"FRANCIA // SIGUEN LAS HUELGAS DE LOS ""SIN PAPELES"""
La represiva política migratoria de Sarkozy se estrella

Pese a su escaso impacto político y mediático, las luchas de
los ‘sin papeles’ consiguen frenar la mano dura del Gobierno.
La patronal, necesitada de mano de obra, también presiona.

04/09/08 · 0:00

La política sobre inmigración del
Gobierno francés, basada en la expulsión
de todo ‘sin papeles’ y en no
aceptar más que la “inmigración escogida”
(únicamente la mano de
obra que demande el mercado), hace
aguas. Un ejemplo puede ser ilustrativo.
El 2 de agosto, durante una
de las constantes protestas contra los
CRA (Centros de Retención Administrativa,
donde son encerrados los
‘sin papeles’ antes de su deportación)
que han jalonado todo el curso pasado,
un incendio arrasaba el CRA de
Mesnil-Amelot. Los detenidos denunciaban
“un sistema inhumano
que los encierra sin haber cometido
delito alguno”, y malos tratos policiales.

Ya el 22 de junio, otro CRA, el de
Vincennes también había quedado
arrasado por un incendio. El mismo
2 de agosto, el Gobierno francés acusaba
a la asociación SOS Sin Papeles
de ser la responsable del incendio.
La respuesta de la sociedad civil fue
una campaña por el derecho a denunciar
la política xenófoba del Gobierno
y contra la criminalización de
quienes apoyan a los ‘sin papeles’ en
sus constantes movilizaciones.
Movilizaciones que están obligando
al Gobierno a regularizar, aunque
sea a cuentagotas y casi en secreto, a
los ‘sin papeles’. El colectivo de indocumentados
CSP92, que desde el 28
de abril ocupa la iglesia de St. Paul,
en Nanterres, había logrado a finales
de agosto hasta 60 regularizaciones.
Eso sí, tras una dura huelga de hambre
de siete personas.

El 4 de agosto, la policía detenía a
dos ‘sin papeles’ que trabajaban en
la reconstrucción del CRA de Mesnil-
Amelot, obra dependiente del Ministerio
de Defensa y sometida a estrictas
medidas de control. Es un ejemplo
de la paradoja a la que se enfrenta
Sarkozy: los indocumentados son
fundamentales para la economía. Y
eso se lo recuerda desde el 15 de abril
el movimiento de huelga de los trabajadores
‘sin papeles’ que sacude a
toda Francia. El movimiento de ocupación
de sus centros de trabajo por
parte ‘sin papeles’, iniciado con el
apoyo de sindicatos y asociaciones
en la región de París, ha logrado
unas 800 regularizaciones. Algo que
se asemeja, según diversos activistas
franceses, a una pequeña regularización
masiva. O que por lo menos queda
muy lejos del “caso a caso” gubernamental
como único criterio de regularización.

Pese a lo duras que resultan
las huelgas para los trabajadores,
éstas se mantienen: cuando en
una empresa se vuelve al trabajo tras
ganar la mayoría de los huelguistas
sus papeles (eso sí, siempre condicionados
a un contrato de trabajo y
muchas veces solo por un año), en
otra estalla la huelga. El movimiento
va ya por su segunda oleada, y algunos
dirigentes sindicales llaman ya a
una huelga general de ‘sin papeles’
para septiembre.

El 23 de agosto en París, aniversario
del desalojo policial, en 1996, de
la iglesia de St. Bernard ocupada por
centenares de ‘sin papeles’, y nacimiento
simbólico del movimiento de
los sans papiers francés, centenares
de personas acudían a la primera
convocatoria unitaria de dicho movimiento
desde hace años. Una demostración
de que pese a las fuertes
tensiones internas (300 sin papeles
ocupan desde hace meses unos locales
del sindicato CGT para asegurarse
de que no se olviden de ellos
cuando negocie con el Gobierno), el
movimiento está dispuesto a darle
un otoño caliente a Sarkozy.
Por su lado, las patronales, con discreción,
también presionan: necesitan
mano de obra, ya la tienen formada
y funcionando, ¿para qué esperar
a la “inmigración escogida”?

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