ITALIA // EL GOBIERNO SE ENROCA EN SU LÍNEA DURA
Revuelta contra las políticas racistas en Lampedusa

Las durísimas condiciones en las que el Gobierno italiano
mantiene a cientos de inmigrantes y solicitantes
de asilo retenidos en la pequeña isla italiana han
suscitado numerosas condenas.

05/02/09 · 0:05
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NO MÁS CIE. El 27 se producía una marcha contra la apertura de otro centro.

Lampedusa, la pequeña isla italiana
de apenas 5.000 habitantes al
sur de Sicilia, se ha convertido en
el ejemplo más evidente de los
efectos de las restrictivas políticas
migratorias adoptadas por el Gobierno
italiano. Aunque hace ya
varios años que el Centro de
Primera Acogida (CPA) instalado
en la isla adolece de un hacinamiento
y una falta de recursos alarmantes
–hace sólo unas semanas
el Gobierno italiano decidía que la
ONG Médicos Sin Fronteras dejara
de atender a los internos– los recientes
sucesos han evidenciado la
situación insostenible de los inmigrantes
allí recluidos.

El estallido

El 20 de enero llegaban a la costa
de Lampedusa dos barcos procedentes
de Túnez y Libia con aproximadamente
unas 500 personas a
bordo. Nueve de sus pasajeros
eran supervivientes del naufragio,
el día anterior, de un tercer barco
en el cual perdieron la vida 26 tunecinos.
Estas nuevas llegadas disparaban
hasta 1.800 el número de
los internos en un centro previsto
para 800 personas. La mayoría de
ellos tuvo que dormir en la calle,
fuera del CPA. El hacinamiento, la
falta de atención básica y la prolongada
retención –la ley italiana
prevé que sólo puedan ser detenidos
un máximo de 48 horas, plazo
tras el cual deben ser trasladados a
la península– fueron los desencadenantes
de la manifestación espontánea
del día 24. Miles de internos
salieron por las calles de la
isla reclamando sus derechos, una
atención digna y, sobre todo, que
se respondiera a sus peticiones, ya
que la mayoría había presentado
una solicitud de asilo. Durante dos
horas, los manifestantes, apoyados
por la población autóctona que
se opone a la apertura de un
Centro de Internamiento para
Extranjeros (CIE) en la antigua base
de la OTAN de la isla, se concentraron
frente al Ayuntamiento,
para luego volver al Centro. Varios
internos empezaron una huelga
de hambre. El 27 se producía una
nueva manifestación de refugiados
e inmigrantes, con la presencia
masiva de la población de la
isla, en contra de la apertura del
CIE. La marcha terminó con una
ofrenda al mar de un ramo de flores
en memoria de los inmigrantes
y los pescadores de la isla
muertos en los últimos años.
Tras una semana de protestas,
Lampedusa ha pasado a ser el
blanco de críticas nacionales e internacionales.

“La situación en el
CPA de Lampedusa es inaguantable
y esto es también el resultado
de las políticas del Gobierno italiano,
que no quiere trasladar los
internos a la península porque
quiere acelerar el proceso de repatriación”,
afirmaba Laura Boldrini,
representante en Italia del
Alto Comisionado para los Refugiados
de Naciones Unidas (ACNUR).
El Alto Comisionado, que
también ha subrayado las pésimas
condiciones del centro, denuncia
sobre todo la falta de asistencia
legal. Según los datos ofrecidos
por este organismo, en 2008
más del 75% de las personas que
llegaron a Italia por mar presentaron
una solicitud de asilo. Y el
50% fueron concedidas. Esto demuestra
“que el Mediterráneo es
una vía de asilo para muchas personas
que huyen de guerras, hambre
y persecuciones”, afirmaba
ACNUR en un comunicado difundido
el 23 de enero. Por su parte,
Save the Children hizo público el
27 de enero su primer informe sobre
la situación de los menores en
el CPA de Lampedusa. La organización
internacional de defensa
de la infancia subraya la prolongada
retención de los menores
–hasta 37 días–, la falta de espacio
y de equipamiento y, sobre todo,
los procedimientos “más que dudosos”
para el cálculo de la edad,
por lo que no hay garantías de que
no se esté repatriando a menores.
Mientras, el ministro de Interior,
Roberto Maroni, de la xenófoba
Liga Norte, afirmó que, en el plazo
máximo de dos meses, serán repatriados
por lo menos mil tunecinos,
aunque todavía no se sabe cuántos
hay en Lampedusa.

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