SANTANDER //
Silencio oficial sobre el ‘estado de sitio’

La Delegación del Gobierno en
Cantabria continúa sin hacer declaraciones
sobre los abusos de
conducta que la Policía Nacional
protagonizó en Santander durante
las celebraciones del Día de la
Policía, a finales de septiembre.

10/05/06 · 22:07
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La Delegación del Gobierno en
Cantabria continúa sin hacer declaraciones
sobre los abusos de
conducta que la Policía Nacional
protagonizó en Santander durante
las celebraciones del Día de la
Policía, a finales de septiembre.

La capital cántabra albergó durante
una semana diversos actos
oficiales, como una misa o desfiles
de medio millar de agentes,
con la asistencia de altos cargos
de Interior y numerosos policías
de todo el Estado, incluyendo
cuerpos especiales como los GEO.
Durante esos días, y tal vez para
aprovechar la confluencia de
agentes en la ciudad o como actividad
para ocupar sus ratos libres,
la policía organizó redadas en bares
frecuentados por gente de izquierda
y locales de reunión de
gays y lesbianas, entre otros objetivos.
Las operaciones fueron presentadas
como “intervenciones
antidroga”, pero la policía no apareció
“en locales de gente de orden
donde la coca es más que una
bebida de cola”, en palabras de un
miembro de Izquierda Unida de
Santander.

Según testigos, las actuaciones
policiales incluyeron vejaciones a
los clientes de locales de ambiente
gay, que fueron cacheados y, en
algún caso, obligados a desnudarse
en los servicios de los bares.
Quienes se negaron fueron conducidos
a comisaría. Las operaciones
incluyeron también dar el alto
a varios vehículos en las calles de
la ciudad a punta de pistola.

“¡Se acabó la democracia!
¡Todos pa’dentro!”

Los operativos fueron muy similares:
entre cuatro y seis furgonetas
policiales aparcaban ante determinados
locales de copas, y decenas
de policías se bajaban a la vez
con actitud agresiva; en alguna
ocasión irrumpieron en los bares
al grito de “¡Se acabó la democracia!
¡Todos pa’dentro!”. En uno de
los bares, el número de agentes
que irrumpió fue tan desproporcionado
que llenaron por completo
el local.

La alarma provocada por estas
operaciones “despertaba a los vecinos,
que se asomaban asustados
a las ventanas”, según declaraciones
de una de las personas que sufrió
en carne propia esta situación.
La operación no sirvió para
encontrar ningún alijo de droga
importante: “tan sólo un par de
personas portaban pequeñas cantidades
destinadas a consumo
propio” que fueron decomisadas.
Según esta persona, “si el objetivo
era realmente la droga, la operación
fue un fracaso. Si era la de
aterrorizarnos, podemos considerarla
un éxito”.

A finales de septiembre, Izquierda
Unida de Cantabria exigió
públicamente explicaciones sobre
“el estado policial vivido en Santander”,
al que comparó con “un
Estado de excepción y de sitio nada
justificable”. Demandó también
el compromiso de que hechos semejantes
no vuelvan a repetirse,
sin que hasta ahora haya obtenido
más que silencio por parte del delegado
del Gobierno.

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