De interés público

La legislación de menores es un claro ejemplo de la confusión entre interés público, interés privado e intereses de la población, en la que estos últimos salen siempre perdiendo.

, Psicólogo y pedagogo
04/06/13 · 13:10

El empecinado debate ideológico entre Interés Público e Interés Privado que esgrimen la política de izquierdas y derechas, PSOE y PP por ejemplo, en realidad es un tremendo equívoco. Muy peligroso para la población en general por tratarse de un señuelo eficaz para engañarla.

Izquierdas y derechas tratan de convencer a la población de que se interesan por satisfacer sus necesidades, unas en nombre del interés supuestamente público y otras del interés privado. Pero eso de interés público e interés privado nada tienen que ver ya con velar por los intereses y necesidades de la gente; sino más bien con lograr el turno de predominio de sus respectivas huestes.

En su origen, esa confrontación derecha/izquierda sí que tuvo pleno sentido; porque el absolutismo aristócrata se había ido adueñando del poder y de los bienes del Estado. Hasta que mediante una revolución, el proletariado se reapropió de todo. Fue el momento en que se pensó que era lo mismo hablar de Estado, interés público e intereses de la población.

Pero muy pronto la población descubrió, que del mismo modo que bajo el absolutismo aristócrata una élite se había apropiado del poder y de los bienes públicos, bajo el nuevo absolutismo otra élite, de servidores del Estado, se había adueñado incluso de la noción de interés público sometiéndola a su propio interés. A partir de entonces el mal llamado interés público dejó de coincidir con lo que le interesaba y urgía a la gente. Porque a la gente le da lo mismo que le mangonee y estruje la plutocracia aristócrata o la férrea burocracia estatal.

Trataré de evidenciar lo que precede con un ejemplo extraído del ámbito de mi competencia profesional: En los años '80 el PSOE, a instancias de la plutocracia europea, ensayó un revolcón legislativo en asunto de Menores, que luego en los 90 se promulgó: Ley Orgánica de Protección jurídica del Menor, Ley Penal de Menores, Decreto de Derechos y Deberes de los Alumnos. La mencionada Ley de Protección Jurídica por ejemplo, mejor debiera llamarse Ley de Desprotección Jurídica de la Familia, por la forma mostrenca en que se distancia de las necesidades e intereses de la población para servir al Poder y a los intereses de la Administración; priorizando el “interés del Menor sin determinar quién lo defina; posibilitando la expropiación de hijos de familias víctimas de injusticia social, creando dos tipos de españolitos “de riesgo” y “sin riesgo” por mera decisión administrativa; penalizando la “no colaboración” con los abusos administrativos, etc.

Pues bien en esos años, el PSOE burocratizó y estatalizó concienzudamente a las familias y la población, en nombre de su equívoco interés público e inmediatamente, puesto que los partidos políticos son turnantes, esa población, concienzudamente estatalizada, quedó en manos de la plutocracia europea y del PP, en nombre del interés privado. Algo así como aquella revolución proletaria que mencioné, pero a la inversa. Nada que no fuera previsible, porque como desde hace tiempo vengo advirtiendo como voz en desierto, el poder financiero y el poder estatal ya son sólo una cosa, como el alma y el cuerpo. Y la ciudadanía su alimento. ¿Llegará el día en que dejen a la población hacerse cargo de sus intereses? ¿o que se haga ella aunque no le dejen?

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