Al mismo tiempo que nos enterábamos de que en Ucrania se ha vuelto a producir un accidente nuclear en la mayor central de toda Europa; Greenpeace ofrecía una rueda de prensa, a bordo del buque ‘Artic Sunrise’, en denuncia de lo que califican como el “juicio más duro” en el que se han visto envueltos en los 30 años de su historia en España.

El 15 de febrero de 2011, 16 activistas realizaron una acción pacífica en la que se encaramaron a una de las torres de refrigeración de la central de Cofrentes para rotular un enorme “Peligro Nuclear”. La acción se produjo en un momento en el que se debatía la ampliación de la vida útil de esta central “envejecida”, una de las 66 más antiguas de Europa, e “insegura”, según denuncia Raquel Montón, responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace.
Este jueves, 4 de diciembre, casi cuatro años después, comienza el juicio en el que se solicita 2 años y ocho meses de cárcel para los 16 participantes junto al fotoperiodista independiente Pedro Armestre (Premio Ortega y Gasset). Mario Rodríguez, director de Greenpeace, califica la demanda de excesiva. “No puede ser más costoso defender el medio ambiente que degradarlo”, lamenta. Además, nos recuerda que Greenpeace nunca ha eludido la acción de la justicia, “estaremos con la cabeza bien alta y tranquila, entendemos que la justicia ha de ser proporcionada”, apunta. A esta petición de cárcel hay que añadir multa a Greenpeace de más de 350.000 euros. Un día antes del inicio del juicio, Diagonal València se ha entrevistado con Maite Mompó, marinera del ‘Rainbow Warrior’ así como escritora; y una de las activistas encausadas por la acción de febrero de 2011.
Puesto que el tema está judicializado y no puedes contar tu participación en la acción de 2011, nos podrías decir al menos qué se siente cuando se desarrollan este tipo de acciones y cuáles son vuestras motivaciones
Siempre que se hace una acción se siente que estás en una especie de película, vives una situación muy anormal, tienes el corazón latiéndote a lo bestia, hay momentos más tranquilos. Yo a lo que me agarro siempre es a mis convicciones, a lo que creo, a que quiero tener un planeta sin energía nuclear, en el que se proteja el medioambiente y siempre me acuerdo de Gandhi “la no violencia es el arma más poderosa con el que cuenta la humanidad”, yo siempre me aferro a eso. Las 16 personas nos mueven las mismas cosas, amor por el medioambiente, ganas de tener una sociedad mejor, y también tener un futuro digno para las generaciones que vienen detrás.
Respecto a la energía nuclear, teniendo en cuenta que la potencia instalada en España es más del doble de la necesaria, ésta parece totalmente innecesaria.
No tiene ningún sentido, hay una cosa que está muy clara, una de las cosas por las que participamos en esa acción: [la energía nuclear] es muy peligrosa, insegura, y sobre todo innecesaria. ¿Por qué tenemos centrales que ponen en peligro la vida de millones de personas? Para una cosa que es el beneficio de una empresa privada. Yo soy de Albacete, vivo en Pedreguer (Alicante), que está al lado de Dénia, si hay un accidente en la central nuclear, mi familia y un montón de amigos y conocidos lo perderían todo, y es que tenemos el accidente de Fukushima, sólo por eso la gente se lo tendría que pensar, no hacen falta las nucleares. Existen otras tecnologías, de sobra, que son limpias, no hacen daño a nadie y no ponen en riesgo a las personas.
Estoy seguro que a Greenpeace la multa de 350.000 euros no les va a detener su lucha. Sin embargo, a nivel personal ¿cómo te afecta el juicio? ¿Ha conseguido pararte de alguna manera?
No. Me afecta porque es una cosa seria, estamos hablando de cargos de dos años y ocho meses de cárcel, impone, pero yo sigo pensando lo mismo. Si me dices si yo volvería a participar en una protesta para defender el medioambiente, te digo que sí, es que lo único que tenemos. Cuando se habla del medioambiente parece que es una cosa que pilla de lejos. Pero es el aire que respiramos, el agua que bebemos,… eso es el medioambiente. Sin él no vivimos y está muy deteriorado por la acción humana. Aquí no hay fronteras, es importante proteger lo que tienes alrededor, pero también lo que está lejos, esta es nuestra casa común.
¿Y cómo lo llevan el resto de encausados?, tus compañeros.
Las 16 personas, al fotógrafo lo pongo a parte, activistas lo llevamos bien en el sentido de que cumplíamos nuestro deber, y tenemos mucha confianza en la justicia a pesar de que está muy denostada en nuestros días. Pero nosotros creemos que existe la justicia.
Actualmente, ¿Sigues estando activa? Y si es así, ¿Cuál es tu implicación?
Sigo estando muy activa. He estado ocho años navegando, cuando el segundo ‘Rainbow Warrior’ se cedió a la organización. Acabo de escribir un libro Raibow Warrior: historias legendarias de los barcos de Greenpeace. El día 19 de diciembre saldrá en Español, lo presentaremos primero en Barcelona y el día 20 en Madrid.
Greenpeace va iniciar una serie de acciones que llevan por título “Misión Cofrentes: Artículo 45”, nos podrías contar un poco en qué consiste.
En nuestro País siempre se está con la constitución como la norma básica, y siempre se hace referencia a ella, el artículo 45 dice que todos los españoles tenemos el derecho de gozar de un medio ambiente sano y es nuestro deber conservarlo. No es una cuestión de Greenpeace, es una cuestión de todos los ciudadanos. Animo a todos los ciudadanos a ponerse las pilas: por nuestro derecho y nuestro deber.
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