Cuatro meses y medio después del asesinato del antifascista Carlos Andrés
Palomino por un soldado profesional, DIAGONAL habla del proceso con su madre.
Mariví Muñoz nos recibe en su casa
de Vallecas acompañada por
una amiga de su hijo. Hablamos
con ella en la antigua habitación
de Carlos, donde nos cuenta cómo
está viviendo el proceso tras su
asesinato a manos del soldado profesional
Josué Estébanez de la Hija
el 11 de noviembre de 2007.
DIAGONAL: Diversos medios de
comunicación describieron el asesinato
de tu hijo como una pelea de
bandas. ¿Qué opinas?
MARIVÍ MUÑOZ: No fue una pelea
de bandas, a mi hijo se le cruzó
en el camino un elemento con una
ideología extremista, su propósito
era matar, y matar al primero que
entrara. Y fue Carlos.
D.: ¿Qué opinas de que se equipare
con grupos fascistas a los colectivos
que denuncian su carácter totalitario
y discriminatorio?
M.M.: Cada uno tiene derecho a tener
sus ideas y defenderlas de la
mejor manera posible. Con lo que
no estoy de acuerdo, y lo digo claramente,
es con los extremos.
Prefiero los términos medios. Yo
apoyaba a mi hijo en sus ideas, no
tenía ningún problema, y era libre
de pensar como quisiera y manifestar
su rechazo a lo que consideraba
injusto.
D.: El asesinato de Carlos se suma
a una larga lista de asesinatos perpetrados
por simpatizantes de partidos
abiertamente racistas y contrarios
a la presencia de inmigrantes.
¿Cómo crees que deberían actuar
las autoridades al respecto?
M.M.: Son partidos que no deberían
de ser legales. No los ilegalizan
por sus propios intereses, porque
cuando han querido hacerlo lo
han hecho. Pero hay el mismo motivo
para ilegalizar a un grupo terrorista
de izquierdas como a este
tipo de gente, que tienen derecho a
voz y a manifestarse.
D.: El asesino de Carlos era miembro
del Ejército. ¿Has recibido alguna
comunicación de esta institución?
M.M.: No. La respuesta ha sido el
silencio. Tampoco me ha sorprendido.
Quien se puso en contacto
conmigo fue el Ministro del Interior,
Alfredo Pérez Rubalcaba, me dio el
pésame por la muerte del niño y las
palabras que usó textualmente fue,
“seamos sinceros, era uno de los
nuestros.”
D.: Además de esa muestra de
afección personal, ¿ha habido alguna
ayuda concreta de Interior?
M.M.: Ofrecimientos y buenas palabras.
De hecho hemos presentado
varios escritos, el último nos lo
han rechazado, y era una petición
de indemnización por ser víctimas
de un acto terrorista. Una de las
circunstancias que concurren para
ser víctima de ello es lo que le ocurrió
a Carlos. Me lo han denegado
diciendo que en esos hechos no
ven suficiente motivación. En la
misma carta citan los casos en que
se puede considerar un ataque terrorista.
Uno de ellos se corresponde
al nuestro.
D.: ¿A qué se comprometieron
exactamente?
M.M: El mismo ministro consideraba
que era un acto terrorista, y
ofreció todo tipo de ayuda, incluso
un abogado. Le dije que ya estaba
representada. También me ofrecieron
ayuda judicial pero luego resultó
que era remitirme a un bufete
de abogados para que me dieran
información de los pasos a seguir.
Hasta ahora no han tenido más que
palabras.
D.: ¿Quién está cubriendo los gastos
judiciales?
M.M.:Los chicos de Madrid
Antifascista. Son ellos los que se movieron.
D.: ¿La Comunidad de Madrid te
ha brindado algún tipo de apoyo?
M.M.: Estoy recibiendo atención
psicológica de una oficina judicial
de la CAM que está en el barrio.
Los gastos de entierro y demás lo
cubrieron ellos. Pero nada más.
D.: Tenéis por delante un proceso
largo y probablemente duro. ¿Te
sientes respaldada?
M.M.: Me siento muy apoyada, realmente
es algo que no esperaba.
Ya han pasado cuatro meses y medio
de lo de Carlos y sigo teniendo
el apoyo de su gente. Sus amigos
están aquí constantemente animándome
y gracias a ellos su ausencia
ha sido más llevadera. Me
dijeron que el proceso empezaría
pronto, en tres meses, y vamos camino
de los cinco. No sé que más
necesitan, si las pruebas son palpables,
las han visto y no hay que
rebuscar porque está todo. No tiene
que haber investigación siquiera,
porque está todo: los testigos
han testificado, las imágenes están
ahí. No entiendo por qué están dilatándolo
tanto. La justicia es lenta,
pero hay casos y casos.
D.: ¿Qué recursos pueden ayudar a
hacer frente una pérdida tan importante,
ante la desatención de las
instituciones?
M.M.: Acabar con la criminalización
del movimiento antifascista y
la discriminación. Es como si los
muertos de ciertos ataques, por
ejemplo las víctimas de ETA, fueran
más importantes que las de la
parte antifascista. Son muertos en
ambos casos, todos tienen familias
y todas son vidas que se pierden.
La ayuda que reciben las primeras
no la tiene la parte antifascista, está
desprotegida, no tienen ningún
miramiento ni consideración hacia
ella. Digamos que es el clásico
“uno menos”. Para mí esto es discriminatorio,
quiero que reconozcan
que esto también es asesinato
y terrorismo. Porque la víctima sea
un concejal o un militar no es más
importante que mi hijo.
D.: Lo que tú buscas en el proceso
es justicia.
M.M.: Totalmente. Creo que la habrá,
pero busco una sentencia justa.
Quieres confiar en la ley y lo que
demandas es eso, una sentencia
completa, sin condiciones. Si son
20 o 30 años de cárcel, que sean
hasta el final.
D.: Ante brutalidades como el asesinato
de Carlos hay quien llama a
la venganza.
M.M.: Yo siempre digo que la violencia
engendra más violencia.
Vengarse a golpes no lo veo bien.
Si lo ha hecho que lo pague, pero
con cárcel. No soy partidaria de la
violencia por la violencia. Hay
otras formas de llevar las cosas a
buen término.
ABANDONO INSTITUCIONAL
_ Mariví Muñoz ha tenido que pedir
la baja ante el duro golpe que le
ha supuesto el asesinato de su
hijo, que el momento de su muerte
ni siquiera había cumplido la
mayoría de edad. Esto le implica
una reducción de sueldo, por lo
que el colectivo Madrid Antifascista
ha decidido apoyarla económicamente
para sufragar los gastos
del proceso. Esta actitud solidaria
contrasta con el abandono que ha
vivido por parte de instituciones
como el Gobierno del Estado o la
Comunidad. Tras el asesinato de
Carlos, los partidos de la Asamblea
de Madrid intentaron suscribir
un comunicado condenando
las agresiones nazis, a lo que el
Partido Popular se negó. La Delegación
de Gobierno y el Tribunal
Superior de Justicia prohibieron la
tradicional manifestación antifascista
con motivo del 20-N, que se
dedicó a la memoria de Carlos.
Centenares de personas le recordaron
entre cargas policiales y
carreras. Mariví Muñoz se declara
indignada ante estos abusos.
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