LIBERTADES: 46 DETENIDOS TRAS EL DESALOJO DE UNA OKUPACIÓN
Jóvenes de Pamplona declaran “el estado de desobediencia”

Las asambleas de jóvenes de Pamplona denuncian
“la persecución política y el acoso policial” mediante
acciones en la calle y con un intento de okupación.

24/05/07 · 0:00
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LA OKUPACIÓN, el 18 de mayo, de un palacete en pleno centro de Iruñea fue el colofón
de la campaña de denuncia, aunque fue desalojado poco después.

La IGA, coordinadora de asambleas
de jóvenes pro okupación y autogestionarias
de Iruñerria (Pamplona
y su comarca), ha impulsado
una campaña de denuncia “del recorte
de derechos civiles, la persecución
política y el acoso policial”
que está llevando a cabo el
Ayuntamiento de la ciudad. La acción
más sonada de la campaña
Iruñerria piztera goaz! (¡Vamos a
prender Iruñerria!) fue la okupación,
desalojada a las pocas horas,
de un edificio en el corazón del
Casco Viejo de Pamplona.
El pistoletazo de partida de la semana
de movilizaciones lo daba, el
12 de mayo, el inicio de un ayuno
de once vecinos y vecinas, protesta
que mantuvieron durante una semana.

En esos días, las acciones de
denuncia en la calle se succedieron
para exigir, “el cese inmediato de
los seguimientos, montajes, amenazas,
palizas y juicios por parte de la
policía”. Las movilizaciones buscaban
también el respaldo de organismos
populares, sindicatos, partidos
y agentes sociales a la demanda de
“inmediata excarcelación de Xabier
Errea”, joven activista que está cumpliendo
una condena de 29 meses
de cárcel por una supuesta agresión
a una policía municipal en los días
posteriores al desalojo del Euskal
Jai, el gaztetxe del Casco Viejo, desalojado
y derruido en 2004 [Ver
DIAGONAL nº 47]. La campaña
exigía, asimismo, la derogación “inmediata”
del Pacto Cívico, una normativa
aprobada por el Ayuntamiento
de Pamplona dirigido por
UPN, la marca local del PP, similar
a las que están siendo implantadas
en otras ciudades del estado y que
imponen fuertes multas por, por
ejemplo, colocar carteles.

Tras declarar “el estado de desobediencia”
y anunciar su “disposición
a plantar cara” grupos de jóvenes
protagonizaron un corte de carretera
en el centro de la ciudad con
encadenamientos a bidones de hormigón,
la okupación del local del
Consejo de la Juventud, recorridos
turísticos por las miserias de Iruña y
encadenamientos en las obras de
construcción de un aparcamiento
sobre las huertas populares del barrio
de Arrosadia (ver DIAGONAL
nº 48). Y todo en Iruña y su comarca,
un lugar donde, en los últimos
tres años, han sido desalojados 22
gaztetxes y 11 jóvenes han sido condenados
a penas de cárcel y más de
100 han sido o serán juzgados. Pero,
con esta campaña, los movimientos
sociales han querido demostrar
que, en Pamplona, a pesar de que
“la intransigencia municipal no tiene
límites”, se siguen reivindicando
“locales liberados y autogestionados,
que gaztetxes y centros sociales
sean respetados, así como las cosas
que hacen que Iruña sea Iruña:
la participación, la cultura popular,
lo colectivo y lo común”.

Como culminación de la campaña,
el 18 de mayo, decenas de
personas irrumpieron en el Palacio
del Marqués de Rozalejo, un
edificio del siglo XVIII, hasta entonces
deshabitado, en la pamplonesa
plaza de Navarrería, y
abrieron sus puertas, dando inicio
a un nuevo gaztetxe. Al día siguiente
el edificio era desalojado
con gran brutalidad con un saldo
de 46 personas detenidas. Horas
más tarde, una masiva manifestación
de protesta recorría el centro
de la ciudad.

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