Edificar sobre la memoria

Las reformas agrarias prometidas
por la II República
no llegan y hay hambre,
mientras un 3% de los latifundistas
posee el 67% de la tierra.
Tres días después de la proclamación
de la huelga, en Cádiz, ignorando
el fracaso de la revuelta -en
parte por la descoordinación de los
sublevados y en parte por la represión
del Gobierno republicano, con
la orden de disparar a matar-, se
sublevan los jornaleros, que proclaman
el comunismo libertario y
toman la aldea de Casas Viejas.

18/05/06 · 15:11
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Las reformas agrarias prometidas
por la II República
no llegan y hay hambre,
mientras un 3% de los latifundistas
posee el 67% de la tierra.
Tres días después de la proclamación
de la huelga, en Cádiz, ignorando
el fracaso de la revuelta -en
parte por la descoordinación de los
sublevados y en parte por la represión
del Gobierno republicano, con
la orden de disparar a matar-, se
sublevan los jornaleros, que proclaman
el comunismo libertario y
toman la aldea de Casas Viejas.
Pretenden distribuir las tierras de
cultivo y roturar las yermas. En ese
momento, en Casas Viejas, sólo un
tercio de las hectáreas cultivables
lo están y sólo uno de cada cinco
jornaleros tiene trabajo. El 85% de
la población es analfabeta, pero
con ‘estudios nocturnos’ -una modalidad
de escuela popular donde
los más instruidos enseñaban a
leer a los menos-, gracias a los que
mucha gente aprende a leer y escribir
con textos de Malatesta y periódicos
anarquistas. En el momento
de la insurrección hay casi
300 afiliados a la CNT.

La Guardia de Asalto, cuerpo policial
creado poco tiempo antes, es
enviada para reprimir la sublevación.
Durante varios días y ayudada
por la Guardia Civil, ataca infructuosamente
la choza de Curro
Seisdedos en Casas Viejas, que se
niega a rendirse. En ella se ha refugiado
con toda su familia. Al final,
por orden del Capitán Rojas, previa
autorización de Casares
Quiroga, ministro de Gobernación,
queman la cabaña con sus ocupantes
dentro, que mueren, casi todos,
calcinados. En la represión posterior
fusilarán a 12 jornaleros más:
los asesinados ascienden a 22. Los
acontecimientos, tergiversados por
el Gobierno pero ampliamente difundidos
por la prensa obrera, propiciaron
la caída del Gobierno de
Manuel Azaña.

De la cabaña de Seisdedos sólo
escaparon María Silva Cruz, de 16
años, y un niño. Tres años después,
María sería fusilada por los fascistas.
Ramón J. Sénder, que visitó la
aldea poco después de los sucesos,
cuenta que fue la Benemérita quien
le dio a María el sobrenombre de
La Libertaria, a quien jamás la habían
llamado así. La Libertaria es
el nombre que quieren poner ahora
a un hotel de lujo que se está
construyendo en Benalup-Casas
Viejas. Sus promotores reconocen
que el nombre de Casas Viejas está
indisolublemente asociado al levantamiento
campesino y su aplastamiento,
y pretenden aprovechar
su gancho turístico para edificar
un hotel de lujo con fondos europeos
Leader y utilizar como reclamo
la memoria de los asesinados.

CGT y CNT protestaron por la
elección de este nombre para el hotel
y todo parece indicar, tras reuniones
con el empresario Miguel
Ángel Fernández y el alcalde de la
localidad, Francisco González Cabañas
(PSOE), que se va a cambiar
el nombre del complejo de ocio,
aunque el empresario insiste en llamar
Libertaria a un “espacio museístico”
constituido por un café teatro
y un restaurante. El ’complejo’,
que ya se está construyendo en el
solar donde estuvo la choza del carbonero
Curro Seisdedos, entra
dentro de un juego de recalificaciones
de terrenos y de urbanización
exagerada e insostenible en el pueblo
de Benalup-Casas Viejas denunciado
por Ecologistas en
Acción. El 1 de octubre, CNT y
CGT organizarán un encuentro
anarquista en Casas Viejas.

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