La campañna '4 anys per un pot de sucre' visibiliza el proceso judicial contra dos jóvenes de Barcelona que irán a juicio en noviembre por llevar en su bolsillo 2,5 gramos de clorato sódico y sacarosa.
Alrededor de 100 personas se han fotografiado con sobres de azúcar para mostrar su apoyo a A.H. y E.A., dos jóvenes acusados de tenencia de explosivos para los que la Fiscalía pide 4 años y medio de cárcel por llevar 2,5 gramos de sacarosa y clorato sódico, una sustancia legal, utilizada como blanqueante o herbicida, por lo que serán juzgados en noviembre de este año.
“Eventualmente podría ser una sustancia explosiva”, explica Andrés García Berrio, abogado de los dos jóvenes. “Pero lo raro es que no se haya archivado cuando es una cantidad de poco más de dos gramos, que, en el caso de que estuviera confinada y pudiera explotar, tendría menos fuerza que un petardo normal de los que se venden en las tiendas”, añade.
En las navidades de 2012, un familiar de A.H. Hizo un experimento después de cenar con sacarosa y clorato sódico. A.H. Guardó un poco de la sustancia en su bolsillo para repetir el experimento con sus amigos. Cuatro meses después, en abril de 2013, los Mossos d'Esquadra identificaron y registraron a A.H. y a un amigo con el que paseaba por Barcelona, E.A. Les dijeron que respondían al perfil de dos personas a las que habían acusado de robar unos teléfonos móviles. En el informe posterior, los mossos señalaban que uno de los jóvenes llevaba una camiseta en la que se podía leer 'Antifeixista' y mandaron analizar la sustancia que le encontraron en bolsillo, la misma que guardó meses antes y de la que se había olvidado.
Los informes sobre las sustancias que requisaron a A.H., de los Mossos d'Esquadra y del Ministeiro de Defensa, señalan que el efecto de la sustancia sería una deflagración menor, es decir, sería una sustancia que ardería con más rapidez que otras. “Un informe pericial que hizo un catedrático de la Universidad de Barcelona lo corrobora también: a parte de que es muy poca cantidad, en todo caso estaríamos hablando de la potencia de un petardo”.
“Roza el absurdo jurídico y hay dos personas que se enfrentan a 4 años y meses de prisión”, resalta García Berrio. “Desde el momento en que un técnico dice que una sustancia es explosiva, no se quiere entrar en el tema del riesgo real que pueda tener. Yo creo que tiene que ver con una mala praxis jurídica”, explica.
La legislación penal castiga la tenencia de material explosivo con penas de prisión que van de los cuatro a los ocho años, sin concretar si la cantidad debe ser suficiente para poner en peligro las vidas o, si quiera, las cosas. Las recientes reformas aprobadas sobre el Código Penal, en vigor desde el próximo 1 de julio, han incidido en castigar con más vigor la tenencia o uso de explosivos, sin concretar su potencia. El uso de explosivos o material inflamable, sin concretar potencia, cantidad do peligrosidad, será un agravante para el delito de desórdenes públicos, que de tener un castigo de seis meses a tres años de cárcel, pasará a tener penas de uno a seis años de prisión -al igual que en los casos en los que se lleve cubierto el rostro-.
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