Lo que gritaron los titulares y editoriales contra el intento de bloqueo del parlamento catalán
Fin a tres años de mentiras contra el 15M por Aturem el Parlament

La sentencia de la Audiencia Nacional declara legítima la acción de protesta frente al Parlament del 15 de junio de 2011. Los titulares de esos días condenaron la supuesta violencia y aprovecharon para deslegitimar al movimiento 15M.

08/07/14 · 11:05
19 de los 20 encausados han sido absueltos. El condenado por delito de faltas sólo tendrá que pasar tres días de arresto. En su día, la mayoría de los medios aprovecharon para hablar de la 'deriva violenta' del 15M. / Albert García

La sentencia ha tardado tres años en llegar pero los editoriales y portadas de los principales medios escritos de tirada estatal ya tenían su condena contra la acción de Aturem el Parlament (Paremos el Parlamento) el 16 de junio de 2011, 24 horas después de que miles de personas convocadas por el 15M barcelonés acudieran a protestar a las puertas del Parlament de Catalunya el mismo día en que se iban a votar los presupuestos de 2011. La Audiencia Nacional no sólo ha desechado las acusaciones de agresión contra 19 de los 20 encausados (uno de los acusados se encuentra en rebeldía), sino que va al fondo del asunto y pone el derecho a manifestarse por encima del supuesto peligro que esta actuación podría haber significado para el Parlamento.

Estos son algunos de los argumentos y portadas publicados por diarios de alcance estatal el día 16:

El País: La primera página del diario global en español resume la tónica del resto de medios: fue la información principal del día, con varias piezas relacionadas en la misma portada. Las palabras violencia, ataque, agresión aparecen en los titulares. Más tarde, durante el juicio oral celebrado en Madrid, sabríamos que los mossos tomaron fotos --mediante agentes de paisano-- de manifestantes durante el intento de bloqueo del Parlament, y que ninguna de ellas ha servido para condenar a los encausados. Se podría argumentar que existió violencia pero que un inadecuado despliegue policial, y la falta de imágenes incriminatorias posteriores, provocó que no se pudiera identificar en el momento a sus responsables. Esto no es creíble: ninguna de las fotos publicadas por los medios recoge agresión alguna, algo llamativo tratándose de una acción cubierta por todas las agencias y por los propios reporteros gráficos de los medios, además de las televisiones. De forma poco sorprendente, a la hora de la verdad ninguno de los testigos citados declaró haber sido agredido.
 

Aturem el Parlament fue consensuada en una masiva asamblea pública del movimiento en Plaça Catalunya celebrada el 28 de mayo

"Ayer se cruzó la frontera entre la legítima desobediencia civil y las reprobables actitudes violentas". Esta frase del editorial ("Cerco violento") resume la actitud de la mayoría de los medios escritos ante lo ocurrido en el Parlament. No se trataba sólo, ni principalmente, de que se hubieran producido algunos momentos de tensión entre los manifestantes y los políticos que entraban, sino de que la táctica de bloqueo --aunque fuera por medios noviolentos, poniendo el cuerpo del mismo modo en que se hace al detener un desahucio-- debía quedar fuera de lo posible y permitido en política. Continuaba El País: "Impedir el funcionamiento de sus instituciones, las únicas que representan legítimamente a la mayoría, es entrar en una peligrosa vía incivil". El artículo del Código Penal por el que la fiscalía pedía cinco años de cárcel para 10 de los encausados definía como delito contra las instituciones del Estado los actos "que emplearen fuerza, violencia, intimidación o amenaza grave para impedir a un miembro del Congreso de los Diputados, del Senado o de una Asamblea Legislativa de Comunidad Autónoma asistir a sus reuniones".
 

El 15M llevaba un mes protagonizando el debate político en el Estado español"El sistema democrático es mejorable, pero intocable"
(editorial de El Periódico de Catalunya, 16/06/2011)

El rotativo catalán insistía en esta línea en su editorial y utilizaba otra de las líneas argumentativas recurrentes esos días: el 15M debía evitar su manipulación por parte de los elementos radicales. "Con esta actitud dan pábulo a quienes creen que el movimiento se les ha ido de las manos y ha caído en las de los provocadores, los antisistema que aprovechan cualquier circunstancia, como un acontecimiento deportivo, para incitar a las algaradas", señalaba. Una recomendación que ni el mismo periódico se tomaba muy en serio, al dar por hecho en un titular informativo aparecido ese mismo día que el movimiento había entrado en una "deriva violenta". Pero la acción de Aturem el Parlament no obedeció a ninguna 'deriva violenta' ni a ninguna maniobra impuesta por un grupo de exaltados, sino al consenso alcanzado en una masiva asamblea pública del movimiento en Plaça Catalunya celebrada el 28 de mayo. El movimiento discutía entonces sobre su permanencia en todas las plazas que había tomado la semana del 15 al 22 de mayo; en el caso de Barcelona, ese domingo el debate se produjo sólo un día después del intento de desalojo de la acampada por parte de los mossos.
 

La Vanguardia: El titular del editorial de la cabecera conservadora usaba el método retórico de la metonimia para censurar la acción: La democracia es igual al Parlament, con lo que intentar bloquearlo de manera noviolenta es atacar a la democracia. Por otro lado, el rotativo usaba el adjetivo 'Indignante' como titular en su portada, en un intento de deslegitimación del movimiento mediante el uso del término que la prensa --con éxito-- había utilizado para designarlo: los indignados. En esta misma línea se situó el diario catalán progresista El Punt. Esta idea de 'indignación con los indignados' la explotó también El País al entrevistar al supuesto padrino intelectual del 15M: el democristiano francés Stéphane Hessel, autor del best seller ¡Indignaos!, también condenó los supuestos actos violentos del 15J y censuró cualquier tentación de poner en entredicho la legitimidad de los parlamentos. El exdirector de Público Ignacio Escolar también se desmarcaba claramente en su blog de los presuntos actos violentos cometidos frente al Parlament y avisaba de que “no le representaban”. El hoy director de eldiario.es también aprovechaba para censurar a “quienes llevan la protesta contra un político hasta las puertas de su casa, donde duerme su familia”, adelantándose a las acciones de escrache iniciadas por la PAH y colocándose, él también, varios kilómetros a la derecha de la Audiencia Nacional en su interpretación sobre los límites de la acción política colectiva.
 


Público: Un medio teóricamente afín a la protesta, pero también afín al Gobierno de Zapatero entonces en el poder, usó la expresión 'los violentos' en su portada del 16 de junio. El calificativo había sido muy usado por la prensa española para delimitar los bandos en el conflicto vasco, y volvía a las portadas para calificar la acción absuelta tres años después por la Audiencia Nacional. El 15M de Madrid sí se desmarcó de los supuestos hechos violentos en un primer comunicado preparado por el grupo de coordinación interna de la asamblea de Sol: "condenamos de manera radical todo  acto violento y en especial los que han tenido lugar hoy en las inmediaciones del Parlamento Catalán". No obstante, este primer comunicado sería enmendado más tarde para alinearse con la postura defendida desde Acampada Barcelona: reivindicación de Aturem el Parlament y denuncia de la criminalización generalizada de una acción esencialmente noviolenta. 

Hoy sabemos que en la Audiencia no se juzgaba la violencia de un movimiento radicalmente noviolento, sino la legitimidad de una acción de desobediencia civil que podía suponer bloquear una institución pública. Aunque sólo fuera durante siete minutos, el retraso que Aturem el Parlament provocó en el horario previsto. El 15M llevaba un mes protagonizando el debate político en el Estado español después de tres años de crisis sin apenas contestación social, y lo hizo con unos niveles de popularidad y aceptación en todo el espectro ideológico que sin duda inquietaron a la oligarquía política --la declaración institucional de condena a Aturem fue apoyada por todos los grupos políticos del Parlamento catalán, incluyendo ICV-- y mediática. Tres años después, con un sistema político ya en abierta descomposición, conviene reivindicar el gesto destituyente desplegado por el 15M ese 15 de junio de 2011.

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