ESTADOS UNIDOS // MOVILIZACIONES CONTRA LA CRIMINALIZACIÓN DE LOS EMIGRANTES
La batalla de los indocumentados

La multitudinaria marcha que invadió el pasado 25
de marzo las calles de Los Ángeles puso de relieve la
fuerza de las organizaciones pro derechos de los
inmigrantes, especialmente de la mayoría hispana.

29/04/06 · 19:35
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MARCHA MULTITUDINARIA. Centenares de miles de personas reclamaron en 100
ciudades norteamericanas el derecho a la ciudadanía y el fin de la discriminación.

A esta protesta, algo que, hasta ahora,
no se había visto en Estados
Unidos, le han precedido otras y le
han seguido muchas más, cimbreando
la espina dorsal del omnipotente
Estado norteamericano,
hasta tal grado que han conseguido
que la Ley Sensenbrenner, la Ley
HR4437 [ver DIAGONAL nº 22 y
23], haya sufrido una primera derrota
parcial en la Comisión de
Justicia del Senado. Los puntos más
polémicos de esta ley son la criminalización
de los emigrantes en situación
irregular y de sus empleadores,
además del levantamiento de
un muro en la frontera con México
y la incorporación de 12.000 nuevos
agentes fronterizos. Sin embargo, la
propia estructura capitalista no ignora
que el destino de su crecimiento
económico está unido a esa fuerza
de trabajo clandestina y que la
mejora de sus condiciones es necesaria.
En la actualidad, el proyecto
de ley se encuentra pendiente de
un debate en el Senado en el que
se pretende regularizar la situación,
al menos, a siete de los 12 millones
de indocumentados.

Este imparable movimiento parece
ahora surgido de la nada, pero
detrás de esta lucha hay muchas
organizaciones que llevan años trabajando
por los derechos políticos
de los inmigrantes. La convergencia
en una sola voz ha sido posible
gracias a ese tiempo de vigilia y
briega constante de dichos movimientos.
No es extraño que, ante el
éxito de convocatoria de las manifestaciones,
ciertos grupos de extrema
derecha traten de intervenir
amenazando directamente a algunos
de los líderes hispanos que han
apoyado esta pacífica revuelta. Es
el caso de Antonio Villarraigosa, alcalde
de Los Ángeles, o del presidente
de la Hermandad Mexicana
Nacional y Latina, Nativo López,
que dice estar acostumbrado a estas
amenazas desde hace mucho
tiempo. Este veterano activista ha
sido también un defensor de la enseñanza
bilingüe, desde su puesto
directivo de la junta del distrito
escolar, en el condado de Orange,
California. Su organización, junto a
muchas otras, como CHIRLA, CARECEN,
SEIU, Mexican American
Political Association, contribuyeron
de manera impecable al éxito de la
ya histórica manifestación de Los
Ángeles (nunca antes se había registrado
una tan numerosa en la
ciudad). Aproximadamente, unas
cien organizaciones laborales, civiles
y religiosas se unieron junto a
estudiantes, políticos locales y artistas
a la convocatoria de esta marcha
por la dignidad. El efecto se vio
multiplicado por una unión sin precedentes
de todas las radios hispanas.
Las 25 emisoras fueron lideradas
por Eddie Piolín Sotelo, un emigrante
de Jalisco que saltó la frontera
en los ochenta y hoy es un importante
comunicador hispano.
Pero lejos de recrearse en los logros
conseguidos, estas organizaciones
no van a parar, pues, como
apuntó Angélica Salas, directora
del Centro Pro Derechos Humanos
en Los Ángeles (CHIRLA, sus
siglas en inglés), al periódico mexicano
La Jornada, se mantiene
en el proyecto de ley la contratación
de 12.000 agentes más para
la frontera con México, lo que
multiplica la fuerza de la migra, el
servicio de inmigración.

“Pero esto no nos permite bajar
la lucha. Vamos a continuar hasta
que todos los indocumentados consigan
su visa”, nos apunta el presidente
de Hermandad Mexicana,
Nativo López. Y continúa este dirigente
exponiendo el programa previsto
para el próximo primero de
mayo, el “día sin latinos”: un boicot
generalizado a los productos estadounidenses
y la inasistencia a clases
y al trabajo serán la forma de
intentar acabar con una norma
que consideran irracional e injusta.
Por su parte, la Iglesia Católica,
que se ha mostrado claramente
opuesta a esta ley y ha participado
activamente en la protesta,
se unirá al boicot haciendo sonar
las campanas de sus iglesias
ese día a las cinco de la tarde.

“Se pasa mucho miedo”, dice
Lupe Hernández cuando recuerda
su detención e ingreso en la cárcel,
la primera vez que intentó cruzar
la frontera desde Tijuana. Esta
emigrante mexicana es asesora
laboral y miembro directivo del
Centro de Trabajadoras de la
Costura, una importante organización
establecida en California.
Hace ya 14 años que llegó a Los
Ángeles después de dos intentos
fallidos, y en esta ciudad consiguió
trabajar como costurera. “Y te pagaban
por pieza, no por horas, así
que, si sólo sacabas unos centavos,
era tu problema. Antes no estábamos
tan organizados”.

Lupe, ahora, dedica su jornada a
asesorar e informar de sus derechos
a los empleados del sector
textil. “Tratamos de convencerlos
de que tienen protección aunque
sean indocumentados. También
los acompañamos, les asistimos en
cualquier trámite que tengan que
hacer, y sobre todo, estamos ahí
para que no se sientan solos”.
La demostración que han hecho
estos movimientos, sacando de las
sombras a esos millones de indocumentados,
deja al aire una política
republicana que legisla al margen
de sus gentes, pues ya nadie se atreve
a ignorar que los inmigrantes,
con o sin papeles, votan o producen
para el país que les descuida.

«Día sin
latinos»

_ Ningún inmigrante residente en
EE UU deberá ir al trabajo o a las
escuelas el próximo 1º de mayo.
También los países latinoamericanos
han sido llamados a boicotear
los productos estadounidenses.
Esta nueva iniciativa sigue el
ejemplo de las movilizaciones de
Milwaukee (Wisconsin) donde
unos 90 negocios propiedad de
latinoamericanos en el sur de la
ciudad estuvieron cerrados durante
el día de una protesta llamada
"Un día sin latinos". El nombre
fue tomado de un documental,
"Un día sin mexicanos", que
simula cómo sería la vida en California
si todos los latinos desaparecieran
repentinamente.

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