La exigencia de regularización y el
cierre de los Centros de Internamiento
de Extranjeros (CIE) son las
demandas centrales de las protestas,
que comenzaron en diciembre
2007 en varios países europeos.

En Bruselas, unos 150 ‘sin papeles’
de muy diversas procedencias,
entre ellos familias enteras, mantienen
el encierro y la huelga de
hambre indefinida que iniciaron el
pasado 1 de enero. La protesta se
desarrolla en un céntrico edificio
abandonado, ocupado para la ocasión
y en el que los encerrados llegaron
a un acuerdo con la propiedad
para no ser desalojados. Los y
las huelguistas, que ya requieren
acompañamiento médico ante la
delicada salud de algunas de las
personas encerradas, al cierre de
esta edición no han recibido ninguna
respuesta del Gobierno.
Según la Unión para la Defensa de
los Sin Papeles, las reivindicaciones
son la regularización completa
para todos los inmigrantes sin papeles
en Bélgica, no sólo la de los
encerrados, como ocurrió en marzo
de 2006, durante la última oleada
de huelgas de hambre y encierros,
tras las que el Gobierno belga
regularizó a 130 de los encerrados.
Exigen también la desaparición de
los CIE, denunciados como auténticas
cárceles. Según la misma
fuente, tras el ascenso de los partidos
de extrema derecha en las últimas
elecciones, el contexto político
es más duro y la lucha se anuncia
como difícil.

Las movilizaciones de apoyo no
se han hecho esperar con manifestaciones,
además de concentraciones
y actos en diferentes ciudades.
Por otro lado, en Londres, el pasado
14 de enero comenzó el juicio
contra los ‘cuatro de Harmondsworth’,
inmigrantes sin papeles
acusados de ser los cabecillas de un
motín que se produjo en el CIE del
mismo nombre, el 28 de noviembre
de 2006, en el que ardió la mitad del
centro en medio de protestas de los
detenidos. El 16 de enero, una manifestación
de solidaridad con los
encausados y contra los CIE recorría
el centro de Londres.

Continuo goteo

En Francia, prosiguen las protestas,
iniciadas a mediados del pasado diciembre,
en varios CIE. El movimiento,
descentralizado, espontáneo
y que fluctúa según los días,
recurre a un variado repertorio de
protestas, desde las huelgas de
hambre hasta la quema de las celdas,
pasando por enfrentamientos
con la policía, intentos de suicidio,
negativas a participar en los recuentos,
manifestaciones dentro de los
CIE o la presentación de pliegos de
denuncia de las condiciones de detención.

Las reivindicaciones se
condensan en el cese de la persecución
policial contra los sin papeles y
la regularización de todos ellos, así
como el cierre de todos los CIE.
Fuera de los centros, un difuso y
variado movimiento de solidaridad
lleva convocando movilizaciones
desde finales de diciembre como,
por ejemplo, la jornada europea de
denuncia de los CIE el 19 de enero,
a cuya manifestación en París acudieron
unas 5.000 personas.