ANÁLISIS // LAS BUENAS RELACIONES CON CUALQUIER GOBIERNO-MERCADO
Mágicamente la censura se volvió intolerable

Para mantener contentos
a sus clientes-empresas,
Google negocia y llega a
acuerdos muy diversos
con los gobiernos con los
que le toca lidiar.

02/03/10 · 1:22
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Amediados de los años
‘70, un informe del Gobierno
francés, por primera
vez, incluía a IBM,
una empresa privada, en una lista
de países influyentes, recibía la legitimación
política de un Estado y
un papel análogo en la escena económica
mundial.

Desde entonces las cosas se han
vuelto un poco más complicadas
para las empresas, sobre todo desde
el punto de vista de la conciliación
de sus intereses comerciales y
de imagen. En los años ‘70, los
clientes de IBM eran sobre todo
grandes empresas y había, entre
vendedor y comprador, una convergencia
ideológica. Por ejemplo,
IBM no tenía que preocuparse demasiado
por sus relaciones con el
Gobierno chileno porque, probablemente,
sus clientes compartían
su postura frente a Pinochet.

Las cosas son muy diferentes para
una empresa moderna, especialmente
si el negocio es en internet.
Los internautas, la materia prima
que Google proporciona como producto
a sus clientes (las empresas
que le compran espacio publicitario),
son gente de todo tipo.
Esta doble necesidad de trabajar
con todo tipo de gobiernos y
de justificarse frente a todo tipo
de usuarios, hace que el discurso
público de las grandes empresas
haya alcanzado hoy un grado de
sofisticación (y también de ambigüedad)
desconocida hasta hace
unos años. Una corporación hoy
es un Estado transversal, no
democrático cuya esencia es la comunicación:
su existencia depende
de su capacidad de vender una
imagen a sus usuarios/producto y
una, muy distinta, a los estados.

Un ejemplo emblemático

La relación de Google con los gobiernos
es regulada según la importancia
de sus mercados. Así, por
ejemplo, Google acepta no tener relaciones
con el Gobierno cubano
para complacer al estadounidense:
las consecuencias de una posible
hostilidad de Washington son mucho
más serias que la pérdida del
pequeño mercado cubano.
La cuestión es más complicada
en el caso de estados como Irán,
que se enfrentan a Occidente, pero
representan a la vez un mercado
importante. Las relaciones entre las
grandes empresas y estos gobiernos
son ambivalentes. Nokia y
Ericsson proporcionaron a Irán la
tecnología necesaria para controlar
el tráfico en su red. Mientras, Google
o Yahoo! se han mantenido al
margen gracias a una aceptación
pasiva, más que una colaboración
activa. En estos casos, las empresas
comparten la retórica liberal de sus
gobiernos, y evitan cualquier acción
que pueda interpretarse como apoyo
directo al Gobierno iraní. Al mismo
tiempo, las empresas evitan
comportamientos abiertamente
hostiles, que podrían perjudicar su
negocio allí. Por otro lado, estas empresas
son mucho más activas en el
caso de gobiernos represivos que
gozan del apoyo de Occidente, como
Arabia Saudí.

Las relaciones políticas más complicadas
son, sin duda, con China.
Sencillamente un mercado demasiado
grande y atractivo para pasarlo
por alto. Dada la estructura política
de China, cualquier relación de
negocio supone la aprobación o,
por lo menos, la no hostilidad de su
Gobierno. Durante años, Google y
otras empresas de internet han accedido
a las demandas de la censura.
Al menos en una ocasión, Yahoo!
proporcionó información que
condujo al arresto, y posterior condena
a cinco años de cárcel, de Shi
Tao
. Su delito, informar en un blog
de un decreto del Gobierno que prohibía
comentar publicamente el 15º
aniversario de la revuelta de la plaza
de Tian’anmen.

Frente a estas connivencias con
los gobiernos, la respuesta de las
empresas es siempre la misma:
aceptamos la censura porque, así,
por lo menos podemos proporcionar
a los ciudadanos algo de
información, mientras que, sin
nosotros, no tendrían nada.
Sin embargo, en diciembre, tras
sufrir un ataque directo a sus servidores,
Google se animó a denunciar
la censura y amenazó con salir
de China. Entonces se pusieron
en riesgo los datos que Google
misma acumula sobre sus usuarios,
es decir, la base misma de su
negocio. Mágicamente la censura
se vuelve intolerable.


CORTES EN LA RED

Desde que compró YouTube, en
2006, las protestas de las asociaciones
en defensa de los
DD HH se han extendido más
allá de las fronteras de China.
En noviembre 2007, Wael
Abbas
vio cerrar su vídeocuenta
de YouTube tras mostrar irregularidades
en las elecciones egipcias
y la brutalidad de la policía
en contra de los manifestantes
antigubernamentales. Más
reciente, es el caso del blog
todosconaminetou.blogspot.com,
creado en apoyo de la causa de
la activista saharaui Aminetu
Haidar y alojado en los servidores
de Google. La página estuvo
bloqueada a lo largo del día en
el que se anunció la finalización
de su huelga de hambre.

Artículos relacionados:

[La cara oscura de Google, la lucha por el control de la publicidad->10260]
_ Por Daniele Grasso

IPPOLITA, colectivo italiano autor de "El lado oscuro de Google"
_ [«Google es el ejemplo más evidente en internet del sistema consumista»->10261]

Tags relacionados: Google IBM Número 120
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