La aprobación del matrimonio gay, primer paso de un debate que ha movilizado al sector más reaccionario.

Texto de Cris Kani
El mes de mayo de 2012, François Hollande, por entonces candidato a la presidencia por el Partido Socialista (PS), proponía, entre los objetivos del programa electoral para su candidatura, abrir el matrimonio a las parejas homosexuales.
El anteproyecto de ley presentado por el PS concerniente a la reforma del Código Civil para la apertura del matrimonio, de la adopción y de la procreación médicamente asistida (PMA) para parejas del mismo sexo será votado a lo largo de este primer semestre de 2013. Dicha propuesta ha suscitado una división dentro de la opinión pública francesa.
En el Parlamento existe una fuerte oposición a la adopción de esta ley. Se arguye dentro de éste órgano que éste no representa realmente al pueblo francés y se propone un referéndum para decidir sobre la legitimidad de esta medida. No obstante, el sábado 2 de febrero fue votado en la Asamblea Nacional Francesa el artículo 1 del proyecto de ley conocido como “Matrimonio para todos”, aprobado con 249 votos a favor y 97 en contra. Los diputados socialistas, los ecologistas, así como el Frente de Izquierda se posicionaron a favor, mientras que aquellos pertenecientes al partido de Sarkozy, Unión por un Movimiento Popular (UMP), y la mayoría de parlamentarios de centro votaron en contra.
El punto del anteproyecto de ley dedicado a la PMA, es decir, al derecho de procreación médicamente asistida, fue eliminado del borradorEn la calle el clima alcanza momentos de tensión. Bajo el eslogan “Manif pour tous” (Mani para todos) los integristas católicos, grupos de extrema derecha y colectivos gays reaccionarios como Plus gays sans mariage (“Más gays sin matrimonio”) congregaron a miles de manifestantes ante la Asamblea Nacional el pasado sábado para expresar su rechazo a la ley. En estas manifestaciones se leyeron pancartas como “todos nacidos de un hombre y una mujer” o “un hijo no es un derecho”, y se escucharon eslóganes de carácter marcadamente homófobo.
“¡Queremos tus derechos, no tu opinión!”
Ante estas movilizaciones, las asociaciones y colectivos LGTB convocan asimismo manifestaciones en todo el país para apoyar el proyecto de ley y reivindicar los mismos derechos para gays y lesbianas. En estas manifestaciones se ven bloques críticos TPG (“transpédégouines” o ‘transmarikabolleros’) que no salen a la calle para reivindicar la institución del matrimonio ni la familia nuclear como tal, sino más bien contra el torrente de movilizaciones homófobas y fascistas y por la igualdad de derechos. En las pancartas de estos bloques se leen eslóganes como “À propos du mariage gay… Ferme-la! On veut tes droits, pas ton avis!”, “Hablando del matrimonio gay...¡Cierra la boca! Queremos tus derechos, no tu opinión!”. Varias de estas manifestaciones fueron duramente reprimidas por la policía (que se encuentra bajo las órdenes del mismo gobierno que promulga la ley), mientras que aquellas en contra del matrimonio siempre transcurrieron sin incidentes.
A pesar de las numerosas movilizaciones por los derechos de gays y lesbianas, el punto del anteproyecto de ley dedicado a la PMA, es decir, al derecho de procreación médicamente asistida, fue eliminado del borrador, como consecuencia de la fuerte presión de los sectores conservadores, no sólo por parte de los grupos de derechas en el Parlamento.
Una vez más, el derecho de las mujeres de disponer libremente de su cuerpo parece sacrificado en las negociaciones de reforma del Código Civil. Como consecuencia de este rechazo del PS, las lesbianas que no sean “aptas” para optar a la adopción, es decir, aquellas que no reunan las condiciones necesarias para realizar este proceso (tener un contrato de duración indeterminada, una renta mínima, estar casadas...), o aquellas que simplemente no quieran ejercer la maternidad a través de esta vía pierden su derecho a ser madres y se ven desamparadas por esta ley, que no escapa a las dinámicas neoliberales y machistas de la sociedad de la “libertad, la igualdad y la fraternidad”.
La (bella) reacción de Despentes y Beatriz Preciado
Lo dijo el ex primer ministro Lionel Jospin: “La humanidad está estructurada sobre las relaciones entre hombres y mujeres” y le contestó la escritora-activista Virginie Despentes (ESP): “Algunas formaciones socialistas llegan a dividir los seres humanos en dos categorías: los verdaderos humanos y los que deberían esconderse y callarse”.
El filósofo Beatriz Preciado también ha contestado a Jospin y a la humorista gala Frigide Barjot, quien está haciendo campaña contra la reforma del Código Civil que equipara derechos entre heterosexuales y no heteros. “Los manifestantes del 13 de enero no defendieron el derecho de los niños. (...) Desfilan para mantener el derecho de discriminar, castigar y corregir toda forma de disidencia o desviación, pero también para recordar a los padres de hijos no-heterosexuales que su deber es tener vergüenza por ellos, rechazarlos y corregirlos”, acusa Preciado en un texto que puedes leer en
artilleriainmanente.blogspot.com.ar
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