especulatiivas, de las crisis de valores referentes, están también las crisis de la política institucional. Sólo en los meses que quedan del año vamos a vivir las repercusiones en el euro y Europa de lo que pase con Grecia. Los bancos y los gobiernos centroeuropeos tienen que castigar al país heleno por su osadía y premiar a la banca y Gobierno español por su obediencia. Pero para la gente de a pié las crisis siguen ahÍ y por bastante tiempo, según todos los indicadores de fondo.

Este año las elecciones catalanas nos depararán una fragmentacion grande de las opciones politicas, lo cual aumentará la sensación de crisis y de cambio de época. Con los resultados municipales ya se profundizó en esta tendencia, y quien sepa aunar fuerzas puede potenciar las tendencias de cambio. Las tendencias para las elecciones del Estado, provincia a provincia, vendrán marcadas por la capacidad para entusiasmar en cada lugar con las renovaciones de las formas de hacer política. Y los ataques de los medios y del bipartidismo seguiran siendo que "esta gente nueva también se pelean entre ellos, también tienen sus ilegalidades", etc. Por lo que hay que saber remar a contracorriente en estos medios hostiles.
 

Construir el entusiasmo instituyente, más allá, de los cálculos partidistas, es el desborde que todos parecemos necesitar.

Una buena base de apoyo serán los primeros pasos de los "contrapoderes municipales" ya en marcha. Pero el contrapoder puede entederse de diversas formas, y por eso creo que es preferible hablar y poner en marcha los poderes "paralelos". No tanto el pelear por la forma del poder administrativo, tratando de luchar lo que la ley hoy prohíbe, sino aprovechar el presidencialismo de las alcaldías para abrir formas "paralelas democráticas" por donde los movimientos sociales y la gente no organizada puedan expresarse y conseguir algunos resultados ante la crisis. La presencia de las "mareas" posibles que se reanimen con la convocatoria del municipio, los "presupuestos participativos" que inicien construcciones y demandas desde abajo, con formas claras de hacer "otra política" es lo que puede contestar los ataques que serán redoblados cada vez más.

Lo mismo ocurre con el "desbordar" como forma de hacer nueva política desde abajo. No se trata tanto de pelear a la vieja usanza entre líderes y partidos, sino aprovechar lo que de positivo pueda tener el diferente o el contrario. Es decir, hacerle caer en su propia trampa de lo que dice y no hace. Por ejemplo, IU dijo que se refundaría y no lo hizo en su momento (y ahora lo paga), y Podemos le propuso primarias y no las aceptó. Ahora la situación está al revés, y no es muy creíble que se dé el mismo juego invertido. Desbordar es construir una solución que sea superadora, por ejemplo tal como se propone desde fuerzas de Galicia o del propio Podemos. Tenemos buenos sistemas de primarias, tal como ha funcionado en las mejores candidaturas de los municipios, y esa es una fórmula de quitar los mayores lastres (de IU y de otros de la vieja política).

No sólo se trata de contar los votos de las candidaturas unitarias, los votos de Podemos, los de IU, o los de las izquierdas nacionalistas, que sumados llegan solo a la mitad de lo que se necesita para hacer un cambio en profundidad. Se necesita el entusiasmo (y los votos) de los no votantes habituales, que suman varios millones. Es ese voto oculto que en muchos municipios ha desbordado las previsiones, y que en unas elecciones generales (si supera el miedo que meterán los medios) puede dar un nuevo vuelco a la situación política. Construir el entusiasmo instituyente, más allá, de los cálculos partidistas, es el desborde que todos parecemos necesitar.

No se trata de una simple pelea electoral, aunque éste sea un buen detonador que siga con el desborde de las instituciones de la crisis-estafa. Se trata de una larga pelea que ya se comenzó hace años y que seguirá con medios electorales y con "mareas" unitarias también en cada sector social. Aunque tengamos buenos resultados electorales, el bipartidismo se reorganizará tras las elecciones, y la banca y gobierno europeo harán todo lo posible para que fracase cualquier intento de desbordarlos. Hay que prepararse para una larga lucha de años, y para eso necesitamos nuevas formas de hacer política desde abajo. Construir los poderes "paralelos" democráticos desde la sociedad, e ir desbordando con soluciones más inclusivas y con todas las fuerzas que se puedan juntar.

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comentarios

1

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    No Importa.
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    Mar, 07/07/2015 - 17:36
    Buen artículo, buen análisis y muy buenos objetivos los que propone; buenos objetivos para LA SOCIEDAD CIVIL en general, incluso para LA DEMOCRACIA. Todos sabemos que los gobernados siguen sin tener el control sobre el poder, exactamente igual que en una dictadura; esto es una oligarquía y aquí tampoco se puede controlar el poder por parte de los gobernados, que no pintamos absolutamente nada a este respecto. Casi nada. Precisamente de esto, de que los gobernados sí controlen al poder, trata este buen artículo; como cualquiera puede apreciar, es un objetivo muy bueno y que necesitará sus fases, sus tácticas, sus estrategias, sus pedagogías, etc.; pero lo vital es que ya hay ese buen objetivo para que los gobernados sí podamos controlar al poder, es decir, llegar a LA DEMOCRACIA.
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