Por una supuesta agresión a un funcionario
del Centro Penitenciario del
Acebuche (Almería) en 1998, David
Reyes Quirantes, en libertad desde
hace tres años, ha sido condenado
a un año y medio de cárcel. El 1 de
junio ingresó en prisión.

David Reyes forma parte de los
movimientos asociativos de
Granada y desde su salida de prisión
no había tenido problemas con
la ley. Pero ésta no le deja en paz,
castigando su activismo con su ingreso
en prisión. La administración
se ha vengado de las denuncias y
críticas contra el sistema penitenciario
que hizo, en prisión y en libertad.

Nación Andaluza, a cuya asamblea
pertenece David, denuncia la
política de traslados continuos a los
presos que reclaman un trato más
humano, y su persecución fuera de
la cárcel. El mismo David, de 30
años, fue trasladado repetidas veces
por reclamar sus derechos como
interno. Después de nueve años
en la cárcel, condenado por varios
atracos cometidos antes de los 18
años, reconstruyó su vida laboral, familiar
y social. Este proceso ejemplar
se ha quebrado con su ingreso
en prisión. En una carta escrita desde
la cárcel, señala que su ingreso
puede relacionarse con las ‘limpiezas’
en las ciudades donde se va a
celebrar algún evento. En su mismo
módulo hay varias personas en circunstancias
parecidas. Muchos de
ellos trabajaban, habían dejado las
drogas... Así se manifiesta que el
sistema no quiere reinserción, sino
acosar y anular a las personas. Se
constata lo que el mismo David denunció
en la cárcel: un sistema que
se ceba en las clases más desfavorecidas
y trata de “aniquilarlas psicológicamente”.

Se hace, desde Granada y todos
los colectivos en los que participaba
David Reyes, un llamamiento a la
solidaridad, al apoyo económico -a
su familia y a la campaña-, y en pro
del indulto y la excarcelación inmediata
de David.