La condena por torturas a dos agentes que fueron testigos clave en el juicio contra los nueve jóvenes del caso 4F abre la posibilidad de una revisión de la sentencia. Los grupos de apoyo han comenzado esta semana una campaña para reabrir el debate sobre el proceso, que consideran un montaje.
inforelacionada
Tras cinco años de vía crucis, el caso
4F revive para dar la razón a los familiares
y amigos que, desde el primer momento,
han defendido la inocencia
de los nueve jóvenes detenidos,
procesados y condenados a penas
de prisión como consecuencia
de las graves heridas sufridas por un
agente de la Guardia Urbana de
Barcelona en febrero de 2006 tras el
desalojo de una fiesta nocturna.
Detenidos en las inmediaciones del
lugar, los jóvenes fueron condenados
en un juicio donde no concurrieron
pruebas materiales ni documentales
que los implicaran. Sólo el testimonio
de seis agentes de la Guardia
Urbana, adscritos al grupo especial
UNOC (antidisturbios), operó como
prueba de cargo. En la vista oral, hasta
cuatro peritos mostraron las contradicciones
de una débil versión policial.
A pesar de las lagunas, los jóvenes
fueron condenados en un proceso
donde el Ayuntamiento de
Barcelona ejerció la acusación.
Dos de aquellos agentes, claves en
el proceso 4F, han sido ahora condenados
por un caso de torturas graves infligidas
al ciudadano de Trinidad y
Tobago Yuri Jardine. Los hechos se
remontan al 6 de septiembre de 2006
en la discoteca Bikini de Barcelona,
cuando los agentes –fuera de servicio–
acosaron sexualmente a una
amiga de Jardine, que les reprochó
su actitud. Los agentes le agredieron,
le golpearon y le detuvieron.
Trasladado a la comisaría de Zona
Franca, fue golpeado nuevamente,
amenazado con una pistola y sufrió
quemaduras en la espalda. En una
sentencia inusualmente severa, la
Sección Quinta de la Audiencia
Provincial de Barcelona condena a
los agentes Bakari Samyang y Víctor
Bayona a dos años y tres meses de
cárcel y ocho de inhabilitación por
un delito de torturas graves, así como
a indemnizar a la víctima con
15.000 euros. La sentencia, por defectos
de forma y a pesar de considerar
los hechos probados, no los condena
por denuncia falsa, falsificación
documental y simulación de delito.
Se da la circunstancia de que las
torturas sufridas por dos de los jóvenes condenados por el caso 4F fueron infringidas, siete
meses antes, por los mismos agentes
ahora condenados, en la misma comisaría
y con similar modus operandi.
Las defensas de Rodrigo Lanza y Alejandro,
así como los grupos de apoyo,
estudian ahora cómo puede incidir
la sentencia en una hipotética revisión
o reapertura de un caso que
ya ha comportado el encarcelamiento
de tres jóvenes y la muerte de
Patricia Heras, quien se suicidó en
abril pasado para no regresar a la
cárcel de Wad-Ras tras la concesión
de un permiso.
- Concentración de recuerdo a Patri Heras (la condenada por el caso 4F que se suicidó) y en apoyo al resto de personas encausadas. Madrid, mayo de 2011. Imagen: Fotogracción
Información relacionada
- Web de la campaña Desmontaje 4F.
- La versión de Patri Heras sobre su inocencia, en su blog.
comentarios
4