Pepa Pretel es una de las 700 personas que en 2012 detrajeron una cantidad de sus declaraciones de la renta para protestar contra el gasto militar.
Este agosto terminó el proceso. Pepa subsanó la cantidad que Hacienda le reclamaba y con ello evitó la amenaza de embargo de su casa que la Administración había emitido. Pero “lo fundamental”, explica a Diagonal Pepa Pretel, objetora al gasto militar, “es que la gente sepa que existe esta desobediencia”. Pretel, maestra jubilada de 70 años, que se define como Yayaflauta y "del 15M", fue una de las más de 700 personas que en 2012 decidieron restar de su declaración de la renta parte de la cantidad que cada año se dedica a gasto militar. En su caso fueron cien euros, que ha tenido que devolver junto con una penalización del 20%. Es una parte de los más de 700 euros por persona y año que se destinan en los Presupuestos Generales del Estado a gasto militar y de control social, según los cálculos de Alternativa-Antimilitarista MOC.
Ella envió a cambio esa misma cantidad a la emisora libre Radio Klara, “por ser la voz de los sin voz”, explica, y adjuntó el justificante en su declaración, como uno de los pasos necesarios para la objeción. Pero una reclamación a la Agencia Tributaria desencadenó la revisión de su declaración y el requerimiento por parte del fisco, que en esta ocasión no atendió a las alegaciones de Pepa Pretel. Pero no siempre ha sido así, como recogió el portal antimilitaristas.org en junio, la agencia tributaria estimó las alegaciones de otra contribuyente y la eximió de pagar la multa correspondiente al “desvío” de parte de la declaración a proyectos sociales.
Desde el MOC informaron a Pepa de las consecuencias de seguir adelante con su acto de desobediencia y pusieron a su disposición a los abogados del movimiento, pero también le insistieron en que lo importante del caso era dar a conocer la objeción fiscal como un modo de denunciar las guerras y la venta de armas. “Estoy en contra de que los gobernantes sometan a un pueblo”, explica Pepa. “Esos recursos malgastados en la preparación de la guerra, se podrían desviar a satisfacer las necesidades básicas de la población y a promover valores igualitarios y no violentos que superen los valores del miedo y la agresión promovidos por el sistema militarista que padecemos”, declaró a Alternativa-Antimilitarista MOC.
Pretel, que comenzó con este acto de desobediencia en la declaración de 2012, anuncia que lo volverá a hacer "y lo seguiré haciendo mientras viva" e invita a la ciudadanía a sumarse al boicot al gasto militar. En otoño, el movimiento antimilitarista publicará las cifras de objeción de la campaña de 2014, unas cifras que han ido en aumento desde que esta forma de presión contra los ejércitos se lleva a cabo en el Estado español. De las 566 objeciones de 2007 se pasaron a 782 en 2012 y 916 en 2013, año en el que se detrajeron más de 116.000 euros del gasto militar.
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