- FABRICIO PÉREZ. Criminólogo y director
de la DGCRR desde enero de 2007.
Entrevista realizada por F.C., Caracas
DIAGONAL: ¿Cuál es la situación
del sistema penitenciario?
- FABRICIO PÉREZ. Criminólogo y director
de la DGCRR desde enero de 2007.
Entrevista realizada por F.C., Caracas
DIAGONAL: ¿Cuál es la situación
del sistema penitenciario?
FABRICIO PÉREZ: El sistema penitenciario
es herencia de un sistema
capitalista que ha permitido la vulneración
sistemática de los derechos
humanos y el llegar al nivel de degradación,
no obstante el esfuerzo y
la atención de la revolución, en el que
se encuentra hoy. Tradicionalmente,
la IV República vio el sistema penitenciario
como un depósito de los
que consideraba que atentaban contra
sus intereses, privilegios y medios
de producción.
No podemos negar, hoy, la gravedad
de la situación, los cambios son
paulatinos y lentos, aunque profundos
e irreversibles. Pero ya se empiezan
a ver los resultados: se ha incorporado
nuevo personal, las infraestructuras
en 14 centros penitenciarios
se han mejorado, y se han construido
otros nuevos. Buscamos dar
solución estructural a las condiciones
de las instalaciones sanitarias,
cocinas y comedores. Hay 50.000 millones
de bolívares [unos 17 millones
de euros] para tal fin. Y hemos dotado
de medicamentos al 80% de los
centros penitenciarios por importe
de 230 millones de bolívares. Por último
está lista para su entrega en los
próximos días la primera Clínica
Móvil Integral de las ocho que están
contratadas y que llegarán en las próximas
semanas. Paralelamente hay
toda una serie de inversiones sociales,
deportivas, culturales, de salud,
que se han ido volcando al sistema
penitenciario para tratar de revertir
las graves condiciones en las que se
encuentra. Además de un esfuerzo
en la resolución del retardo judicial y
la aplicación efectiva de los derechos
penitenciarios.
D.: Chávez habla de su pasado como
preso político. ¿Cómo es vista la
cárcel hoy?
F.P.: La visión del sistema penitenciario
y del individuo que forma parte
de ella como preso ha cambiado
radicalmente. El modelo que queremos
construir apuesta por el derrumbe
simbólico de los muros, un modelo
de puertas abiertas tanto para la
comunidad como para el entorno social
de los centros, como para que los
propios individuos tengan un contacto
permanente con el exterior, para
que sus familias puedan acceder a
ellos, para que la comunidad pueda
interactuar profundamente con los
internos en un marco donde predomine
el régimen abierto, extramuros.
Un modelo con la menor cantidad
de muros posibles, que garantice
la reinserción del individuo, la participación
de la comunidad intramuros
(a través de la constitución de
cooperativas, tanto de familiares de
los internos como de las comunidades
aledañas, que presten los servicios
penitenciarios como la alimentación,
el mantenimiento de las áreas).
Es la propia comunidad la que
puede garantizar la reinserción efectiva
de los individuos, ya que conocen
mejor sus aciertos y carencias.
Ciertamente Chávez tiene experiencia
penitenciaria. Es por eso mismo
que se ha empeñado en encabezar
una transformación profunda,
que se plasma en la puesta en marcha
del Proyecto de Humanización
del sistema penitenciario. A través
de éste, se quiere instrumentalizar
una nueva visión filosófica socialista
humanista, donde el hombre, la condición
humana, sea lo que prime sobre
el resto de los elementos del sistema
penitenciario bolivariano.
D.: ¿En qué consiste el Plan de
Humanización?
F.P.: Es un plan ambicioso, integral,
radical y estructural. Incluye la construcción
de una nueva infraestructura
(15 nuevos centros penitenciarios
y 24 CTC): aunque con más muros
no se resuelve el problema, es necesario
cerrar urgentemente las viejas
cárceles. Propone la incorporación
de nuevos recursos humanos, con
formación profesional y en los valores
socialistas y éticos.
Implica un nuevo marco jurídico,
a través de la reforma del art. 272 de
la Constitución, que hoy abre la posibilidad
de privatizar los centros.
Ahora, éstos serán transformados en
centros de desarrollo endógeno y humanista
integrales, donde se propondrá
la corresponsabilidad entre el
Estado y los órganos de poder nacional,
regional y local. Con ello ratificaríamos
nuestro interés por un sistema
penitenciario como parte integrada
en la sociedad.
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