CÁRCELES: UNA PROTESTA CONTRA LA CADENA PERPETUA SE EXTIENDE A 50 PRISIONES
750 presos en huelga de hambre en Italia

Del 1 al 14 de diciembre, 750 condenados a cadena
perpetua han protagonizado una huelga de
hambre para llamar la atención sobre una condena
que consideran inhumana puesto que no
termina, según el Código Penal, hasta “la muerte
del reo”. Una iniciativa sin precedentes en la
que se han implicado más de 8.000 detenidos,
familiares y simpatizantes.

10/01/08 · 0:00
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SPOLETO (ITALIA). En esta cárcel empezó la huelga de hambre contra la cadena
perpetua, que se extendió a 50 centros penitenciarios del país./ Simone Ramella

“En base al artículo 27 de la Constitución,
según el cual las penas tienen
que tender a la reeducación del
condenado, anuncio que inicio una
huelga de hambre para abolir la cadena
perpetua”. Con este comunicado
empezó el pasado 1 de diciembre
una masiva protesta en los centros
penitenciarios italianos. Lanzada
desde la cárcel de Spoleto, en el centro
de Italia, y difundida a través de
la red y de la página web de la asociación
Pantagruel, la protesta se extendió
a 50 cárceles italianas, participando
en ella hasta 750 condenados
a cadena perpetua. Pantagruel, que
hizo de altavoz de la huelga, decidió
el 14 de diciembre pedir a los presos
que la interrumpieran para seguir luchando
por otros medios. Aunque la
decisión de suspender la huelga no
contó con un consenso unánime, los
presos fueron dejando la protesta a
medida que la petición se transmitía
de cárcel en cárcel. Entonces, las distintas
redes sociales que habían apoyado
la huelga pusieron en marcha
iniciativas para que no se quedara
en una protesta aislada. Así se está
constituyendo la coordinadora estatal
Mai dire mai (Nunca digamos
nunca), en febrero está previsto un
encuentro nacional con la presencia
de presos condenados a cadena perpetua
para seguir debatiendo el tema
y en breve verá la luz un boletín
que hará circular las ideas y las iniciativas
en torno a las prisiones.

Además, diferentes asociaciones van
a presentar recursos de inconstitucionalidad
contra la cadena perpetua
ante la Corte Constitucional, el
máximo tribunal italiano.
La huelga ha sido un acto particularmente
significativo, ya que los
presos han arriesgado con esta protesta
su posibilidad de acceder a beneficios
penitenciarios, como los
permisos para salir de la cárcel.

La protesta ha tenido escaso eco
mediático, ya que toda la atención
de los medios durante aquellos días
se centraba en el ‘paquete de seguridad’
para combatir la delincuencia
que el Gobierno intentaba aprobar,
con medidas que afectaban en particular
a los migrantes rumanos.

Frente a este clima “la situación” –declaraban
en un comunicado las detenidas
de la sección de máxima seguridad
de la cárcel de Rebibbia– no
puede hacer otra cosa que empeorar,
vistas las propuestas aceptadas dentro
de los ‘paquetes de seguridad’ que
criminalizan todavía más los sectores
desfavorecidos salvaguardando, como
siempre ha pasado, a quien realmente
perjudica a la sociedad”.
Los medios italianos tampoco recogen
la dramática situación carcelaria
del país. En su informe de 2006,
Amnistía Internacional denunciaba
que “en las cárceles italianas no ha
cambiado la situación de hacinamiento
crónico y de falta de personal,
junto al alto número de suicidios”
además, subrayaba los procesos
pendientes contra funcionarios
de prisiones por malos tratos a detenidos.

La situación de hacinamiento
ha cambiado muy poco con la aprobación
hace año y medio de un
indulto (ver recuadro). En Italia, además
de la cadena perpetua, para algunos
delitos la pena se agrava con
‘la cárcel dura’, (un régimen de aislamiento)
Previsto inicialmente como
medida para los presos de la mafia,
este régimen se ha extendido a delitos
de terrorismo y subversión y se
ha agravado con la sustitución de
funcionarios de prisiones por unidades
de élite de la policía para la vigilancia
de estos presos.

Un indulto para empresarios
_ En julio de 2006 el Parlamento
italiano, ante el
dramático hacinamiento
en las cárceles, aprobó
un indulto que ha
condonado las penas
iguales o inferiores a
tres años de prisión o a
los 10.000 euros de
multa. Antes del indulto
había 61.246 presos
para una capacidad
carcelaria legal de
43.000 personas. Pero
la medida no ha resuelto
la situación. Aunque
en septiembre de 2006
la población carcelaria
bajó hasta las 38.847
personas, ahora ya ha
alcanzado el límite
reglamentario de más
de 40.000 presos y,
según la administración
penitenciaria, en año y
medio la situación
podría volver a ser la de
antes del indulto. Además
de no resolver realmente
el hacinamiento
de las personas presas,
esta ley oculta también
un regalo a la clase dirigente
italiana. En el indulto
se condonan delitos
de carácter fiscal,
cosa que no contribuye
a aliviar la situación de
las cárceles, sino que
beneficia a empresarios
y políticos: corrupción y
concusión, delitos
societarios y financieros,
evasión fiscal,
hasta la violación de las
normas de seguridad en
lugares de trabajo y
delitos ambientales.

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