Un año de prisión y multa para Adrián Mora, militante de Izquierda Anticapitalista en Granada.
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Un año de cárcel y 630 euros de multa porque un policía nacional dice que le pegó una patada. Adrián Mora, onubense de 25 años, activista del 15M de Granada, Izquierda Anticapitalista (IA) y la Coordinadora Sindical Estudiantil, se lleva la palma en el acoso que sufren los
movimientos sociales de la ciudad por parte de subdelegación del Gobierno, tanto con Antonio Cruz (PSOE) como con su sucesor Santiago Pérez (PP).
Junto a otras miles de personas, Mora participó el 20 de noviembre de 2011, jornada electoral, en la convocatoria del 15M granadino para debatir en su lugar predilecto, la Plaza del Carmen, rebautizada como “Plaza del Pueblo”. El subdelegado decidió prohibir la iniciativa y dispuso un cordón policial alrededor de la plaza. “Hubo momentos de cierta tensión cuando la gente empujó el cordón, pero la policía acabó retirándose y no pasó nada”, recuerda Mora. La sorpresa vendría nueve días después, cuando Mora estaba tomándose un café con un compañero de IA en una cafetería. Un fuerte dispositivo policial integrado por agentes de uniforme y de paisano le detuvo. Poco después, Mora se enteraba del motivo: el día 20 había cometido “atentado a la autoridad” en forma de “patada en la rodilla” a un policía.
Mora, que niega haber llevado a cabo ningún tipo de agresión, pasó la noche en comisaría y siguió desarrollando su activismo social. El 14 de febrero de 2013 se realizó el juicio, del que Mora salió condenado a pesar de que el único testimonio real de la patada era el agente que supuestamente había sido víctima. “Los dos testigos que llevó el agente eran dos compañeros suyos que reconocieron no haber visto la agresión, pero dicen que escucharon la patada y que estaban seguros de que había sido yo”, señala Mora. Los testimonios de la defensa, exculpatorios, no interesaron al juez.
Como en otros lugares del Estado, la irrupción del 15M en la escena sociopolítica de Granada ha sido respondida por una estrategia de criminalización de la que Mora es el máximo exponente. Sin embargo, no es el único: según el grupo Stop Represión del 15M, son ya 147 las multas a activistas sociales, por un valor total superior a 47.000 euros. De ellos, indica Rubén Quirante, de Izquierda Anticapitalista, aproximadamente 12.000 corresponden a miembros de esa organización. Las multas suelen ser por “identificación visual” posterior a la protesta de turno, aunque en algunos casos se han producido detenciones selectivas durante las convocatorias a personas especialmente activas en ellas.
Mora, que actualmente trabaja como becario en la Universidad de Granada, tiene claros los motivos de su detención: “He estado activo en el movimiento estudiantil, y en Granada la lucha política se mueve muy al ritmo de los cursos universitarios, porque un cuarto de la población son estudiantes universitarios. Si consigues cortocircuitar el movimiento estudiantil, te pones las cosas de cara si quieres acabar con el movimiento en la calle”. Quirante añade que “nadie consciente va a dejar de militar por esto, pero te limita porque tienes que dedicar parte de tu actividad política para recaudar fondos”. En este sentido, Mora ve necesario “generar un marco de solidaridad amplio y duradero” para afrontar el problema represivo.
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