Miembros del Grupo de Acción Comunitaria dan las claves de un estudio sobre 45 personas torturadas.
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“Para el conflicto vasco existe una justificación social [de la tortura]. En este caso es más fuerte la política del miedo que la defensa de los derechos humanos”, dice Gabriela López, psicóloga del Grupo de Acción Comunitaria (GAC). López fue una de las más de 30 profesionales de la salud que han participado en la elaboración del estudio Incomunicación y tortura. Análisis estructurado en base al Protocolo de Estambul, elaborado por diferentes organizaciones de derechos humanos, entre las que se encuentra el GAC, y presentado el pasado 18 de septiembre en Madrid. En él se detallan 45 casos de personas que han estado en régimen de incomunicación y alegan haber sido torturadas. “El estudio no hace tanto hincapié en los trámites judiciales, sino que se basa en el impacto que la tortura puede tener en las personas y, a partir de ese impacto, que hemos visibilizado a través de los testimonios, podemos decir que ésta ha sucedido. No necesitamos una sentencia legal, no necesitamos que haya llegado a trámite o a juicio. El proceso ha sido supervisado y acompañado por profesionales reconocidos a nivel internacional de la ONU y del Subcomité de Prevención de la Tortura. Es un instrumento que ha salido de Naciones Unidas y se está aprobando su uso como prueba pericial”, continúa López.
“El régimen de incomunicación es ya parte de la tortura”, afirma la psicóloga Gabriela López
Nunca condenado
“No hay una reivindicación de reparación del daño en términos económicos, laborales o de otro tipo, o, si la hay, no es parte de lo que las personas consideran relevante a efectos de reparación”
GAC, derechos humanos y violencia política
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