Aumenta el número de agresiones y amenazas de corte racista en el Estado.
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En los últimos meses, varios grupos de extrema derecha han protagonizado todo tipo de agresiones, desde un apuñalamiento en Valladolid el pasado 18 de mayo hasta la quema de un puesto de la fiesta municipal de San Fernando de Henares el 30 de mayo con familias inmigrantes en su interior. “No sólo es el daño físico, también son las consecuencias psicológicas y de cara a la familia, ya que consiguen amedrentarte y que vivas en un estado de alerta permanente”, señala a Diagonal A.C.C., un joven de 25 años que fue atacado por quince neonazis en abril en Murcia. “Por miedo a las represalias, y por escepticismo con respecto a la actuación de los jueces y de la Policía, la mayoría de los casos no salen a la luz”, añade.
Los episodios de violencia fascista y neonazi en el Estado se han multiplicando. El 16 de mayo, una pareja fue atacada en las cercanías de la estación de Metro de Delicias, en Madrid, por “un neonazi que, sin mediar palabra, se abalanzó sobre ellos agrediéndoles con puñetazos”, señalan desde La Haine. Desde este medio confirman que, en este caso, el agresor fue identificado por agentes sociales del distrito. Cuatro días después, otro joven fue apuñalado en el centro de Valladolid a manos de dos neonazis, según publica Último Cero, medio que explica que uno de los dos agresores fue identificado como el autor de otra puñalada, en abril de 2013, a un músico en la calle Platerías de esta ciudad.
Madrid tampoco escapa a las agresiones de la extrema derecha. El 28 de mayo un grupo de neonazis atacó la caseta que la librería La Malatesta había instalado en la Feria del Libro de Madrid. Uno de los integrantes de esta librería y editorial libertaria explica que fueron amenazados con frases como “¡esta es una zona limpia! ¡aquí no queremos guarros!”, y propinaron una patada en el pecho a uno de los libreros que acudió a apoyarles. Dos días después, un grupo de extrema derecha quemó un puesto de las fiestas de San Fernando de Henares en cuyo interior dormían varias familias, según relatan las personas que presenciaron los hechos. Los testigos afirmaron que, cuando los bomberos acudieron para sofocar las llamas, estos individuos gritaron: “¡Bomberos, hijos de puta, dejad que prendan todos!”. Las familias que se encontraban en su interior, inmigrantes en su totalidad, señalaron a los medios de comunicación que escucharon comentarios de tipo racista durante el ataque.
Armados con armas blancas
C. G, miembro de la Coordinadora Anti Represión de la Región de Murcia, afirma que “estamos viviendo desde hace unos años numerosos casos de agresiones por razones ideológicas, xenófobas y homófobas”. Sostiene que, aunque más silenciadas, estos grupos violentos también protagonizan agresiones a personas en situación de exclusión social. “Van armados con puños americanos, barras, cadenas y armas blancas”, afirma a Diagonal. Ante el aumento de ataques neonazis en Murcia, más de medio centenar de colectivos, asociaciones, partidos políticos e instituciones de la ciudad han firmado el manifiesto de denuncia El auge neonazi en Murcia: pararlo es cosa de todas y todos. En él tratan de visibilizar este problema y apelan a la “responsabilidad de quienes tienen competencias y medios para encontrar una solución cuanto antes”. El texto advierte de que “no se trata de hechos aislados, estos comportamientos violentos son cada vez más frecuentes y responden a grupos que cada vez están más organizados”.
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