FATMA EL MEHDI, SECRETARIA GENERAL DE LA UNIÓN NACIONAL DE MUJERES SAHARAUIS
“La planificación familiar no es una prioridad, intentan aniquilarnos como pueblo”

Fatma El Mehdi explica a Diagonal a qué problemas se enfrentan las mujeres en los campamentos de refugiados saharauis. También aclara que las mujeres tienen un papel relevante en el terreno político y cuál es su compromiso con el Frente Polisario.

, Tinduf (Argelia)
20/04/06 · 0:30
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Fatma el Mehdi durante la entrevista en los campamentos de refugiados saharauis. / María José Esteso Poves.

Fatma el Medhi nació en el Sáhara cuando era colonia española. Con siete años tuvo que salir huyendo de su casa mientras Marruecos se quedaba con todo lo que les pertenecía. Tuvo que interrumpir sus estudios en Libia porque su padre murió en la guerra. Con 12 años volvió a los campamentos para ser la segunda madre de nueve hermanos. Aclimatarse en lo peor del desierto, sin agua corriente, sin luz, cuidar a los hijos, llevar las riendas de la casa, mientras los hombres están en el frente, y al mismo tiempo, hacer la revolución, no es sencillo. Lleva cuatro años al frente de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS).

¿Qué es la Unión de Mujeres Saharauis de la que usted es portavoz?

La Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS) es
una organización de mujeres que durante
estos 30 años de exilio han concentrado
sus esfuerzos en conseguir
la independencia del Sáhara. Además,
luchamos por nuestros objetivos
como mujeres. Para la igualdad
en el acceso al trabajo, a las instituciones
y para fortalecer la posición
de las mujeres dentro de la sociedad
saharaui
. Estamos peleando por
nuestra independencia como pueblo
y como mujeres. No sólo en este momento,
donde hace falta la participación
de todos y todas, sino también
en el futuro Estado independiente.

Por un lado, estamos trabajando
para la igualdad entre géneros con
niños y niñas. Primero con las familias,
intentado sensibilizar a las madres
para que eduquen a sus hijos
de una forma equitativa. Y segundo
desde el Gobierno, modificando actitudes,
hábitos. Por otro lado, hemos
conseguido importantes avances
en educación
especial. Ése es el
principal logro de la UNMS. Fue
complicado porque no había dinero.
En el último año hemos puesto
en marcha tres proyectos. Eso para
nosotras es un éxito porque ha disminuido
la ayuda internacional por
la presión de Marruecos en la UE y
hay una crisis importante en los
campamentos.
Nosotras, gracias a
nuestro trabajo diplomático, hemos
conseguido financiarnos.

¿Cuáles son las reivindicaciones de las mujeres saharauis?

Nuestra primera demanda es
la autodeterminación de nuestro
pueblo. Además, nuestras reivindicaciones
como mujeres han ido evolucionando
desde nuestra llegada al
desierto argelino. Podemos hablar
de dos etapas históricas para las
mujeres saharauis. La primera, más
dura, la de creación de las estructuras
en los campamentos, y tratar de
ofertar servicios, desde la distribución
de alimentos hasta la salud. Un
segundo momento, en el que tomamos
más conciencia como mujeres
que quieren que se incorpore su
proyecto al proyecto general de la
República Árabe Saharaui (RASD).
 

En este sentido, desde la UNMS nuestro trabajo diplomático y político se ha encargado de dos temas fundamentales: la asistencia social a los discapacitados y los problemas de las mujeres en los campamentos. Gracias a la labor de nuestra organización existen centros para atender a los discapacitados y a las personas mayores. Por eso, desde hace dos años el Gobierno ha reconocido nuestra tarea y ha creado una nueva institución, la Secretaría de Estado para Asuntos Sociales y de la Mujer, al frente de la cual está una mujer.

La población femenina representa
el 75% de la sociedad saharaui.
 Los hombres hicieron la guerra y
 se produjeron muchas bajas.

¿Las mujeres de los campamentos utilizan la píldora anticonceptiva?

Depende de cada mujer. Hemos
hablado de este tema muchas
veces, pero pensamos que mientras
estemos como pueblo luchando para
conseguir nuestra existencia, éstos
son temas secundarios. Sí, tenemos
que darle mucha importancia
a la salud de las mujeres y de
los niños. Tenemos que esforzarnos
para conseguir alimentos para
las mujeres embarazadas, durante
la lactancia, conseguir comida para
los bebés. Pero no podemos
plantear como una prioridad la planificación
familiar porque estamos
ante una invasión que nos está intentando
aniquilar como pueblo.
Como mujeres tenemos que asumir
la responsabilidad de traer hijos al
mundo. De todas formas, no existe
ninguna ley que obligue a tener hijos.
Hay mujeres que tienen tres hijos,
diez y otras no tienen ninguno.

¿Las mujeres saharauis pueden separarse?

Las mujeres no tienen problemas
para tener otro marido. Aunque
es el hombre quien le da el divorcio,
ella puede solicitarlo también. Existe
un consejo que estudia cada caso y si
ve que la mujer tiene razón obliga al
hombre al divorcio
.
Según nuestra
tradición, quien se queda con la casa
es la mujer, el hombre no se puede
llevar nada. Cuando han pasado tres
meses de ese divorcio se celebra una
fiesta para la mujer divorciada, y en
muchos casos, en esa fiesta conoce
al nuevo marido. Se casan las veces
que quieran con hijos o sin hijos.

¿Las jóvenes que salen a estudiar fuera regresan a los campamentos?

Antes, sólo existía la posibilidad
de ir a Cuba, ahora pueden ir a
España, Italia y otros países, y las
mujeres prefieren ir a lugares donde
puedan estudiar y trabajar y
aportar dinero a sus familias. Regresan
todas, pero al pasar aquí
unos años si no encuentran trabajo
emigran a España. Estas mujeres
que se van son una pérdida gravísima,
porque éste es el momento en
que el pueblo saharaui necesita a
su gente. Creo que lo deben comprender.
Por otra parte, muchas
mujeres saharauis han dejado que
los padres, que los maridos, se marchen,
y muchas veces esto es una
prueba más de la resistencia de las
mujeres para seguir adelante.

¿Hay diferencias entre las mujeres saharauis con respecto al mundo islámico?

En la cultura saharaui se considera
al hombre según respeta a la
mujer. “El menos hombre” es aquel
que le dice una palabra desagradable
a una mujer. Levantarle la mano
a una mujer es algo que aquí no se
ha conocido nunca
, el respeto a la
mujer es lo más importante. Si no
hubiera habido esa base es imposible
haber conseguido ese salto cualitativo
que han experimentado las
mujeres en nuestra sociedad. De todas
formas, como mujeres nunca
podemos esperar que eso sea así
siempre. Porque somos mujeres del
mundo y sabemos que pueden producirse
cambios. Quizás nosotras
no lo vivimos así, pero somos conscientes
de que hay una imagen muy
negativa del islamismo en el resto
del mundo. Sin embargo, para nosotras

la religión no es ningún problema

para salir a trabajar, para relacionarnos,
como pasa en otros
países árabes, como por ejemplo
Argelia. Allí una mujer no puede
tener huéspedes sin avisar a su
marido. Eso no ocurre en nuestro
país. Para nosotros el Islam es
nuestra religión y lo vivimos como
una religión muy tolerante, no tenemos
ningún problema.
 

"ESTÁN INTENTANDO ANIQUILÁRNOS COMO PUEBLO"

¿Qué diferencias existen entre las mujeres saharauis de los campamentos y las mujeres de los territorios ocupados por Marruecos?

El tema no es sólo tener para comer o no de un lado u otro. Es tener los derechos fundamentales. Y eso se ha visto ahora en las visitas que organiza la ONU. Las mujeres de aquí van a las zonas ocupadas y las mujeres de las zonas ocupadas las miran como si estuvieran un poco locas. Las de los campamentos tienen libertad para hablar de lo que quieran, pero las que viven en Marruecos no pueden hablar de política. Pero eso está cambiando. En el último año se ha producido un fenómeno nuevo. Son las mujeres en las zonas ocupadas las que están viviendo el papel protagonista, más arriesgado, de lo que llamamos la Intifada saharaui. Son las que llevan la información de las personas que están organizando el movimiento de resistencia, las que salen las primeras con las pancartas, levantan las fotos en las manifestaciones, las que hablan a los medios de comunicación. Y eso a pesar de estar viviendo otras dificultades, porque hay una invasión militar pero también una invasión cultural. No pueden hablar nuestra lengua, el sahania; para acceder al trabajo se da prioridad a los marroquíes y en las escuelas los niños aprenden que el Sáhara es marroquí. Están intentando borrar nuestra identidad.

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