CASO ROQUETAS // JOSÉ RAMÓN CANTALEJO, ABOGADO DE LA ACUSACIÓN PARTICULAR
“El teniente admite textualmente que se les fue de las manos”

El 7 de febrero el juzgado de instrucción nº 1 de
Roquetas dictaba un auto de procesamiento contra
nueve guardias civiles por “presuntos delitos de trato
degradante y lesiones” por la muerte, el 24 de julio, del
agricultor Juan Martínez Galdeano en el cuartel de
esa localidad almeriense. El abogado de la familia no
admite “ni siquiera una desviación mínima de que la
Guardia Civil se excedió en el uso de la fuerza y le dio
una paliza injusta y brutal. El asunto de la causa de la
muerte es casi secundario, el caso es que se murió.
Que parece que no se ha muerto”. Y aclara: “Han intentado
que se retire la acusación, pero de eso nada”.

, Redacción
20/04/06 · 0:35
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PRESIONES. La acusación particular afirma haber recibido presiones, estar vigilada e incluso tener los teléfonos intervenidos./José Torres

DIAGONAL: La ampliación de la autopsia
hecha por el Instituto Legal de
Almería achaca la muerte de Galdeano
“a una reacción adversa a drogas”.
¿Cuál es su valoración?

JOSÉ RAMÓN CANTALEJO: Los
guardias civiles arrearon una paliza
de tres pares de narices a Galdeano.
Se extralimitaron. Fue una paliza
brutal y lo mataron. Y a mí que no
me vengan con monsergas de que la
última causa de la muerte fue la “ingesta
de drogas”. Porque, con toda
seguridad, si no le hubieran pegado
esa paliza no habría muerto. Y eso se
saca de la propia autopsia. Dicen que
claro, la toma de drogas podía haber
provocado más estrés. Que si no las
hubiera tomado es posible que la paliza
que le dieron hubiera tardado 20
días en curar pero que no habría
muerto. Pero esto último es una hipótesis.
El caso es que murió. Incluso
si fuera cierta esta hipótesis... ir a un
cuartel para pedir auxilio, como está
acreditado, y salir con una paliza tremenda,
con lesiones que tardarían
20 días en sanar, ¡no hay derecho!
Además, en esta ampliación de informe,
en un párrafo sobre la rotura del
esternón de Galdeano, el forense reconoce
que la fractura es perimortal,
es decir, que se produce inmediatamente -con un margen de aproximadamente
10 o 15 minutos- antes o
después de la muerte. Y en el párrafo
siguiente afirma que la rotura se produjo
“después de la muerte”. Sin ningún
razonamiento científico que refuerce
esa última conclusión.

Otro tanto pasa respecto al uso de
la porra eléctrica, cuyos efectos este
forense minimiza. Por su parte, un
informe sobre la ropa, que ya está en
el sumario, dice que aparecen quemaduras
que podrían ser de esa arma.
Para probar si funcionaba o no,
yo lo que le diría al teniente es que se
ponga firme y yo le doy con la porra.
Utilizaron con un ser humano una
porra para el ganado, para hacer
avanzar a los cerdos en el matadero.
Y la porra, aunque funcionaba poco,
le aceleró el estrés. Y está también el
spray. Porque el informe forense
de Almería dice que también aceleró
el estrés. Y la porra extensible -se ven los lampreazos en las fotos
del cadáver- también aceleró el estrés.
Esta ampliación del informe
de la autopsia, que ha utilizado la
Guardia Civil de manera tan chapucera,
contiene cinco veces la palabra
“puede” y una “podría ser”.

D.: ¿Insinúa que fue la defensa o la
Guardia Civil quien filtró el informe?

J.R.C.: No lo insinúo, fue así. Sin ninguna
duda; tengo constancia de que
eso es así. Y además tuvieron la habilidad
de meterlo por la agencia Europa
Press y con esos titulares resaltando
la supuesta exculpación. Y lo
filtraron también a la cadena COPE
para multiplicar el efecto. El titular
ha sido recogido en casi toda la prensa
nacional: ya se sabe cómo son los
periodistas y cómo ante una noticia
de agencia, el titular manda de una
manera tremenda. Es curioso, pero
cuando hay un sentimiento general
en la ciudadanía, una corriente de
opinión totalmente convencida de la
extralimitación que se produjo, de
repente sale un informe muy difundido
en los medios de comunicación
con un titular del tipo “el informe forense
exculpa a la Guardia Civil”.
Pero el único que puede exculpar a
la Guardia Civil será el tribunal cuando
en su momento se juzgue el caso.
Y este informe no es una cosa definitiva,
es el que han hecho los forenses
a los que les corresponde legalmente
por el juzgado, pero ya hemos pedido -estamos esperando la contestación
de la juez- otro informe complementario.
Este nuevo y tercer informe
no lo habíamos solicitado hasta
ahora a la espera de saber si el que
se iba a recibir de Almería coincidía
con el primero -el del Instituto Legal
de Granada-, que mantiene una relación
causal entre la detención y la
muerte. Y lo que no voy a aceptar
de ninguna manera es que se intente
presentar, y además interesadamente,
un viernes por la tarde, sin
haberlo recibido la Fiscalía ni esta
acusación particular y ni siquiera el
juzgado, un informe del que ya sabían
el contenido.

Porque además han tergiversado
dicho informe: si le quitas, al principio,
la frase “la causa principal de la
muerte es la ingesta de las drogas de
abuso” y la sustituyes por “la causa
principal de la muerte fue la paliza”
junto con que había tomado drogas
de abuso, no le tienes casi que cambiar
ninguna coma y vale igual. Es
curioso pero esa frase del informe
está en negrita, parece un título. Da
la sensación de que su autor quiere
facilitar el trabajo a los periodistas.
Por eso y por otras contradicciones,
hemos pedido la reconstrucción de
los hechos. No sé si lo concederá el
juzgado. Confiamos en la justicia y
sabemos que finalmente esta gente
va a ser condenada. Porque, por otro
lado, está el vídeo de las cámaras del
cuartel, que es incontestable.

D.: Sin embargo, según lo difundido
por la prensa, en el vídeo no se ve
gran cosa.

J.R.C.: Es un vídeo de seguridad, de
mala calidad, pero se ve bien. Si la
Guardia Civil dice que no se ve nada,
¿por qué no lo dejan ver? Que lo enseñen.
La familia ya me ha autorizado
a solicitar que pueda ser exhibido,
el problema es que en las imágenes
no sólo aparece el muerto sino
los agentes y tienen que dar su consentimiento
para difundirlo. La familia
de Galdeano ha sido muy valiente
al estar dispuesta a mostrar la muerte
de su ser querido. Es muy desagradable.
Yo reto a la Guardia Civil a que
autorice que se exhiba el vídeo y que
la gente se pueda hacer un juicio de
valor. Lo que yo he visto es al señor
Galdeano tumbado en el suelo recibiendo
una paliza, patadas y porrazos,
sujetado, como reconoce el cabo,
durante 20 minutos con el pie sobre
los omoplatos “decúbito supino”.

D.: ¿Cómo califica lo sucedido en el
cuartel?

J.R.C.: Una cosa es que yo diga, y la
familia diga, en eso han sido muy
prudentes, que estos guardias civiles
no son unos asesinos. Que no se levantaron
pensando “vamos a matar
al señor Galdeano”. Lo que decimos
es que ha habido extralimitación en
el uso de la fuerza, que ha habido negligencia
y que ha habido una muerte.
Y esos comportamientos no son
de recibo en una democracia. No se
puede admitir que vayas a un cuartel
para denunciar unos hechos, vayas
borracho, drogado o con un marcapasos
y que te zurren.

También tenemos que decir que
nos parece que hay algo que no
funciona en la oficialidad de la
Guardia Civil a la que llaman “sangre
azul”. Es mucha responsabilidad
para chavales que con 29 años,
por haber terminado una carrera
universitaria, llegan a dirigir 70 familias
armadas como las que había
en ese cuartel. Tengo constancia, y
se ha visto por las propias declaraciones
de algunas de las familias
del cuartel en la televisión, que verdaderamente
no están muy a favor
de este tipo de oficiales. Yo creo
que hay un problema de formación
de los mandos de la Guardia Civil.

D.: ¿Cree que si los acusados no hubieran
sido guardias civiles, habría
pasado otra cosa?

J.R.C.: Habrían ido a la cárcel. Fui
acusación en un caso que tuvo mucho
eco en Almería de unos vigilantes
de seguridad que en el puerto deportivo
de Aguadulce dieron una paliza
a dos colombianos y los tiraron
al mar. Se salvaron de milagro. Un
caso similar al de Barcelona. Todos
los vigilantes de seguridad -hasta
seis- fueron a la cárcel. Estuvieron
unos un mesecito, otros dos y luego
los fueron soltando. Se trataba de
una medida de prisión provisional y
los juicios tardan mucho en salir, y
como abogado defensor no estoy a
favor de la prisión provisional. ¿ Y
por qué ellos sí y unos guardias, por
llevar tricornio, dan una paliza y no
van a prisión? Hay dos tipos de
Guardia Civil, la del mamporro que
existe todavía y la democrática, que
es la que queremos, y para que ésta
sobreviva tienen que quitar los granos
que salgan. No son asesinos, son
tipos que se han pasado porque no
están bien formados o por lo que
sea. Pero que lo paguen.

Yo me siento acosado, lo he dicho
en varias ocasiones. No quiero hacerme
protagonista del asunto pero
los teléfonos los tengo pinchados.
Hay dos tipos, que van cambiando,
en la puerta permanentemente, que
me siguen. Llevo muchos años en este
despacho y me informan de todo.
Me tienen sometido al grado cuatro.

Se nos ha pedido que renunciemos
a la acusación, que pidiéramos
el archivo, pero de eso nada. Por la
vía civil y de reclamación patrimonial,
el dinero que van a cobrar la
viuda y el hijo está asegurado. Es responsabilidad
de la Administración.
No es por dinero. La familia no está
dispuesta, de ninguna manera, y
más ahora después de todo lo que
ha pasado, a renunciar a lo más mínimo.
Es una cuestión de dignidad.
Que este teniente era un chulo de
mierda. Hubo extralimitación en el
uso de la fuerza y hubo una negligencia
en la actuación, en primer lugar
del teniente que estaba al mando,
del segundo -el cabo- y luego de
los demás, cuyas responsabilidades
se irán depurando en el juicio. No
vamos a acusar a alguno de los guardias
porque en el vídeo realmente
no se les ve una actitud vejatoria, se
les ve una actitud incluso de rechazo
hacia lo que está pasando. Para que
nos entendamos, lo que hace el teniente
es decir “quitaros vosotros de
aquí, que vais a ver cómo se hacen
estas cosas”, y algunos de ellos le miran
como diciendo “pero qué está
haciendo este tío”. Admito que a lo
mejor no había que meterlos en la
cárcel, admito que fue culposo y que
no había dolo, pero que se pasaron,
no hay duda. El propio teniente en
su declaración admite textualmente
que “se les fue de las manos”.

«Tolerancia cero hacia los abusos policiales»

Esta frase del actual ministro
de Interior en el Parlamento,
este verano, no parece haber
tenido muchos efectos. A los
80 fallecimientos en dependencias
y actuaciones policiales
entre 2001 y 2005, documentados
por organismos de
derechos humanos, se suman
nuevos 'casos'. La familia de
A.L.A., un joven de Camas
(Sevilla) que murió el 17 de
enero en su casa, cuatro días
después de su detención por
un pequeño robo, achaca su
fallecimiento a una paliza de
varios policías locales de
Tomares. Aunque el atestado
policial argumenta que las
heridas se produjeron tras una
caída en la persecución, la
abogada que lleva el caso vio
al detenido en el calabozo y
pudo observar directamente
las lesiones: «varios puntos de
sutura en una ceja y el otro ojo
totalmente cerrado. Parecía un
puñetazo; tenía moratones en
los costados». Según esta
letrada, hay otras diez denuncias
por malos tratos en diferentes
juzgados contra este
cuerpo. Por otro lado, el 6 de
febrero un turista belga murió
en Marbella tras ser detenido
por cuatro agentes locales.
Según testigos, «le cogieron y
le pegaron hasta que lo tiraron
al suelo y, boca abajo, le
pusieron las esposas. Otro
agente le puso la rodilla en el
cuello contra el suelo y lo asfixió.
Cuando se dieron cuenta
lo intentaron reanimar».

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