Unos 500 militantes neonazis de todo el Estado español y de HSM han participado en la manifestación racista y españolista
No tenían que pasar, pero lo han hecho. Y cómodamente. Cerca de medio millar de neonazis, simpatizantes del Hogar Social neonazi Ramiro Ledesma (HSM), provenientes de diferentes zonas de Madrid y más allá (Toledo, Zaragoza e incluso algunos neofascistas italianos vinculados a Casapound), se han manifestado desde Chamberí hasta Tetuán mientras clamaban consignas tales como "¡Nosotros somos España!", "Tetuán, obrero y español" o "Libre, Social, Nacional", luciendo banderas españolas, del hogar social ultra y del partido neonazi griego Amanecer Dorado, la tercera fuerza en las últimas elecciones en Grecia.
Tetuán es un barrio de clase trabajadora y con presencia migrante. El HSM pretendía justamente atacar el corazón de la convivencia de estos dos ejes. El lema de la manifestación ya indicaba el sentido xenófobo de todo ello: "Por los derechos sociales de los nacionales". Una de las pancartas que encabezaban la manifestación rezaba Españoles welcome, en irónica alusión al movimiento de solidaridad ante las refugiadas que llegan a Europa: Refugees welcome.
Muchos de los manifestantes mostraban una estética cercana a lo que se entiende por hipster (barba, pelo corto bien peinado, tatuajes coloridos), alejada del tradicional cabeza rapada de extrema derecha. El HSM había dado indicaciones a las manifestantes sobre normas de vestimenta y conducta. Por ejemplo, sólo estaba permitida la simbología distribuida por el propio HSM: no eran bienvenidas, por ejemplo, las banderas españolas con símbolos de épocas pasadas. También se instaba a que "el buen comportamiento" era ineludible a lo largo de la marcha. Todo responde a una clara influencia norteeuropea, incluida las prácticas antiantifa, como fotografiar la prensa que cubre el acto.
Agresiones fascistas
Antes de las nueve de la noche, después de terminar la manifestación, ya había constancia de una agresión fascista a un joven, al que el Samur ha tenido que atender por una brecha en la cabeza. Pocos minutos después, un ciudadano de origen chino también ha sido agredido. La cacería había comenzado.
El viernes por la mañana la Coordinadora Antifascista de Madrid (CAM) comunicó a la Delegación de Gobierno, con carácter de urgencia, una manifestación para el sábado por la tarde bajo el lema "Racismo no. Refugiadas bienvenidas ". Como la manifestación del HSM, ésta también tenía que acabar en las calles de Tetuán. La convocatoria circuló por redes sociales, como Twitter, con cartel incluido.
Sin embargo, la delegada de Gobierno, Concepción Dancausa, comunicó la prohibición de la marcha antirracista por "cuestiones de forma". Ante esta decisión, la CAM desconvocó la manifestación, manteniéndose al margen de ninguna movilización antifascista que saliera como alternativa. Hay que recordar que la señora Dancausa es hija de Fernando Dancausa, muerto en 1992, falangista y alcalde de Burgos los últimos años del franquismo, a quien también se debe añadir el mérito de ser miembro fundador de la Fundación Francisco Franco, dato que entre el colectivo antifascista ha generado suspicacias en torno a la decisión de la actual delegada.
Al revuelo provocado por la manifestación prohibida por orden gubernamental hay que añadir la confusión por otra llamada contra la marcha neonazi convocada por un colectivo autodenominado Vecinos y vecinas de Tetuán, desconocido hasta ahora. Hasta escasos momentos antes del inicio de la manifestación xenófoba, el movimiento antifascista intentó coordinar una marcha espontánea de repulsa, sin éxito. Algunas fuentes consultadas por La Directa, conscientes de la falta de un frente antifascista amplio y diverso, advirtieron su temor a que hubiera una desgracia para que apareciera una respuesta unitaria ante discursos y actuaciones como las del HSM.
Recapitulación de la semana previa al 26S
El pasado lunes 21 de septiembre, una unidad de agentes antidisturbios de la policía nacional desalojaba, a las seis de la madrugada, la antigua sede del Foro Filatélico en la calle José Abascal, el edificio okupado por HSM desde donde coordinaban las ayudas xenófobas impulsadas por el colectivo ultraderechista. Durante la actuación policial, uno de los militantes del HSM fue detenido acusado de agresión a la autoridad, pasando posteriormente a disposición judicial. El mismo lunes, alrededor de una veintena de personas entre las sin techo acogidas al inmueble de José Abascal y miembros del HSM, acamparon en la acera del Palacio de Cibeles, donde se sitúa el Ayuntamiento de Madrid. De esta forma, las militantes de extrema derecha –muchas de ellas, con claros vínculos neonazis– compartían espacio con la acampada contra la Ley Mordaza, situada en las antípodas ideológicas, que llevaban ante el Ayuntamiento desde finales de julio.
El 21 de septiembre, una unidad de agentes antidisturbios de la policía nacional desalojaba el edificio okupado por HSM
Dos días después, personas del equipo de Ahora Madrid, que gobierna el consistorio de la capital encabezado por Manuela Carmena, se reunieron con miembros del HSM para encontrar una solución pactada. La propuesta del Ayuntamiento era derivar al Samur Social a las personas sin techo a quien el HSM había acogido. Sin embargo, las militantes del HSM la rechazaron porque, según argumentaron, suponía excluir personas provenientes de fuera de la capital. La tensión por las dos acampadas en Cibeles se institucionalizó mediante el intercambio de cartas entre la delegada de Gobierno, Concepción Dancausa, y el regidor de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero.
El desenlace final se produjo la noche del viernes al sábado, cuando seis coches de la policía municipal desalojaron las dos acampadas. Ante los hechos consumados, Barbero publicó un comunicado en una web vinculada al Ayuntamiento de Madrid, donde, entre otras declaraciones, afirmaba que la policía municipal "había desalojado a ambos colectivos" porque ante la inhibición de la delegada de Gobierno, no podían permitir "un escenario de potencial enfrentamiento". En este sentido, el concejal señalaba que mientras los miembros de la acampada contra la ley Mordaza no se les conocía tendencias violentas, en el caso del HSM "es conocido como grupo neonazi, que menosprecia, insulta y agrede personas por el simple hecho de ser diferentes (...) No me parece un argumento válido la libertad de expresión de ideas neonazis mediante grupos neonazis".
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