El proyecto ha sido fruto del trabajo conjunto de diversos colectivos de comunicación
Un documental cuestiona el proceso que llevó a 4 jóvenes a la cárcel por el "caso 4F"

El sábado se estrena en Barcelona Des-Montaje 4F, que recoge diferentes testimonios y hechos relacionados con "uno de los mayores casos de corrupción policial en Barcelona".

, Barcelona
07/06/13 · 14:03

El sábado se estrena en la sala RAI ART de Barcelona, (calle Calders número 12) a las siete de la tarde el documental Des-Montaje 4F, sobre unos hechos ocurridos en febrero de 2006 en la capital catalana que supusieron penas de prisión para cuatro jóvenes por supuesto intento de homicidio de un guardia urbano. Se trata de un trabajo de investigación de ocho capítulos editado por el colectivo 15mbcntv, la productora Metromuster y el apoyo del semanario La Directa con el que defensa y afectados pretenden denunciar “uno de los casos de corrupción policial más graves que se han destapado en Barcelona” y que terminó con el suicidio de una de las condenadas a prisión, Patricia Heras. Su muerte, en abril de 2011 aprovechando un permiso penitenciario, provocó un profundo shock y está sacando a la luz un proceso “lleno de contradicciones y falsedades difundidas por el Ayuntamiento de Barcelona y repetidas por los medios” tal y como afirman desde La Directa.

La defensa sostiene que se acusó a personas por su origen y por su aspecto, sin evidencia alguna. Periodistas como Gregorio Moran de La Vanguardia, antropólogos como Manuel Delgado o el líder de las CUP de Barcelona David Fernandez, señalan en el vídeo que en el caso de Patricia Heras su aspecto excéntrico (era gótica) fue clave para su condena, pues se asumió que pertenecía al movimiento okupa sin datos objetivas que lo demostraran, como indica en el vídeo Jaume Assens, de la Comissió de Defensa dels Drets de la Persona. El documental de 110 minutos ha sido realizado gracias a la solidaridad mediante crowdfunding.

Además de Heras otras ocho personas fueron condenadas por los hechos, entre ellos Rodrigo Lanza, que a comienzos de año salió de la cárcel tras una pena de cinco por intento de homicidio de un Guardia Urbano, un delito que jamás ha reconocido y del que asegura haber sido acusado por ser chileno. Otras dos personas, Álex Cisternas y Juan Pintos pasaron dos años en prisión preventiva y otros tantos en prisión y tercer grado. Álex, Rodrigo y Juan afirman que fueron torturados durante la detención y en los posteriores días de calabozo por la policía; su denuncia por torturas nunca prosperó.

Por otro lado, los dos testimonios principales en los que se basó la acusación, los agentes de la Guardia Urbana Bakari Samyang y Víctor Bayona han sido condenados a dos años y tres meses de cárcel y a ocho años y tres meses de inhabilitación absoluta por un “delito consumado de tortura grave” y una “falta consumada de lesiones” por unos hechos sucedidos 8 meses después del 4F. Los autores de Des-Montaje 4F indican que “la sentencia también evidencia que simularon delito y falsearon el atestado, lo que cuestiona sobradamente la credibilidad de sus declaraciones como testigos de cargo en el caso 4F”.

La historia arranca un 4 de febrero de 2006, poco después de la entrada en vigor de la ordenanza del civismo en Barcelona, en una fiesta en la zona de Ciutat Vella. Durante la madrugada se produjo una batalla campal con la policía, en la que un agente acabó tetrapléjico por el impacto de una maceta en la nuca o, según la versión oficial que se dio más tarde, por el impacto de una piedra tirada desde el suelo. De este modo se podía acusar a los asistentes a la fiesta, y aunque las evidencias criminalísticas, los peritos médicos y hasta la versión del alcalde Joan Clos coincidían en que fue una maceta, la jueza María del Carmen García Martínez lo desestimó.

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