ASTROBIOLOGÍA : INVESTIGACIONES SOBRE LA VIDA EN EL SISTEMA SOLAR
La vida extraterrestre se investiga en la Tierra

Repasamos las teorías
científicas sobre la
existencia de cualquier
tipo de vida fuera de la
atmósfera. Una labor
para la astrobiología.

30/06/09 · 22:33
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RÍO TINTO. Las condiciones y la composición química de la tierra en esta zona
de Huelva son semejantes, salvando las diferencias, a las del planeta Marte

Se acerca el verano, las vacaciones
se aproximan y
con ellas la mejor época
para acudir en masa a la
playa y así liberarse del estrés rutinario.
Un modo de evadirse del
mundo y sentirnos a gusto con nosotros
mismos es tumbarse en la
arena en plena noche y contemplar
el firmamento estrellado. Es en ese
momento cuando a los más curiosos
les surgen multitud de preguntas
relacionadas con el cosmos,
pero es una la que se repite incesantemente:
¿hay alguien ahí?.
Ante esta tesitura, surge la astrobiología
o exobiología, una rama
multidisciplinar que abarca la biología,
la geología y la astronomía,
entre otras. Su principal objetivo de
estudio son todas las variables relacionadas
con el origen de la vida,
entre ellas, la existencia de vida
más allá de la Tierra.

Son muchos los que se plantean
si la vida tal y como la conocemos
no es más que un accidente químico
o, bien, parte del proceso de formación
del universo. Para empezar
necesitamos fijar una definición de
vida lo más fidedigna posible. De
todas las visiones existentes, la más
aceptada por la comunidad científica
es el segundo principio de la termodinámica:
“La entropía [tendencia
natural de la pérdida del orden]
de cualquier sistema aislado tiende
a incrementarse con el paso del
tiempo”. En otras palabras, la entropía
está relacionada con la energía
que ya no puede ser utilizable
por un cuerpo dado, que ya no puede
ser usada para llevar a cabo un
trabajo físico, ligada a su vez con el
grado de desorden de dicho sistema.
Los complejos vivos parecen
desafiar dicho axioma, pues se produce
un continuo aumento de ese
orden sin ninguna intervención
externa. Esto no contradice dicha
ley, pues ese orden es en realidad
compensado con ese aumento de
entropía de nuestro alrededor, de
nuestro universo.

Fue Aleksandr Oparin el primero
que intentó explicar cómo pudo
originarse la vida. Partió de la
premisa de que la atmósfera de la
Tierra hace miles de millones de
años estaba formada por metano,
hidrógeno y amoniaco, entre otros
gases. La existencia de agua en la
superficie y el caos que imperaba
en nuestro planeta (debido a los
impactos de cuerpos celestes o
tormentas eléctricas por el proceso
de formación del sistema solar)
actuaron de catalizadores para
dar moléculas orgánicas características
de los seres vivos.

Río Tinto, un paraje clave

En el sur de la península Ibérica,
Huelva, se encuentra una de las zonas
predilectas para dicho estudio.
Su nombre es río Tinto y presenta
como principal distinción el tener
unas características fisico químicas
parecidas a las de Marte, como pueden
ser el tener un alto contenido
en hierro, sulfuros o un pH bastante
ácido. Un dato curioso de la investigación
es que la biodiversidad
en esa zona es elevada y, en contra
de lo que en un principio se podría
pensar, hay mayor cantidad de
algas y hongos que de bacterias
(mayor cantidad de vida compleja).
Por otro lado existe una vertiente
conocida como panspermia, que
sostiene que la vida se originó fuera
de nuestro planeta y llegó a
nuestra superficie a través de meteoritos.
La piedra roseta de esta
teoría se encuentra en la presencia
del meteorito Allan Hills 84001,
proveniente de Marte, hallado en
el Ártico, que llegó a nuestros dominios
hace 13.000 años. Esta roca
parece presentar signos de vida
microbiana fosilizada. Otros científicos,
por su parte, plantean que
el meteorito se contaminó con bacterias
una vez en la Tierra.

Por último, está el denominado
proyecto SETI, acrónimo en inglés
de “búsqueda de vida extraterrestre
inteligente”. Para ello usa como
herramientas los radiotelescopios.
Su misión es rastrear el cosmos en
busca de señales de radio que no
compartan un patrón determinado
de emisión. El principal inconveniente
de este procedimiento es que
las estrellas emiten también en esa
longitud de onda, por lo que dicho
estudio se hace laborioso y tedioso.
Como es de suponer, no se ha encontrado
ningún indicio fehaciente
de contacto con otras posibles civilizaciones
alienígenas, incluso el
simple hecho de plantearse esa
cuestión parece una utopía, pero
sin una visión egocéntrica que nos
define como especie, deberíamos
tener la certeza de que el universo
es demasiado grande como para
contemplarlo nosotros solos.

Tags relacionados: Huelva Número 105
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