SIS

ANWAR impulsa el
reconocimiento de
los derechos de la
mujer en el Islam.

DIAGONAL: ¿Vuestro trabajo busca
conseguir cambios en la legislación
que afecta a las mujeres en los países
islámicos?

ZAINAH ANWAR: Sisters in Islam
combate la discriminación de la mujer
en nombre del Islam desde una
doble perspectiva: primero, analizamos
los problemas que tienen las
mujeres respecto a la ley, la incapacidad
y la falta de acceso a derechos.
Al profundizar, vimos que eso no era
suficiente, porque muchas de las
discriminaciones contra la mujer se
justifican en nombre de la religión.
Debíamos ir hacia atrás, buscar dónde
estaba la mala interpretación que
daba lugar a la ley, las bases de la
discriminación, así que decidimos
estudiar el Corán y ver si realmente
nos discriminaba. Como musulmanas,
habíamos crecido leyéndolo,
pero en árabe, idioma que no conocíamos.
Esta vez leímos las traducciones
y tuvimos como guía a Amina
Wadud (profesora universitaria de
Estudios del Islam en los EE UU y
primera mujer que ofició un rezo
mixto el pasado marzo en una mezquita
de Nueva York). Hay muchos
versículos que hablan de la justicia,
de la igualdad entre hombres y mujeres,
de la compasión, de la relación
de cercanía de las mujeres con
amigos. La pregunta es: ¿por qué
no se usan como principios que
guíen la relación entre mujeres y
hombres en el Islam? ¿Por qué los
versículos que se interpretan literalmente
en el sentido que el hombre
es superior a la mujer deben ser
los rectores? ¿Quién decidió que éstos
deben ser revelados y los otros
silenciados? Es una cuestión de poder.
Lo importante es analizar quién
tenía el poder para tomar esta decisión.
Y luego, impulsarnos para
crear un espacio público y reclamar
nuestro derecho y nuestro poder para
hablar de estos temas como creyentes
y ciudadanas de una autoridad
democrática.

D.: ¿Qué opinas del rol de países, como
EE UU, que en su día financiaron
a muyahidines, talibanes y resto
de grupos fundamentalistas que están
proclamando la restricción de
derechos de las mujeres?

Z.A.: Estas administraciones no son
diferentes de los poderes coloniales
que utilizaban el proyecto de la civilización
y la liberación de la mujer
para justificar la colonización. Usan
la denuncia de la opresión de la mujer
bajo los talibanes para justificar
su intervención en esos países. No
digo que no ocurriera, porque ciertamente
pasa, pero si echas un vistazo
a lo que está pasando en Afganistán
e Iraq, el objetivo de liberar a
las mujeres o asegurar que éstas gocen
de igualdad de derechos no es
una prioridad de la administración
iraquí o afgana. Es realmente crudo
que digan que las liberaron. Por
otro lado, el monstruo que crearon
les está devorando. Crearon a los
muyahidines para contrarrestar a
los rusos y fueron los primeros en
enseñarles a usar la religión como
ideología, sabían cómo producir
yihadish. Los rusos se fueron del
país y ahora ellos van a por los
norteamericanos. Todos los objetivos
estratégicos al final han resultado
contraproducentes. El
monstruo se come al monstruo
que lo creó.

D.: ¿Crees en la construcción de
alianzas internacionales entre
grupos feministas que no se basen
principalmente en la fe sino
en la condición de mujer como
género oprimido?

Z.A.: Las bases de la lucha están
en la realidad diaria de las
vidas de las mujeres y sus condiciones
sobre el terreno, y eso
nos fuerza a intervenir en nuestra
fe, porque ésta ha sido utilizada
para justificar nuestra opresión.
Lo consideramos inaceptable,
porque, si creemos que Dios es
justo, ¿cómo puede ser tan injusto
con un ser humano? Los objetivos
comunes de justicia e igualdad existen
entre diferentes grupos de mujeres.
Como ciudadanas del Islam trabajamos
en Túnez, Filipinas, Pakistán,
Afganistán, Bangladesh..., así
que estamos construyendo alianzas,
trabajando contra la opresión
y la discriminación de las mujeres.