14 de noviembre de 2012. La segunda huelga general convocada tras el estallido del 15M se cierra con una histórica manifestación en la capital riojana. Al mayor ciclo de movilizaciones sociales de las últimas décadas en La Rioja le acompañará el mayor periodo de represión por parte de la autoridades.

Israel Pérez, de la Asamblea 15M de Logroño, detallaba ya entonces para Diagonal los casos que se estaban viviendo en Logroño desde el nacimiento del 15M: identificaciones selectivas, cacheos, amenazas verbales y, cómo no, las conocidas sanciones administrativas: un total de 21.500 euros en multas a las que se sumaban de golpe otros 18.000 euros por sancionados en la localidad de Arnedo.
 

Pero el 14N cruzó la línea de las sanciones administrativas. Tras los discursos de la manifestación unitaria, la policía que rodea el palacio de gobierno detiene a Pablo Alberdi, miembro de la CNT logroñesa, y disuelve a las personas que piden su puesta en libertad haciendo uso de pelotas de goma. Un nivel de violencia que, según las organizaciones consultadas, no se había vivido nunca antes en la localidad. A consecuencia de estos incidentes, en los días siguientes no se hablará de las históricas cifras de participación sino de las diez personas heridas leves, de las dos personas heridas graves (un miembro de UGT con traumatismo craneoencefálico y un joven con pérdida de visión por golpes de la policía) y de los 21 años de cárcel que la Fiscalía decide pedir a tres sindicalistas de la localidad (dos de CNT y uno de UGT).

La gota que colma el vaso

Estas peticiones de cárcel tan elevadas suponen un punto de inflexión para los movimientos de la ciudad y, unos meses más tarde, treinta organizaciones del tejido asociativo, social y político logroñés presentan públicamente la Plataforma Stop Represión de La Rioja, su frente "contra la política de mano dura dirigida por el delegado de gobierno en dicha localidad".

Estos días se celebran unas jornadas para recordar que tres personas siguen esperando un juicio que podría llevarles a la cárcel. Para Sonia Diarte, portavoz de la plataforma, explica que gracias a ésta “no les ha quedado otra que asumir que existimos. Ahora, que nosotras sepamos, no hemos vuelto a tener noticia de multas y sanciones de ese tipo".

"Han tenido que cambiar las formas de reprimir. Ya no es a base de palos y multas, sino a través del vacío mediático e institucional”, nos dice Sonia en referencia a la nula repercusión de su actividad en los medios de comunicación locales en manos del grupo Vocento. Según Sonia, las tácticas son otras pero tienen el mismo fin: invisibilizar a los movimientos. Contra ese silencio en los medios locales, la estrategia de la Plataforma ha sido informar directamente a la ciudadanía. “Ni nos hemos quedado paradas, ni nos hemos acobardado. Llevamos dos años saliendo todos los jueves a la calle. Se instalan mesas, se informa a la gente y recogemos firmas por la retirada de cargos contra los acusados del 14N”, afirma Sonia.

Doce mil firmas recogidas hasta la fecha, casi el 10% de los habitantes de Logroño, son una buena muestra del éxito de la iniciativa. Desde la Plataforma Stop Represión de La Rioja agradecen el apoyo recibido hasta la fecha y llaman a los vecinos del municipio a participar en la manifestación que se celebra mañana a las 12 horas para demostrar que "después de dos años seguimos recordando el aniversario de la vergüenza y que vamos a seguir movilizandonos" en la calle.