ITALIA : SEIS AÑOS DESPUÉS DE GÉNOVA
Sentencia por las protestas contra la cumbre del G-8

Un total de 110 años de cárcel. Tras cuatro años de juicio, un tribunal italiano ha dictado una dura sentencia contra 24 personas detenidas en julio de 2001 en las protestas contra la Cumbre del G-8 en Génova.

27/12/07 · 0:02
Edición impresa
JPG - 12.7 KB
 
GÉNOVA. Una de las multitudinarias manifestaciones que en julio de 2001 bloqueó
la ‘zona roja’ donde se celebraba una cumbre del G-8 y de la OMC / Andrea García

Ciento diez años de condena para
24 de los 25 manifestantes imputados
y una sola absolución. Una dura
condena en el primer gran juicio por
las protestas de Génova de julio de
2001 que los movimientos sociales
italianos han recibido con rabia y
cierto desconcierto.

La Fiscalía de Génova había recurrido
a la mano dura, solicitando
condenas para los 25 acusados de
un total de 225 años de cárcel por
“devastación y saqueo”, un delito
cuya creación se remonta a la Segunda
Guerra Mundial y que nunca
había sido aplicado para juzgar manifestaciones
en la calle.

Los tres jueces que formaban el
tribunal han validado en parte el recurso
a estas figuras penales. Aunque
la sentencia rechaza buena parte
de las acusaciones de los dos fiscales,
hace una distinción, según los
abogados defensores, neta y arriesgada
entre imputados ‘buenos’ y
‘malos’. Diez manifestantes que el
tribunal ha considerado que formaban
parte del bloque negro, integrado
por grupos libertarios y autónomos
partidarios de la acción directa,
han sido castigados con penas
ejemplarizantes por los delitos
de devastación y saqueo. Los imputados
detenidos tras la carga de los
Carabinieri en Via Tolemaide, la primera
de las muchas cargas policiales
contra una de las multitudinarias
manifestaciones que pretendían
dirigirse a la zona donde los jefes
de Estado de los ocho países más ricos
del mundo celebraban su cumbre
para bloquearla, han recibido
penas más ligeras. Las condenas oscilan
entre los seis meses y los 11
años de cárcel. Sólo una militante
de un centro social milanés, acusada
de tirar un cóctel molotov
contra la puerta de la cárcel de
Génova y para la que los fiscales
pedían 16 años de cárcel, la pena
más alta, ha sido absuelta al no
considerar probado el tribunal que
participara en los hechos.

Sobre los incidentes en la Via Tolemaide,
el tribunal ha abierto nuevas
perspectivas: según la sentencia
la reacción de los manifestantes
se produjo después de un acto arbitrario,
la carga de los Carabinieri, y
por ello no constituye delito. Además,
el tribunal ha dado otro toque
de atención ante la actuación irregular
de las fuerzas de seguridad
esos días en Génova y ha pedido
que de las actas del juicio se deduzca
el posible falso testimonio de algunos
policías. Se trata de dos funcionarios,
uno de los cuales es también
culpable de haber ordenado,
durante la represión de las manifestaciones,
la utilización por los policías
de barras de hierro en vez de
las porras reglamentarias.
La sentencia, después de cuatro
años de vista oral, centenares de testimonios,
horas de vídeos y miles de
fotos, se hizo pública el 14 de diciembre
en un tribunal rodeado desde
la mañana de policías y Carabinieri.

La decisión del tribunal
era una de las posibles soluciones
que, en estas semanas de espera,
han sido barajadas como salida al
juicio. Por un lado, mano dura contra
los manifestantes considerados
culpables de haber puesto en crisis
el orden público. Para ellos los jueces
han respaldado la tesis de la fiscalía,
incluida su utilización del extraño
concepto de “concurso moral”.
De esta manera algunos imputados,
cuya única culpa fue estar
cerca del lugar de los incidentes,
han sido condenados sin que importase
mucho lo que se pudo imputarles
en la vista. Y una actitud diferente
para los imputados que resistieron
a las cargas en Via Tolemaide:
el tribunal no sólo no ha negado que
se enfrentaran violentamente sino
que ha rechazado que se les condene
por un delito de resistencia frente
a un funcionario público.

Los partidos de derecha italianos,
que en aquellos días de 2001 gobernaban
el país, se han mostrado satisfechos
por las condenas. Por su
parte, las reacciones de los partidos
de izquierda han sido críticas y han
insistido en reclamar la creación de
una comisión parlamentaria de investigación
sobre la represión de
Génova. Entre los movimientos sociales
la decepción es grande. Supporto
Legale, la plataforma de apoyo
legal a los manifestantes consideró
que “el tribunal ha sentenciado
que hay formas compatibles de
protesta y formas que tienen que ser
sancionadas como un crimen de
guerra”. Y añaden “Nosotros pensamos
que todos los que estuvimos en
Genova tendríamos que gritar: ‘en
cualquier caso ningún remordimiento’.
Ningún remordimiento por
las calles ocupadas por la revuelta,
ningún remordimiento por las barricadas,
ningún remordimiento por
la determinación con la que pusimos
en discusión el poder en aquellos
días”.

‘La storia siamo noi’

La sentencia no parece haber frenado
la movilización de los movimientos
sociales italianos y la mejor
respuesta se vio al día siguiente.
El 15 de diciembre, cien mil
personas se manifestaban en
Vicenza, en el noreste de Italia,
contra la ampliación de una base
militar estadounidense con consignas
antinucleares, de apoyo y
solidaridad a los condenados de
Génova. Un mes antes, el 16 de noviembre,
unas cien mil personas
se manifestaron en Génova bajo el
lema ‘La storia siamo noi’ (la historia
somos nosotros) para que siga
viva la memoria de los hechos
de julio de 2001. Pedían justicia, y
que no se perdiese la memoria de
los abusos cometidos

DOS PESOS, DOS MEDIDAS
_ A. CHALMETA (REDACCIÓN)
_ Pese a que han pasado más
de seis años desde la represión
de las manifestaciones
contra el G-8 en Génova todavía
hay numerosos juicios pendientes
tanto contra manifestantes
como contra policías.
Sin embargo, el primer gran
juicio que acaba en sentencia
es la condena a 110 años de
cárcel contra 24 manifestantes.
Mucho más despacio van
los diferentes procesos abiertos
contra los agentes de las
fuerzas del orden. De éstos, el
que más atención está suscitando
es el de la violenta irrupción
y requisa en la escuela
Díaz en la noche del 21 de
julio de 2001. Veintinueve
agentes, entre ellos los más
altos cargos de la Policía italiana
presentes entonces en
Génova, están acusados de
lesiones graves por la brutalidad
desatada contra los detenidos
y calumnia. También
están imputados por falso testimonio
por haber introducido
en el colegio dos cócteles
molotov que luego la policía
atribuyó a los arrestados. Otro
gran proceso es el que aborda
la violencia en el centro de
detención de Bolzaneto, donde
más de 300 manifestantes de
toda Europa fueron duramente
maltratados. Aunque la violencia
que relatan los manifestantes
fue sistemática, sólo han
sido identificados 45 funcionarios.
Además, los acusados no
se enfrentan a graves penas:
al no existir el delito de tortura
en la ley italiana, las imputaciones
son menores. Y dada la
lentitud del proceso, éste
puede terminar sin fallo judicial
ya que los delitos están a
punto de prescribir. Entre estos
procesos, brilla por su ausencia
el del carabinieri que
mató a Carlo Giuliani. El
sumario nunca pasó de la
fase de instrucción y la jueza
E. Daloiso absolvió al agente
aplicándole la eximente total
de la legítima defensa.

Tags relacionados: G-8 Italia centros sociales
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

separador

Tienda El Salto