ESTADO ESPAÑOL // UN BEBÉ DE 15 MESES Y SUS PADRES EXPULSADOS A NIGERIA PESE A SER ORIGINARIOS DE SUDÁN, PAÍS
Otra denuncia de torturas en el CIE de Madrid

Tres asociaciones madrileñas
han presentado
una denuncia judicial por
los abusos en el Centro
de Internamiento de Aluche.
A un interno le rompieron
el brazo a golpes.

06/03/09 · 1:57
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CIE DE ALUCHE (MADRID). Foto tomada desde fuera del Centro. La entrada está vedada hasta para las organizaciones de DD HH.

“Denunciamos el maltrato físico y
psicológico al interno argelino Ali
Khamel. Los guardias entraron en
su celda, sobre las 2:30 de la madrugada,
lo levantaron de mala manera
y sin motivo lo empujaron y golpearon,
partiéndole la muñeca y el brazo.
Su número es el 21. Él está incomunicado
y aislado, ¿por qué motivos?”,
se preguntan 61 internos del
CIE de Aluche, en Madrid, en una
carta recientemente hecha pública.

El pasado 17 de febrero las asociaciones
Araminta Ross, Médicos del
Mundo Madrid y SOS Racismo Madrid
presentaron ante los juzgados
madrileños una denuncia penal basada
en esa carta colectiva, que los
internos habían logrado sacar al
exterior del CIE. Según estas organizaciones,
tras haber sido incomunicado
en una celda de aislamiento,
no se sabe nada de Khamel desde el
9 de febrero. Lo más probable es que
ya haya sido expulsado.

Aunque la misiva de seis folios se
centra en los abusos que habría sufrido
uno de los internos, también
describe un clima de violación de los
derechos humanos y agresiones físicas
y verbales. “En la celda de castigo
hay un interno con la cabeza
rota”, agrega la carta y sentencia:
“Sabemos que han golpeado a una
de las mujeres y que entre nosotros
hay una persona con tuberculosis
que no ha sido separada del resto”.

También denuncian la detención de
mujeres embarazadas, y de madres
y padres de niños con ciudadanía
española, además de serias deficiencias
en las condiciones de habitabilidad
del recinto en el que pueden
estar detenidos hasta 40 días.
“Nos tratan muy mal, incluso hace
poco en la visita a una chica española
le pusieron una multa de 300
euros por abrazarse a su novio cuando
él se largó a llorar”, cuenta un joven
que a diario visita a su esposa y
tiene que soportar “verla dos minutos
sin poder abrazarla sabiendo que
lo está pasando muy mal, que no come
bien y está muy triste”.
Desde Colombia, Marco Antonio
ratifica las denuncias. Cuenta que en
octubre pasado sufrió una parálisis
facial que no le fue atendida. “Cuando
me vio el médico me dijo que tenía
un evento en el lado izquierdo del
cerebro y que debía ser llevado urgentemente
a un neurólogo. Pero como
no me llevaban, mis compañeros
empezaron a hacer ruido, hasta que
vino el director y me dijo: “Ah... eso
no es nada, es un dolor de muelas,
eso ahora se le pasa”. Actualmente
sigue un estricto tratamiento de recuperación
en su Cali natal.

También B., que aún camina por
las calles de Madrid con el miedo en
el cuerpo, recuerda que había “un
moreno de Senegal al que le tocaba
volar, él se resistió, se abrazó al catre
y decía ‘no quiero ir, tengo a mi esposa
española, no voy a ir’. Vinieron
los policías con su cara cubierta y
empezaron a golpearlo. Entre cinco
le pegaban en los genitales, con el
palo ese negro que tienen lo golpeaban
en las partes más vulnerables,
en el estómago y en las costillas. Se
cansaron de golpearlo”, rememora
atemorizado.

Son muchas las voces que siguen
denunciando lo que está sucediendo
en los Centros de Internamiento españoles,
y aunque en la reforma de
la Ley de Extranjería se prevé permitir
la entrada de ONG, diferentes organismos
y asociaciones desconfían
de las intenciones del Gobierno. “Las
denuncias y testimonios que dan
cuenta de golpes, insultos y condiciones
inhumanas de detención son
muchas, pero hasta ahora no se ve
una decisión política seria de terminar
con estos abusos”, se quejan.
Por otro lado, el 25 de febrero, un
niño de 15 meses y sus padres, que
aseguraban ser originarios de Sudán,
país en guerra, fueron expulsados
a Nigeria desde el CIE de Capuchinos.
Según denunciaron organizaciones
sociales de Málaga, la decisión
de las autoridades ha sido “injusta,
irregular y deshumanizada” y
hace oídos sordos a los repetidos llamamientos
de puesta en libertad por
motivos humanitarios.

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CIE DE ALUCHE (MADRID). Foto tomada desde fuera del Centro. La entrada está vedada hasta para las organizaciones de DD HH.
CIE DE ALUCHE (MADRID). Foto tomada desde fuera del Centro. La entrada está vedada hasta para las organizaciones de DD HH.
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