‘Warcelona, una història de violència’
La ciudad incómoda

La cámara de Jordi Borrás ha reflejado cuatro años de protestas en Barcelona.

, Barcelona
11/02/14 · 8:00
Edición impresa
Jordi Borràs

Warcelona, una història de violència es el fruto de más de cuatro años recorriendo las calles de Barcelona con una cámara colgada al cuello. Kilómetros recorridos por los caminos que dibujan los octógonos del Eixample, los callejones de los barrios de Sants, Gràcia y la antigua ciudad que, bajo los adoquines, esconde siglos de batallas. 

Actualmente, en Barcelona se pueden producir más de 40 manifestaciones cada semana. La gran mayoría transcurren con total tranquilidad, pero no merecen ni un breve en la sección de sociedad. Estamos muy acostumbrados, y el gremio del periodismo es responsable en gran parte, a que se dé más importancia a una manifestación de cien personas que ha acabado con incidentes que a una marcha de diez mil que ha transcurrido con normalidad. La violencia llama la atención, y aún más en las manifestaciones, huelgas o en aquellas celebraciones deportivas tintadas por cuestiones nacionales: es decir, violencia de raíz política y social que a menudo es puesta en el mismo saco bajo el paraguas de la violencia antisistema
 
La narración visual es el tema central de Warcelona. Es la manera más objetiva de hacer un libro absolutamente subjetivo: que las fotografías hablen por sí solas, sin reparos, sin censura, sin prejuicios ni apriorismos. El valor informativo toma toda la relevancia de las imágenes, muchas veces sujetas a gran tensión y condiciones precarias de luz. 
 
Ante el asombro que me ha provocado durante estos años vivir las manifestaciones en la calle y comprobar que de los hechos ocurridos a las crónicas periodísticas resultantes hay una distancia abismal, he querido poner sobre la mesa la violencia en las calles de Barcelona. Lo que pretende este libro es hablar del binomio de la violencia legal/ilegal, legítima/ilegítima, denunciar el uso impune y desproporcionado de la fuerza por parte de quien tiene el monopolio de forma legal y la falta de rigor informativo en la mayoría de medios cuando toca valorar disturbios en la calle. 
 
Warcelona, una història de violència quiere mostrar todas las facetas de la violencia con connotaciones sociopolíticas que ha sido posible fotografiar: un contenedor quemado, una paliza, un escaparate roto, una amenaza uniformada, una bandera rota... violencia como recurso de los que no tienen nada o como excusa para tapar las vergüenzas del mal gobierno.
 
El objetivo de todo ello no es otro que abordar la violencia sin pretender espectacularizarla y, sobre todo, hablar de las violencias menos tangibles, las que precisamente no aparecen fotografiadas. 
 
Si de verdad se quiere resolver este fenómeno, la única manera de hacerlo es empezar por cuestionarse cuáles son los verdaderos responsables de toda esta violencia y si de verdad sirven de algo las medidas represivas por las que apuesta el Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya sin ningún tipo de resultado.
 
Ya hace años que humildemente tengo la respuesta: ninguna medida represiva será eficaz para combatir la violencia, porque –parafraseando el tópico– la violencia, aunque lleve placa, engendra más violencia.
Tags relacionados: Catalunya Número 215 Represión
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comentarios

1

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    ciberwaka
    |
    12/02/2014 - 2:35pm
    La violencia en Gamonal junto a otros recursos mucho mas importantes, esenciales y elaborados (la organización política de los de abajo, de los vecinos y de la gente en general perjudicada por la crisis etc) ha servido para dar un toque de atención al cacique de una provincia y echarle a atrás. Por tanto ¿la violencia genera más violencia? ¿No parece a estas alturas una afirmación o un cliché generado por los que tienen el poder, para deslegitimar o desarticular cualquier lucha o conflicto? Quizás la violencia como herramienta y sin estar junto a otros recursos si genera más violencia. Pero quirúrgicamente utilizada y con capacidad mediática para explicarla y contextualizarla, sirva para aumentar la presión para ganar y conseguir victorias. No estamos para derrochar y descartar recursos ¿no?
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