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El fiscal había solicitado año y medio
de cárcel para los cinco componentes
y el manager del grupo vasco
en el juicio celebrado el 2 de noviembre
a raíz de la denuncia interpuesta
por la Asociación de Víctimas
del Terrorismo (AVT), en la
que se acusaba a Soziedad Alkoholika
de enaltecer el terrorismo y
despreciar a las víctimas en algunas
de sus canciones. La sentencia
absuelve al grupo al no considerar
sus letras como constitutivas de delito
y advierte que denuncias como
ésta pueden convertirse en un “instrumento
dirigido a controlar la disidencia
política”.

La sentencia cierra por ahora la
vía judicial a una campaña de criminalización
orquestada por la
AVT, apoyada por militantes del
Partido Popular y difundida por
medios de comunicación afines,
contra uno de los más populares
grupos de la escena rockera estatal.
La alcaldesa de Valencia, Rita
Barberá, fue la primera en remitir
las letras de Soziedad Alkoholika a
la Fiscalía General del Estado,
cuando presidía en 2003 la Federación
Española de Municipios y Provincias.

En mayo de 2004, el juez
Baltasar Garzón admitió a trámite
una querella interpuesta por la
AVT, aunque la archivó meses después
al considerar que canciones
como Explota zerdo o Síndrome
del norte no tenían “relevancia jurídica
penal”. En su auto, el magistrado
añadía que “no puede la discrepancia
ideológica criminalizar
lo que es ejercicio del derecho de libertades
de expresión y opinión
que constitucionalmente están reconocidas”.

También rechazó los
recursos interpuestos posteriormente
por el abogado de la AVT. A
pesar de que Garzón firmó hasta
tres autos judiciales que exculpaban
a S. A. de apoyar a ETA, su sustituto
temporal al frente del juzgado
de instrucción, Grande Marlaska,
revocó a principios de año el
archivo de la causa y ordenó que
siguiera tramitándose.

La trayectoria de S.A. se inició
en 1988 y discurrió sin problemas
hasta que el 31 de mayo de 2002 el
periodista Alfonso Rojo acusó al
grupo de proetarra en el programa
de radio Protagonistas, de Onda
Cero, dirigido por Luis del Olmo.

Semanas después se cancelaron
los primeros conciertos de S. A.,
una constante durante los últimos
años que ha supuesto la suspensión
del 70% de las actuaciones de grupo
vitoriano. La presión mediática
también consiguió la retirada de los
discos del grupo de centros comerciales
como El Corte Inglés o que el
festival musical ViñaRock, el más
importante del Estado, perdiera varios
patrocinadores por contratar a
los vascos. La virulencia de los ataques
llegó a límites extremos, como
demuestra un artículo de Alfonso
Ussía publicado en el diario
ABC, donde definía a S. A. como
un “grupo musical formado por hijos
de puta batasunos”.

De nada servía que los componentes
de S. A. mostrasen su rechazo
al terrorismo, incluso antes de
iniciarse la criminalización, como
cuando en el año 2000 declararon
en una entrevista que “ETA ignoraba
la voluntad de paz de los vascos”,
acusando a la organización
armada y al Gobierno de Aznar de
“arrastrar a la sociedad vasca al enfrentamiento
civil”.

S. A. no es el único grupo vasco
que ha sufrido ataques durante
los últimos años. Por ejemplo, en
2004, los navarros Berri Txarrak
suspendieron en dos ocasiones su
concierto en Madrid debido a las
amenazas de grupos ultraderechistas.
Éstos contaron de nuevo
con el apoyo de medios de comunicación
como el diario La Razón,
donde se calificó a Berri Txarrak
de “abertzales que denuncian las
torturas a los presos de ETA”. Por
lo mismo, Su Ta Gar, banda de
heavy metal, tuvo que suspender
el pasado 20 de mayo su actuación
en Madrid.