LGTB // TRES MILLONES DE MANIFESTANTES EN RÍO
La convocatoria del Orgullo recorre el mundo

Las celebraciones en numerosas ciudades del planeta
del Día del Orgullo de lesbianas, gays, transexuales y
bisexuales (LGTB) reflejan grandes desigualdades.

15/10/06 · 18:48
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SIN MIEDO, CON ORGULLO. La denuncia de la homofobia y la defensa de la propia
condición han sido constantes de las convocatorias. En la imagen, la de Toronto. // Tyson William

A lo largo de los meses de junio y julio
se han celebrado manifestaciones
del Orgullo LGTB en los cinco continentes,
revelando una realidad desigual.
En Occidente los glamurosos
desfiles ‘esponsorizados’ por grandes
firmas y orientados al ocio y el
consumismo no albergaron grandes
reivindicaciones -o, si acaso, sólo la
demanda del derecho al matrimonio.

Entre los más numerosos, Madrid,
con más de un millón y medio de manifestantes,
entre los que destacó la
participación por vez primera de un
“bloque alternativo” que bajo el lema
“Orgullo es protesta” alzó una voz
crítica contra la superficialidad comercial
de la celebración. En otras
ciudades como Barcelona -que dedicó
este año la movilización a las
personas LGTB de la tercera edad- y
las capitales vascas -entre las que
cabe destacar la primera celebración
del Orgullo en Iparralde-, las convocatorias
huyeron del desfile de carrozas
y mantuvieron su habitual
ambiente reivindicativo. También
fue el caso de la primera convocatoria
LGTB “precaria” de A Coruña,
de marcado carácter queer, o incluso
la manifestación que tuvo lugar
en Valencia, habitualmente de carácter
comercial pero que este año
estuvo marcada por el rechazo a la
visita del Papa a la ciudad.

Otras ciudades europeas combinaron
el carácter carnavalesco con
demandas a favor del matrimonio:
París congregó a 800.000 personas,
frente a las 1.000 de Atenas o las
400 de Lisboa. Otros desfiles, como
las convocatorias nacionales de
Turín (Italia) y Zwolle (Holanda)
congregaron a 50.000 personas cada
una. El Europride comercial londinense,
de carácter continental,
sólo congregó a 40.000 personas,
una décima parte de las expectativas
de sus organizadores.

El modelo de desfile comercial
fue especialmente visible en los países
anglosajones, donde destacaron
por su afluencia las convocatorias
de Nueva York, San Francisco,
Toronto o Sidney.

De carácter muy distinto, las manifestaciones
de Rumanía, Rusia y
Polonia, que tuvieron lugar con varias
semanas de antelación respecto
al calendario de Europa Occidental,
sufrieron violentas razzias de grupos
nazis y ultrarreligiosos. En al menos
los dos últimos países, la policía, lejos
de proteger a los manifestantes,
colaboró con los agresores.

En América Latina, además de los
tres millones de manifestantes de Río
de Janeiro, destacaron las dobles
convocatorias en ciudades como
México y Lima: paralelamente a los
desfiles de carrozas carnavalescas,
tuvieron lugar convocatorias más minoritarias
en contra de la represión
homofóbica y el neoliberalismo. Los
100.000 manifestantes mexicanos se
hicieron eco del clima preelectoral
de junio ante el hecho de que ninguna
de las tres candidaturas mayoritarias
incluyeran grandes avances para
los derechos de la población
LGTB. Caracas, Montevideo y San
Juan de Puerto Rico albergaron
manifestaciones de fuerte contenido
político.

Entre las manifestaciones celebradas
en los países musulmanes destacó
la convocatoria de Estambul, Turquía,
donde 200 manifestantes, escoltados
por un número similar de
policías, exigieron la legalización de
sus asociaciones y denunciaron las
frecuentes agresiones físicas contra
transexuales (ver DIAGONAL 34).

El Orgullo en Jerusalén

Las convocatorias de nuevas marchas
que se extenderán a lo largo
del verano culminan con la cita del
Orgullo Mundial (World Pride), previsto
este año en Jerusalén el 10 de
agosto. Al respecto, diputados conservadores
de partidos confesionales
con representación en el parlamento
israelí, así como líderes religiosos
cristianos, musulmanes y judíos,
y el propio alcalde de Jerusalén,
apelando al carácter sagrado
de la ciudad y lanzando veladas
amenazas, reeditan la campaña homofóbica
que el año pasado logró
aplazar su celebración. Por su parte,
el movimiento queer israelí mantiene
su propuesta de participación
crítica en el World Pride, al que
quieren llevar un mensaje radical
contra el consumismo gay y a favor
del pueblo palestino mediante la celebración
del ‘Queeruption’ del 3 al
13 de agosto con otras actividades
(acampadas, talleres, fiestas... ) y
protestas en Israel y en Cisjordania
en coordinación con el movimiento
de resistencia palestino.

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