Desde hoy, una plaza en el número 145 del Paseo de las Delicias de Madrid recordará a Carlos Palomino, activista antifascista asesinado por un militar neonazi. Al acto de colocación de la placa han acudido familiares y amigos de Carlos, además de la delegada del Área de Cultura y Deportes, Celia Mayer, y la concejala del distrito de Arganzuela, Rommy Arce.

En la placa colocada hoy se lee la frase "Aquí fue asesinado el 11 de noviembre de 2007 Carlos Javier Palomino Muñoz a la edad de 16 años, luchador contra el fascismo y el racismo".

Con este homenaje, “se recupera la memoria reciente de la ciudad de Madrid, con el recuerdo de un hecho que nunca debió ocurrir”, han afirmado desde el Ayuntamiento. Desde el asesinato de Carlos en 2007, al menos en cuatro ocasiones compañeros del joven han colocado placas en recuerdo de Carlos en la boca del metro de Legazpi, siendo todas saboteadas por grupos fascistas.

"Nos alegramos de que, después de nueve años, exista algún gesto por parte de las instituciones", han afirmado a Diagonal desde el colectivo Juana Doña Arganzuela. "Nos parece esencial que se conserve la memoria de todas las personas que luchan y lucharon contra el fascismo como es el caso de Carlos. Nosotros también haremos nuestro homenaje particular nombrando a la pista de basket 'Pista Carlos Palomino' en el II Mundialito de Arganzuela que celebraremos este domingo 15", añaden. Desde el colectivo subrayan que "Carlos es símbolo de lucha en nuestro barrio y en todo el Estado". 

Carlos Palomino fue asesinado de una puñalada en 2007 por el militar Josué Estébanez. La acusación afirmó que el arma homicida fue un cuchillo del ejército, pero este punto no pudo confirmarse durante el juicio ya que el arma desapareció. El militar, que acudía a una manifestación contra la inmigración convocada por Democracia Nacional, también asestó una puñalada  a un compañero de Carlos que intentó detenerle en su huída. En la nota del Ayuntamiento, en la que se omite el cargo de soldado profesional del asesino de Palomino, se señala que, aunque el apuñalamiento fue en un vagón del Metro, Carlos murió en la calle, en una carpa montada por los servicios de emergencia en el Paseo de las Delicias.

Estébanez fue condenado a 26 años de cárcel por el homicidio de Palomino y por el intento de homicidio del compañero de Carlos, con el agravante de delito de odio.