PROTESTA. La asociación de vecinos reunió
el 13 de enero a unas 2.000 personas
de diferentes edades, procedencias
y organizaciones contra las agresiones
neonazis a dos menores y el clima de
miedo en el barrio. // Jesús Blanco

El 20 de diciembre una joven de 17
años fue abordada por tres neonazis
con el rostro medio tapado que tras
inmovilizarla le levantaron el abrigo
y le grabaron una esvástica en la espalda
con un objeto punzante. Dos
días más tarde, la joven presentaba
una denuncia ante la Policía. Era la
segunda agresión de estas características
ocurrida en el barrio vallisoletano
de Parquesol en pocos días. El
16 de diciembre una adolescente de
14 años había sido agredida por tres
neonazis que también le grabaron
una esvástica en el glúteo derecho
con un objeto metálico que calentaron
al fuego. La adolescente tuvo que
ser atendida en un ambulatorio.

Días más tarde de este primer
ataque, sus agresores se presentaron
en la puerta del instituto de la
víctima y amenazaron con volver.

El delegado del Gobierno en Castilla
y León, Miguel Alejo Vicente,
tras anunciar una investigación policial,
afirmó también que son hechos
“puntuales”.

Sin embargo, miembros de la Plataforma
Antifascista de Valladolid
(PAV) denuncian el aumento progresivo
de este tipo de ataques y recuerdan
que ya se habían producido dos
agresiones similares a jóvenes, una
este mismo año y otra en 2002. En
un comunicado afirman que estos
hechos “no son puntuales como quieren
hacer creer a la ciudadanía, y que
estos nazis no son detenidos o procesados
ni por estas agresiones ni por
otras que ocurren día a día y no son
denunciadas, quedando impunes en
el anonimato, con el beneplácito de
las fuerzas policiales, cargos políticos
o jueces, que tienen en sus manos
terminar con esta violencia y poner
fin a sus andanzas delictivas”.

Como prueba de la actitud de las
autoridades recuerdan que el alcalde
de Valladolid, del PP, “ha declarado
a los medios que la acción fascista
ocurrida no demuestra que se trate
de grupos organizados neonazis,
incluso ha llegado a decir que estos
violentos sólo querían robar a las jóvenes,
intentando quitar importancia
al asunto”.

La repulsa por las agresiones a las
menores se expresó en una concentración,
convocada por la PAV el 30
de diciembre. Posteriormente, la
asociación de vecinos del barrio de
Parquesol organizó, el 13 de enero,
una masiva manifestación que congregó
a unas 2.000 personas.

Según miembros de la PAV, las
agresiones son protagonizadas por
neonazis organizados en el Bloque
Anti Sistema (BAS). Este grupo,
formado en buena parte por militares
profesionales, llegó a tener sedes-
hasta que la presión antifascista
consiguió su cierre- hace un
par de años y una asociación legalizada.
Los neonazis en Salamanca,
Valladolid y León están bien organizados
y coordinados entre sí, de
tal forma que los de una ciudad van
a otra para perpetrar los ataques.
De la violencia que emplean hay sobrados
ejemplos, como la encerrona
que unos 30 fascistas de diferentes
ciudades prepararon en León el pasado
noviembre a miembros de una
hinchada de fútbol de izquierda.
Cinco de éstos fueron apuñalados,
tres gravemente. La policía de
Valladolid ha tenido pruebas de sus
actuaciones puesto que hace un par
de años detuvieron en un coche a
varios neonazis con cócteles molotov
que, según la policía, se disponían
a atacar sedes de organizaciones
de izquierda.